31 de mayo – 2 de junio: correspondencia de cuarentena

31 de mayo – 2 de junio: correspondencia de cuarentena

Luz Modroño*- Enriqueta de la Cruz*. LQS. Junio 2020

Octava entrega de este hilo de la correspondencia entre Luz y Enriqueta, un hilo epistolar rojo, republicano, que es de hablar claro. Volcando ahí de forma personal sus observaciones, inquietudes, deseos de colaborar con lo que saben hacer, aquí nos comparten este mundo epistolar creado entre ellas dos

Primera correspondencia 14-16 de abril
Segunda correspondencia 14-16 de abril
Tercera correspondencia 28 de abril-1 de mayo
– Cuarta correspondencia 13-19 de mayo
– Quinta correspondencia: 20 de Mayo
– Sexta correspondencia: 22 – 24 de mayo
– Séptima correspondencia: 26 – 30 de mayo

VOZ DE ENRIQUETA

31 de mayo

No sé cómo sería un mundo gobernado por mujeres, porque las haya ayusos y aguirres y quintanas que copian libros y meapilas y cerdas miles, muy malas. Pero sí imagino un mundo gobernado por seres con lecturas y viajaditos más allá de Marbella y paraísos fiscales, más allá de Biarritz y San Sebastián de la Concha, y santanderes de pavoneo; gente con buenas intenciones en equilibrio e igualdad. Creo que es lo que hace falta. Simone remató su Segundo sexo con esa idea de armonía entre sexos y no lo que tradujeron aberrantemente en la edición española que pillé (no sé si ya lo referí…), que decía algo así como cuando el macho otorgara. ¡Qué barbaridad…! Nada tiene que otorgar, eso desde luego, porque no es suyo lo que se ha apropiado ese macho en retroceso, asqueroso y ruin del que ya hemos retratado…

Si, como dice una amiga, me animara a escribir la verdadera historia de esta reclusión… En fin, me refiero a las microhistorias de todos los días…

Estoy asombrada ante el juego político, por ejemplo. No me pienso aburrir otros 40 años con lo mismo, corto. Todos no son lo mismo, pero están claramente al mismo juego. Tapando las vergüenzas al rey, a la monarquía como va a dejar de manifiesto en la televisión vasca un reportaje en pocos días, reportaje sobre la corrupción y el virus de la Corona, sobre la amante que ha largado, sobre lo golfos que son todos, dice ella y lo enteradito que está el preparao, ese tipo que quiere darnos leche en polvo y el cuento de la lechera entero; ese del aceite que dime en qué piensas y te diré quién eres…

Y de esto depende nuestro futuro, de saber, se quiera ver o no. Insisto, claridad es lo que hace falta… Y perspectiva, sí. Porque, que una supuesta hija de marqués no sepa de qué vienen los marquesados y hasta los reyes, que no son por la gracia de Dios, sino por la desgracia que ocasionan, la piratería, el robo, el asesinato… Y otros asuntos serviles del carajo…. Pues que no sepa esto y no se haya leído los tantos volúmenes de las tantas bibliotecas de herencia que acumulan polvo como yo le reproché a un tipo de Néguri, que lástima de libros y de herencias y de riquezas…, pues, bueno, pues ella se lo pierde, que hace el ridículo encopetándose, estirando el cuello más y más para no ver na. Pero que le conteste un vice y le aplaudamos, sabiendo bien él que en parte la reprochan esos fachas los favores de varios fachas, y uno en particular, le hicieron a su abuelito… Porque no se alimentaba una familia de varios hijos así de rechupi y ministeriada de permanecer uno en la franja roja, vamos, que no. Y si el padre fue del FRAP o no, y luego el nieto quiere recuperar estatus y demostrar algo a su prole y a su hembra-s -porque machista es, eso desde luego-, pues no me parece ni medio bien. Yo ya no aplaudo a nadie, hija, estoy muy con la mili hecha, he visto demasiado…

En el te digo tal y yo te contesto cual, salen ganando todos y sus asesores y miles de puestos bien remunerados, mientras la casa por barrer se queda. Y no me refiero solo al CNI. Paro, más paro, sanitarios al paro, jóvenes a la emigración forzada con su vida a cuestas en unas cuantas mochilas y mucha necesidad.

Es Dickens y es la estupidez humana llevada a extremo. Mucha gente escandalizada por lo que no sabe pero hace que sabe.

Y es que faltan libros por leer, la verdad. Y a nadie interesa de los del poder tocar al poder real que les da de mamar. No le interesan a todos esos más que poner en la dos, pública, los revival franquistas de un tal Iñigo bigotudo y vomitivo, que lleva a nadiuskas y otras prendas como la Nati cantaora esa a sacar de nuevo a relucir con el dinerito que nos falta para curarnos e ilustrarnos… También dan, por cierto, apariciones marianas, remedos de Isis o de las grandes señoras, ídolos del México avasallado de 1500 y algo por Hernandito, mi paisano. Vamos, que en Comunicación y Cultura mandan Opus y curas a porrón, y no los socialistas que estoy por ver dónde se esconden y menos los Comunistas que en 1951 ya claudicaron… Curas y obras sibilinas y enganchadas a los peores negocios de mafia con la CIA y cia, según ilustra genial el documental Los banqueros de Dios. Que por cierto, le das la vuelta y te sale el caso de Banesto, Conde y las conspiraciones de aquí, de entonces hasta ahora…

Ay, esos corredores de la muerte y la droga que quisieron recientemente ampliar a Nicaragua… Que siguen erre que erre, chica… Todos, oligarcas, curas y demás onegés y lidercitos modositos de derechos humanos de boca chica… Pues sí, aquí, y en la dos, curas junto a la mafia de cloaca que dicen le van a meter mano pero yo no lo veo, esas mafias que trajeron el destape de Fraga, la droga y la trata de blancas que no tenían las pobres grandes estrellas de la tele ni un anillo en propiedad como dijo una y confesó después. Esos chanchullos que siguen con mando en plaza y en la tele.

Eso sí es terrorismo, señora hija de quien sea, que no se entera de lo que fue el FRAP, el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, prenda, ni sabe “usía” una mierda de Álvarez del Vayo, jurista que murió en Suiza casualidad de la vida donde se adelanta el proceso que va a mandar al hoyo al rey, que ya salpica al Sexto éste que padecemos… Jurista con título y mérito no como otros-as, que creyó en una España decente y hasta en sus últimos días no se la quitó de la cabeza. FRAP, que como a tantos grupos, un indecente y aprovechado pacto de Transición entre aprovechados, dejó en los márgenes, porque a todos los republicanos se les pasó a los márgenes… Estuvieron prohibidos. Y aún….

¡Qué sabrá esa!, que no ha tocado palo ni pala, boli ni libro de lo de currárselo. Que todo le vino de aquella manera de los estirados de cuello y bigote, del paripé…

Vomitivo lo de esa dama, dama como tantas de las que habló Cecilia, la de Un millón de muertos, que le dio lo suyo a su propia hipócrita madre; valiente, necesaria Cecilia, ahora, rememorarla, coño, en la dos y en toda la pública, no a Palomo Linares, ese matador chulo de mierda que torturó a los toros, no a los payasos revenidos gusanos de Cuba, no a las putas y a las meretrices y a los niños del coro y arrimadas del franquito, killer de los reyes. Y paro, que me enciendo y digo más…

Creo que la gente tiene que hacer un esfuerzo por querer saber, que implica responsabilidad y ahí le has dao, ¿eh?

VOZ DE LUZ

2 de junio

¿Hablas de claridad? ¿De perspectiva? A veces creo que o nos toman por tontos o sobra la desvergüenza. Te cuento. El grito es, en la historia de la pintura en general y en la obra de Munch en particular, una de los más claros ejemplos de la impotencia, la angustia, el desconcierto. Todo eso he sentido esta mañana. Hoy me despierto sorprendida ante una noticia que no sé si es aún producto y restos de algún sueño no bien digerido. Cuando aún Madrid sigue anclada a la fase 1, sin garantías de lo que pueda pasar en las próximas semanas,
cuando aún siguen produciéndose contagios y muertes, la ilustre presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, tiene previsto privatizar un nuevo hospital emblemático en Madrid: el Niño Jesús. Un proyecto que fue rechazado en su día resucita hoy, cuando aún persiste fresco en el recuerdo la imagen de un Madrid que se hundía en el silencio de unas calles que parecían no poder regresar nunca al bullicio y los altos decibelios que la convertían en una de las ciudades más ruidosas del mundo. Cuando aún el sabor amargo de la muerte anida en los corazones de una ciudadanía incapaz de entender lo que estaba pasando. Cuando las miradas huidizas y el paso rápido se convertían en el uniforme de las pocas que se atrevían a salir a esa calle amenazante, la señora Ayuso pretende seguir la huella de su predecesora, Esperanza Aguirre.

Pronto ha olvidado, o quizás es que no haya sido nunca consciente, de que esto no es un juego. Porque mientras la muerte galopaba, extendiendo su manto negro sobre una ciudad atónita que agonizaba, ella estaba recluida en un lujoso apartamento que un tal Sarasola había puesto a su disposición ignorando que, en un Estado de Derecho, eso tiene un nombre. Madrid se quedó sin camas, no era siquiera posible enterrar a los muertos, y menos, despedirse de ellos. No pudimos dar nuestro último adiós ni a familiares ni a amigos. La señora Ayuso seguía en su torre de oro, ajena a todo y a todos. Ocupada vete a saber en qué. Quizás dos cosas fundamentales ocupaban su tiempo. Cómo echar balones de responsabilidad fuera y cómo apañárselas para seguir vendiendo los servicios públicos madrileños a la gestión privada, cómo seguir privatizando el patrimonio común aunque fuera encubiertamente, que en estos tiempos no está bien visto esto de no defender lo público.

En los años anteriores, los gobernantes de turno, sus compañeras de partido, habían emprendido una carrera desmedida y demencial privatizando hospitales. Y las consecuencias le estallaron en las manos a ella. Ya era tarde para lamentos, que seguramente una buena parte de la ciudadanía madrileña pensó que se producirían, aquellos que les otorgaron su confianza en forma de voto. La urgencia para encontrar una solución rápida e improvisada se imponía. Faltaban camas, mascarillas, guantes. Hasta ataúdes faltaban. Faltaba compasión y, por lo que se ve, también vergüenza. Y decencia. Porque hay que tener muy poca ética, muy poca vergüenza y muy poca decencia para siquiera sugerir seguir privatizando hospitales.

Porque información no creo que le falte. Claro que esto de la información también es un proceso selectivo y a lo mejor esta señora no ha leído la prensa ni oído la radio en estos días.

Mientras la señora Ayuso, ajena al parecer al desastre, seguía recluida en su torre de marfil, las cifras se disparaban trayendo el recuerdo de pandemias más propias de épocas pasadas que del siglo XXI. Nos pilló desprevenidos, nos pilló confiados. El miedo y la desconfianza fue anidando en unos corazones indefensos. De prisa y corriendo hubo que habilitar camas improvisadas en un recinto ferial, el IFEMA, cuya última experiencia, quizás también convenga recordarlo, en estas lides se produjo un 11 de marzo que quedará grabado a fuego y durante muchos años en el recuerdo de la ciudadanía madrileña.

La propuesta, al parecer, hoy ya política de hechos consumados si la movilización de la ciudadanía no la detiene, es comenzar unas obras de ampliación del hospital Niño Jesús junto con un aparcamiento subterráneo. Por un coste de 21 millones de euros que saldrá de bolsillos privados. Un hospital especializado en enfermedades y cuidados infantiles va a ser cedido a una empresa privada. No es desfachatez, es pura irresponsabilidad, es puro desprecio por la ciudadanía, esta vez, la de la infancia. Cuesta dar crédito.

Porque, además, esos planes suponen un ataque frontal a esta crisis económica, corolario definitivo a la bancarrota en que va a caer nuestro país como no arrimemos todas el hombro.

Destrucción de empleo, mucho. No sólo Oxfam. Mientras calles y plazas, bares y parques empiezan a llenarse de vida, aparentemente ajena a lo que se nos viene encima, anuncios de cierres de empresas y despidos consiguientes, paro y deuda están ahí, anunciándose en el horizonte, un horizonte que podemos tocar ya casi con la mano. La estructura de nuestra casa común, Enriqueta, está construida sobre dos pilares muy frágiles: el turismo y la construcción. Y son muy frágiles porque no suponen creación directa de riqueza. ¿Dónde están las grandes empresas que controlan y dominan los mercados? ¿Dónde una Nissan, que amenaza –estando en su derecho lo queramos o no- con irse? ¿Una Seat, vendida a capital extranjero? La empresa privada en este país está construida sobre centenares de miles de pequeños empresarios, a los que tampoco se les ha mimado, sabiendo que es la única empresa que tenemos. Pero es que además, cuando una empresa crece y se convierte en una gran empresa parece que nos asustamos y rápidamente la vendemos. ¿Es eso contribuir al crecimiento de un país? Dicen que tenemos los gobernantes que nos merecemos. Yo creo que no, que depende. Porque ni son todos iguales ni todos defienden lo mismo y a los mismos. Que eso es lo que nos hacen creer a fuerza de repetirlo y repetirlo para taparnos la boca, para confundirnos, amedrentarnos, hacernos responsables del desastre.

Y, desde luego, no puedo dejar de estar de acuerdo contigo cuando aseguras lo carcomidas que están las bases de este mundo y estas sociedades que hemos creado. Lo que no veo nada claro, y cada día que pasa lo veo menos, es que esta hecatombe mundial que padecemos vaya a suponer un cambio radical ni en estructuras ni en planteamientos. No soy optimista. Dentro de un tiempo, la solidaridad que hoy se manifiesta, la conciencia de la necesidad de un mundo mejor, quedarán arrinconadas en el último cajón de cualquiera de los países que hoy marcan las pautas y el ritmo a cuyo son bailamos todas. Cogiendo polvo y a la espera de otro desastre que nos asuste y vuelva a resucitar las ganas del cambio, la necesidad de crear otras estructuras más sólidas que quiere decir más solidarias y justas. Al mismo tiempo que el virus sea vencido será derrotada la esperanza. Como prueba casera, baste el botón de muestra con lo que he comenzado mis reflexiones de hoy.

Por otra parte, sabemos lo que no queremos, sabemos lo que querríamos, pero… ¿sabemos cómo conseguirlo? No hubo cambio histórico alguno perdurable en el tiempo y transformador radical del mundo anterior sin revolución. Y ese cambio exige la implicación de todos, o, al menos, de una mayoría.

Desde luego, hay cosas que van a cambiar. Pero sospecho que no van a ser fundamentales ni van a representar un cambio de modelo. Hoy, en televisión, han aparecido los restos de nuestra protección ante este desastre vírico. Miles de toneladas esparcidas por las calles –y éstas aún se recogen-, por los bosques, por el campo, por ríos y mares. El fondo marino tiene un nuevo huésped indeseado. Plásticos y más plásticos, basura y más basura. Un auténtico atentado, una vez más, contra el medio, contra el resto de seres vivos.

Seguimos sin ser conscientes de que no somos solos ni estamos solos, de que con nosotros, con nuestras ciudades, con nuestra salud, conviven otros mundos, otros seres. Somos engendradores de basura. Reiteradamente, me viene al recuerdo la obra de Saramago, tan clarividente metáfora de lo que está ocurriendo en estos días, Ensayo sobre la ceguera.

Estamos ciegas y no nos damos cuenta de ello. Estamos atrapadas en un mundo limitado, con recursos limitados, sostenible sólo en la medida en que nuestros ataques no sean tan virulentos como lo son hoy. Y no queremos ver. Late en nuestra piel, en nuestra voluntad, saliendo de lo más hondo de nuestra propia conciencia la Razón que nos impele a transformar urgentemente estas estructuras carcomidas y superadas. Pero no basta con desearlo, no basta con entender que o cambiamos o nos hundiremos definitivamente. Y esa sí que ha de ser una lucha común, con un solo objetivo común para el mundo, para el planeta. En el mundo de la globalización necesitamos globalizar los derechos, tan perjudicados ellos que solo son disfrute de unos cuantos. Recordemos las palabras de la abuela de Years and Years: “Todos lo veíamos venir, sabíamos que iba a pasar, pero ¿qué hiciste tú por evitarlo?

En fin, yo quisiera ser optimista pero no veo el final de este túnel negro por el que caminamos.

Es tan hondo el silencio en las estrellas
Ni el son de las palabras se propaga
ni el canto de las aves milagrosas.
Pero allá, en las estrellas, cuando somos
un astro redimido,
es donde se oye
el íntimo rumor de las rosas.
(…)
Es tarde, amor, el viento se levanta,
la oscura madrugada va naciendo,
solo fue la noche nuestra claridad.

Ya no seré quien fui, lo que seremos
contra el mundo ha de ser, que nos rechaza,
culpados de inventar la libertad.

José Saramago.

Entregas anteriores:
Primera correspondencia 14-16 de abril
Segunda correspondencia 14-16 de abril
Tercera correspondencia 28 de abril-1 de mayo
– Cuarta correspondencia 13-19 de mayo
– Quinta correspondencia: 20 de Mayo
– Sexta correspondencia: 22 – 24 de mayo
– Séptima correspondencia: 26 – 30 de mayo

* Las autoras de la correspondencia:

Luz Madroño es profesora de Historia en Secundaria, es doctora en Psicología, psicóloga, por tanto, que también que en estos momentos echa una mano al que puede y necesita; es activista social, trabaja por los derechos humanos a pie de obra y recientemente ha llegado de Lesbos, en ese lugar donde los refugiados se debaten entre el vivir o vivir, porque hay que sobrevivir, porque llegaron de un infierno para meterse en otro, pero no se rinden. También Luz está vinculada a la UNESCO desde su presidencia del Centro en Madrid, donde organiza estupendas jornadas. Feminista, mujer de mundo, honesta… Y mucho más.

Enriqueta de la Cruz, es escritora y periodista. Cinco novelas publicadas enraizadas en Memoria Histórica, presente y nuestro futuro. La última: Despertando a Lenin, de reciente aparición y dos libros de conversaciones con el republicano y ex presidente del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, César Navarro, psiquiatra, humanista, políglota y sobre todo, buena y culta persona. La última, Tiempos de plomo y ceniza, acaba de salir de imprenta. Colaboradora en LoQueSomos y otras Web alternativas, enormes grupos de gente imprescindible, a la que admiro por ser luchadora, comprometida.

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