Als últims afusellats del franquisme

Als últims afusellats del franquisme

Mesa de Catalunya*. LQ. Septiembre 2020

CARTA DE LA NOSTRA MESA DE CATALUNYA D’ENTITATS MEMORIALISTES ALS ÚLTIMS AFUSELLATS DEL FRANQUISME

Para vosotros, Xosé Humberto, José Luis, Ramón, Jon y Angel.

Pronto llegará el alba y moriréis delante de un pelotón de fusilamiento, seréis asesinados a manos de un piquete de bestias sin alma y una bellísima canción de Luis Eduardo Aute será cantada por toda una generación de antifranquistas teniendo presente vuestra muerte. Más tarde, cuando ya os hayan sepultado en olvido los mismos que os cantaron, hijas e hijos de la transición tararearán Al alba como una trágica sonata de amor desvinculada de vuestro último aliento. Y en el fondo esta despedida entre notas y versos no fue escrita para vosotros aunque siempre será vuestra y será un canto de amor a los que se sacrifican por la libertad, una denuncia de la barbarie y un poema a la memoria de vuestras dignas vidas.

Seguro que en estas últimas horas albergáis la esperanza de un indulto de una dictadura que agoniza junto a su dictador, pero que no muere con sus últimos estertores, seguro que anheláis que en un gesto de esa piedad cristiana que ellos pontifican para los suyos, la pena de muerte quede sin efecto. Ni al Papa de Roma escucharán esos católicos, apostólicos y romanos, porque esa ansia de venganza que llevan en las tripas les ciega de tal manera que ahoga el perdón en un mar de odio al disidente de su nacionalcatolicismo. Seguramente vosotros no queréis ser perdonados porque eso implicaría que hay culpa y vosotros sois inocentes. Pero sí queréis vivir, cómo no va a ser así, tan jóvenes, tan queridos por los vuestros, ansiáis vivir con generosidad y entrega y seguir luchando por aquello en lo que creéis. La clemencia no llegará para vosotros, si para vuestras compañeras y compañeros José Antonio Garmendia Artola, Manuel Blanco Chivite, Vladimiro Fernández Tovar, Concepción Tristán López, María Jesús Dasca Penelas y Manuel Cañaveras de Gracia. Segarán vuestras vidas con ráfagas de fuego enemigo y vuestros nombres serán recordados, no siempre como héroes del pueblo al que queriáis salvar del genocida, sino como villanos terroristas y delincuentes. Solo unos pocos reivindicarán vuestras vidas y exigirán justicia por vuestras muertes en los años que seguirán. Vosotros, los últimos fusilados del franquismo, seréis víctimas incómodas, las últimas víctimas entre las víctimas de un consejo de ministros encabezado por Franco de quien el rey, ahora emérito y fugado, dirá el día de su coronación:

Una figura excepcional entra en la Historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la Patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien, como soldado y estadista, ha consagrado toda la existencia a su servicio.

Pero vosotros ya sabiáis lo que iba a pasar si no se peleaba por la República, para unos federativa y popular, para otros las de sus naciones sin estado, por eso estáis a punto de dar vida a vuestros últimos pensamientos. Por eso sois víctimas arrinconadas por una democracia de saldo, asustada por lo que representáis. Una democracia que nacerá del útero de la dictadura y se parirá en una transición basada en la reconciliación nacional por decreto, impuesta a golpe de un perverso referéndum que dará viso de legalidad a la restauración, una vez más, de la decadente y corrupta dinastía de los Borbones. Un engaño a una sociedad a la que vendieron que ya era hora de pasar página y mirar adelante de la mano de los verdugos, que serán exonerados de toda culpa por sus execrables crímenes, por ley. Caminarán sobre los huesos de los nuestros sepultados en hormigón, asfalto o basura cantando libertad y pasarán de extender la mano a cerrar el puño cuando a dictador muerto el rey fue puesto. Vendrá el destape y la muerte de la canción protesta y nos dirán que ya no hay nada por lo que luchar que para eso están las urnas. Morirá el perro pero seguirá su rabia hasta hoy, hasta el 2020 desde donde os recordamos mientras exigimos verdad, justicia y reparación para vosotros, para todas las víctimas del franquismo y la transición.

Este año reivindicaremos vuestra memoria a pesar de la pandemia que nos asola, bajo leyes mordazas que abocan a activistas, políticos, cantantes, tuiteros a visitar vuestro TOP, nuestra Audiencia Nacional, convertidos en terroristas por arte de la vulneración de nuestros derechos fundamentales, por delitos que pensaréis que a estas alturas ya no deberían de existir y que implican la censura, la limitación de la libertad de expresión y el castigo por defender pacíficamente tus ideas. Así estamos por el olvido de vuestras muertes y vuestras vidas y las de tantas y tantos luchadores antifascistas. Así nos hayamos por pensar que lo que reclamabáis ya era cosa del pasado y no una lucha de futuro.

Más allá de vuestras creencias políticas, más allá de lo concreto está lo universal, no aquello de la unidad de destino que combatís, sino el universo multicolor de la sangre derramada de las y los antifascistas en defensa de la legalidad republicana. Una parte de la historia del estado español que había que hacer desaparecer como un sacrificio más en el altar de la transición, todo un sacrilegio. Quedamos cegados de tanto mirar la hiriente luz del sol que traerá un amanecer de amnesia, corona y de chaquetas reversibles, como los de los principios del movimiento, que seguirán su camino por las autopistas construidas sobre las nacionales de la corrupción secular de su patria imperial, amén.

Y una vez más volverá a ser vuestro triste aniversario, el de vuestra despedida forzosa y aquellas personas que resultamos ser tan incómodas como vosotros volveremos a recordaros, a homenajear vuestro compromiso antifranquista.

Te recordaremos Xosé Humberto Baena Alonso, te recordaremos Ramón García Sanz, te recordaremos Ramón García Sanz. te recordaremos José Luis Sánchez Bravo Solla, asesinados en Hoyos de Manzanares, Madrid, ante una Europa muda después de tanto gritar por vuestro derecho a la vida, te recordamos Angel Otaegi Etxeberria fusilado en un patio de la prisión de Burgos, te recordaremos Jon Paredes Manot “Txiqui” fusilado en Collserola ante los ojos de tu hermano. Todos seréis viento de libertad, viento del pueblo, viento contra la impunidad del estado español. Os recordaremos pese a quien pese como deber de memoria antifascista.

* Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes

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