Blasco o el extraño caso de bipolaridad política: del FRAP a La FAES

Blasco o el extraño caso de bipolaridad política: del FRAP a La FAES

Lo han imputado, va el día 18 a declarar. Pues ya está, declarará. No puedo decir nada más”.Con estas tres frases, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha comentado públicamente la imputación de Rafael Blasco. Esta señora, es un decir, a quien no veíamos últimamente porque le fue impuesta, tras los últimos escándalos del grupo de los de la gaviota, la simbólica sanción de pasar a lo que denominan “stand-by”, una práctica muy bien aprendida por los peperos y basada en casos notables de “desapariciones” públicas, que no implican desaparición de sueldo ni privilegios, como la del señor , es otro decir, Camps o Ricardo Costa.  El prepotente y sesudo comentario lo hacía Barberá momentos antes de asistir como representante municipal a la celebración del día de la Policía Nacional. Curioso y paradójico: hablar de que no pasa nada cuando un especialista en (¿supuestos?) chanchullos, robos, estafas, malversación, prevaricación y otras “especialidades”, de probada profesionalidad es declarado imputado en el Caso Cooperación, con un pie en un acto de la policía y cuando todavía no hemos podido “tragar” la píldora amarguísima de ver como parte de este cuerpo golpeaba, aterrorizaba y vejaba a los manifestantes del 25-S, entre los que se infiltró en una operación planificada al más puro estilo calabrés.

Rita Barberá hace algo muy similar a lo que hizo Andrea, la hijapija de su amiguito Carlos Fabra, autora de una de las psicofonías más celebérrimas (e intolerables) de la historia de la (des)humanidad. Es un “que se jodan” más con el que los genoveses, la panda de Genova 13, nos da en la cara para continuar con lo que ya llevan DEMASIADO tiempo haciendo: el abofeteamiento de la dignidad de quienes ellos creen por debajo de sus maravillosos pies: nosotros. Que nos jodan, si Blasco, en el enésimo capítulo de sus andanzas y tropelías intenta salir indemne de gravísimas acusaciones. Que nos jodan si Mayor Oreja nos enseña las ídem de lobo fascista y nos quiere asustar con que si seguimos así de libertarios vendrá él y se comerá a la abuelita.

Barberá, con mucha soltura, se niega a hacer ni un solo comentario, más allá de las tres frases (no pasa nada, cretinos, de peores hemos salido, ¿que os creéis?) y de un “no he podido hablar con Consuelo Císcar, pero le envío un abrazo”. Los genoveses se abrazan y eluden comentar porque saben que esa es la mejor y única forma para evitar que entre ellos las lenguas se desaten y empiecen a soltar unos de otros: todo están en todos los escándalos, formando una constelación de hampa-elegante. Se abrazan y se besan, se regalan trajes y relojes, Ferraris y sonrisas, botes de laca y cajitas con perfume. Pagados con dinero que originalmente, y esto les debe producir el morbo que tanto les atrae, salía de las arcas públicas y debía gestionarse para todos.

El señor Blasco y señora son expertos en esquivar las sentencias y las imputaciones. Cuenta la historia de quienes no han perdido la memoria, la amnesia es un mal que acosa a Rajoy y a los suyos de manera especial, que el tal señor Blasco, de jovencito, sintió la necesidad de rebelarse contra la ideología burguesa, la de la familia bien en la que había nacido y, me lo relataba uno de los jóvenes a quienes formó en aquel momento, hoy un ciudadano de más de sesenta años, decidió formar parte del FRAP, tras haber sido miembro activo del PCE-ML, el Partido Comunista de España-Marxista Leninista. Corrían la década de los 60, para la formación del PCE-ML y de los 70 para la del FRAP. La Vanguardia del 2 de junio de 1976 anunciaba en una nota que la policía había procedido a la detención del militante Rafael Castaño Blasco. Quién iba a aventurar entonces que este hombre de poco pelo y cara de no haber roto un plato en la vida iniciaría, a partir de aquel momento, un proceso de bipolarización, al que ya deberíamos estar acostumbrados en un país dos de 2 de cada 5 políticos han sido o son objeto de alguna imputación delictiva, que lleva al extraño periplo del viaje iniciático, y económicamente provechoso, que conduce del FRAP a la FAES.

Blasco comienza una cura de desintoxicación comunista, eran tiempos mejores para ser socialista, que se apoyó en el nombramiento como alcalde de la población valenciana de Alzira de su hermano. Es vox populi que en aquellos años, los Blasco, como les llamaban, manejaban un entramado en el que se recalificaban terrenos y se otorgaban obras y otras “ventajas” a empresas que quedaban en familia. Comienza su relación “positiva y gratificante” con los importantes del PSOE, relación que le lleva, también a contraer, en segundas nupcias, matrimonio con Consuelo Císcar, otro personaje curios, y no solo por el colorido penacho que corona su cabeza: directora del IVAM, ex consejera del ex presidente de la C. Valenciana, Joaquín Lerma; mega-mujer que afirmó que no debía verse con malos ojos que, además de su cargo en el IVAM, se le ofreciera un cargo en el Consell Valencià de Cultura, desoyendo a quienes avisaban que era un disparate darle tanta responsabilidad, máxime cuando se había demostrado su facilidad para la digitocolocación laboral, o puesta a dedo de amigos y amigas en cargos relacionados con sus cargos y mamá famosa de un chico artista que, sin pasar por la mínima prueba de aptitud, logró exponer en salas internacionales después de hallar las puertas abiertas de par en par en el IVAM. El artista en cuestión, RABLACI, muy original, es el hijo de…sí señores, Rafael Blasco y Consuelo Císcar. Con 22 añitos ya era famoso, por carambola pepera, y expositor afamado en centros como el Convento de Cristo de Tobar, cerca de Lisboa, con el que la entidad dirigida por la señora Císcar mantenía estrecha relación. No es el primer famoso de la familia, antes lo fue la hija de la señora Císcar, que obtuvo, en procedimiento puesto en duda por sindicatos y otras entidades, una plaza en la administración de Valencia. El retrato se completa si exponemos que la señora Císcar es conocida por su, supuestas, extorsiones a los artista que habían de exponer en el IVAM, a quienes sugería que debían hacerle entrega de ejemplares inéditos y significativos de sus obras, que no quedaban en el IVAM, sino que, según cuentan, han ido llenado las paredes de decenas de inmuebles de lujo que el matrimonio-negocio Blasco-Císcar posee en la ciudad de Valencia (objeto de más de una preocupación para ambos ya que no saben cómo deshacerse de los inmuebles y los ostentosos elementos que “guarda” sin levantar, aún más, las sospechas).

Volviendo al hoy declarado imputado, este señor que empezó en el FRAP y ha acabado robando el dinero que debía ir a parar, por ejemplo, a la reconstrucción de Haití y empleándolo en la compra de fastuosos pisos de lujo, cuando llevaba una rosa, en lugar de una gaviota picuda, también fue llamado al orden, una y mil veces, para intentar, sin éxito, frenar la demostrada obsesión de poder de este ex conseller poliédrico, por decirlo finamente, que gustó tanto a socialistas como a populares: hace más de 20 años el ex presidente socialista de la C. Valenciana lo destituyó por un asunto de supuesta corrupción urbanística (en las calles de esta comunidad se quita sin temor el término “supuesta”) que lo sentó en el banquillo del TSJ. A partir del 95, el que es imputado, pero todavía síndic del PP en las Cortes Valencianas, decidió que era mejor cambiar la rosa por la gaviota y se derechizó, por arte de magia, como el arte con el que ha hecho desaparecer, supuestamente, miles de millones de euros destinados a fines “humanitarios”. Es curioso, y demuestra hasta qué punto se deben silencio y favores los unos a los otros, rojos y azules, pero este señor fue requerido como estratega por otros grandes del trapicheos: Zaplana y, después, Camps. Todos sabemos que a Blasco le acompañan, por decreto, un grupete de personas de su total confianza que van, como la alineación del Real Madrid, todos en bloque y que le han permitido pasar por prácticamente todas las consellerias del gobierno valenciano y, lo que es más curioso, permanecer extrañamente impune, ¡cuánto debe saber y callar este polifacético profesional bipolar!: desde Bienestar Social a Territorio, Sanidad o Solidaridad, pasando por estar tras jugosas adjudicaciones. Así, hasta el escándalo de la trama de ONG que puede acabar con su imputación y constituir su enésimo final político.

El ahora imputado, que no dimite ni por esas, se quejaba hoy de que ha estado “en un impass de 24 meses de indefensión”, increíble pero cierto, “sin tener oportunidades para defenderse” y, digo yo que derivada de una no sé si muy ortodoxa formación jurídica, explicar a diestro y siniestro, nunca mejor dicho, que las acusaciones que se vierten sobre su persona “no tienen fundamento ni base judicial”. Así, con una frase, se cepilla, por ejemplo, el informe de la Fiscalía Anticorrupción que ya le achacaba hace meses los supuestos delitos de: PREVARICACIÓN; COHECHO; TRÁFICO DE INFLUENCIAS; FALSEDAD DOCUMENTAL y MALVRSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS. Ahí es nada.

Y Barberá diciendo que “declarará y ya está”. Blasco también intenta cantar el mantra del PP (¡Que se jodan!) aunque esta vez, me temo, no le va a resultar nada fácil.

* La Mosca Roja

LQSRemix

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