Catalunya como ejemplo

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El Financial Times comenta la manifestación organizada ante la Borsa de Barcelona
El Financial Times comenta la manifestación organizada ante la Borsa de Barcelona

Arturo del Villar*. LQS. Octubre 2018

Hay que participar en una manifestación republicana en Barcelona, como la de este 1 de octubre de 2018, en conmemoración del referéndum celebrado el año anterior, para comprender que el llamado problema catalán solamente tiene una salida. Alrededor de doscientas mil personas, en su inmensa mayoría catalanas, pero también españolas, no han reclamado la independencia, como cuentan los medios de comunicación españolistas, sino el derecho a votar su situación en Europa.
Pero los gobiernos españolistas no se lo permiten. El régimen español actual es una monarquía borbónica instaurada por el dictadorísimo genocida que se sublevó contra el Gobierno constitucional en 1936, dirigió una guerra criminal, y mantuvo durante 36 años sometido al país a su organización fascista. Para evitar que el régimen desapareciese tras su muerte, instauró la que llamó monarquía del 18 de julio, con la misión de perpetuar la dictadura con nueva apariencia. Este régimen se niega a reconocer el derecho de los catalanes a decidir su futuro.

La inmensa mayoría de los catalanes no acepta continuar bajo ese régimen fascista heredado. Por eso reclama el derecho a votar, inherente a todos los pueblos libres. Rechaza soportar la monarquía instaurada por el mayor genocida de la historia de España, y exige un referéndum vinculante. El régimen no lo acepta, por saber cuál será su resultado: la proclamación de la República Catalana.
Es inútil pretender convencer a los catalanes de que son españoles. Lleva al fracaso inevitable, como en su tiempo se frustró la intención de hacer españoles a los portugueses y a los belgas, holandeses, hispanoamericanos, filipinos y africanos colonizados por el imperialismo español. Hubo que concederles la independencia, después de una aberración de guerras infames sucedidas durante cinco siglos, que culminaron desastrosamente para el ejército colonial español, porque es imposible dominar por la fuerza de las armas el afán de independencia de los pueblos.

El referéndum necesario

Los catalanes no se sienten españoles, y por eso se han sublevado contumazmente contra el régimen colonial en exigencia de libertad. Hasta ahora han sido derrotados por la superioridad de las armas coloniales, pero con ello lo único logrado ha sido reforzar su aspiración a la independencia. Poseen una historia propia, unas costumbres autóctonas, una lengua original, una literatura espléndida y unas artes admirables. Los reyes de España primero, el dictadorísimo español después, y el régimen instaurado por él ahora les impiden disfrutar de una libertad a la que tienen derecho.
Solamente existe una solución para resolver el perpetuo conflicto catalán: permitirles repetir con todas las garantías proporcionadas por la potencia colonial el referéndum celebrado ya el 1 de octubre de 2017, con un resultado inequívoco a favor de la República Catalana.
La monarquía del 18 de julio es ilegal, por haberla instaurado un militar golpista y genocida, sin consentir que el pueblo español manifestara sus preferencias. Por eso, además de reclamar un referéndum en Catalunya debemos reivindicarlo también en España, como se hizo en Italia y en Grecia con respecto a sus monarquías fascistas, y ahora son repúblicas.
Es verdad que existen partidos políticos ultraderechistas, como los que se autodenominan impropiamente populares y socialistas sin serlo, y con su alternancia en el poder impiden la posibilidad de celebrar un referéndum sobre la forma de Estado preferida. Por eso es preciso alcanzar urgentemente un pacto entre las varias organizaciones republicanas ahora disgregadas, con el fin de oponer un frente poderoso a los sucesores de la dictadura. Así se proclamará la República Federal Ibérica, en la que además de la Española, la Catalana, la Gallega y la de Euskadi estará integrada también la Portuguesa. Todas unidas voluntariamente para defender las libertades y los derechos de sus ciudadanos.
Es compresible que el régimen impuesto por el dictadorísimo criminal se niegue a admitirlo. El rey no querrá desprenderse de las prerrogativas que le regaló el dictadorísimo sobre sus forzosos vasallos. Hay que demostrarle nuestra resolución, frente a la represión de sus militares y policías. En Catalunya está el modelo de resistencia. El trono se regala, la libertad hay que conquistarla.

* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio.
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