Convulsiones. Diario del soldado republicano Jaume Cusidó Llobet

Convulsiones. Diario del soldado republicano Jaume Cusidó Llobet

Redacción. LQS. Agosto 2019

Acaba de aparecer en la editorial leonesa Ediciones del Lobo Sapiens una nueva trabajo de José Cabañas González: Convulsiones. Diario del soldado republicano Jaume Cusidó Llobet. Prisioneros catalanes en el ‘Gulag’ de León

El libro ha sido –una vez más- prologado por el insigne historiador e hispanista Sir Paul Preston, y, aún a riesgo de ser tachado de inmodesto, me atrevo a trasladar aquí algunas de sus apre-ciaciones:

“Pertenece –el autor- al grupo de investigadores minuciosos cuyos trabajos son imprescindi-bles… Se trata de un estudio enjundioso de lo que él llama el ‘Gulag’ de León, y su descubrimiento y reproducción del Diario del soldado republicano Jaume Cusidó Llobet de los últimos meses de la guerra y los primeros del franquismo, es un hallazgo de primera importancia…, y nos ofrece una visión de la guerra civil muy diferente a las de rabia o agresividad que impregnan otros diarios. La inclusión, también, de las cartas que el cautivo Cusidó y su mujer se entrecruzan es otro gran acierto y amplía lo anteriormente dicho… El volumen en total constituye un trabajo impresionante. Primero, saca a la luz un tema prácticamente desconocido hasta ahora: el campo de concentración de prisioneros de guerra que existió en Valencia de Don Juan. Luego, añade información ingente sobre el campo de prisioneros de San Marcos, el campo de concentración de Santa Ana de León y los campos astorganos de Santocildes y La Pajera. Finalmente, revela algo que ha permanecido casi en el más absoluto silencio: los más de 290 catalanes asesinados en León…No dudo que este libro abrirá nuevas puertas en una temática todavía bastante desconocida y ayudará a los investigadores a entender más y mejor el horror que fueron la prisión y campo de concentración de prisioneros de guerra de San Marcos de León y los demás de la ciudad y la provincia, y, cómo no, la Guerra Civil española. Otra vez, estamos en deuda con José Cabañas”.

Sobre el contenido de este nuevo trabajo, es de señalar que a los Diarios de Jaume Cusidó (uno de tantos y de tantas como hubieron de sufrir en carne propia, ellos y sus allegados, las ignominias y los dramas de una guerra que otros desataron), transcritos, traducidos y contextualizados con numerosas notas, el autor añade lo siguiente:

Fachada actual en el vértice de los que fueron almacenes y talleres Casa Ponga, construidos en 1925. En su lateral derecho se habilitó el campo de concentración de prisioneros de guerra

La transcripción de algunas de las cartas que el prisionero cruza con su familia en Sabadell mientras se halla confinado en el campo coyantino; el resultado de mis indagaciones sobre tan desconocido campo de concentración como hasta ahora ha sido el que se habilitó durante los años de la guerra y el inicio de la posguerra en los Talleres Casa Ponga de Valencia de Don Juan; el Diario que otro soldado, movilizado en las filas nacionales, Antonio Lobato Cabañas, natural de Jiménez de Jamuz, escribió desde las primeras líneas del frente de Aragón y otros a lo largo de algunos meses de 1937 y 1938, y que trae como contraste o contrapunto a los que Jaume Cusidó, en parte en el mismo tiempo, compuso al otro lado de las trincheras; una centena de reseñas de cautivos que penaron en la Prisión de Partido de Valencia de Don Juan en los tiempos de la guerra; una extensa relación nominal de los varios centenares de prisioneros de guerra catalanes inhumados en las fosas comunes del cementerio de León en el invierno y la primavera de 1939, fusilados en el campo de tiro militar de Puente Castro tras ser sacados del Campo de Concentración de San Marcos o fallecidos dentro de sus muros por enfermedades y privaciones; una amplia serie de más extensas y detalladas referencias sobre algunos de aquellos y otros que, de la misma procedencia, sobrevivieron a las tribulaciones de su paso por tal campo o por los al menos otros seis que con él vinieron a constituir una especie de particular “gulag” leonés infame y vergonzante, a los que les cupo la desventura de padecer alguno de aquellos aflictivos y afrentosos recintos en los que mayoritariamente (parece que no en todos) se impuso la deshumanización y la crueldad; y un manojo de desgarrados testimonios dejados por otros prisioneros tras haber sufrido alguno o varios de aquellos campos leoneses y las innumerables y brutales violencias de todo tipo que en casi todos se estilaron, en algún caso contrapuestos a los complacientes y falseados relatos que de la vida en ellos se hacía desde los medios de comunicación del régimen que los había establecido.

Algunos prisioneros integrantes del equipo de fútbol del Batallón de Trabajadores Canero 21, ganador del cam-peonato regional de invierno. Astorga, 1939

José Cabañas González también agrega algunos apartados con informaciones y noticias que vienen a sumar nuevos conocimientos sobre los campos de concentración de San Marcos y Santa Ana de León, y a inaugurar prácticamente los que también ahora comenzamos a tener sobre otros dos asimismo apenas conocidos y asentados en Astorga: el de La Pajera, y el que aparece en algunos documentos como Campo de Concentración de Astorga en el Cuartel de Santocildes, asentado en aquel inmenso recinto militar cuyas instalaciones compartían sus prisioneros de guerra con los reclusos de la Prisión Central que también lo habitaban, una situación de coexistencia de unos y otros en el mismo reducto similar a la que se daba en San Marcos de León hasta el inicio de 1939, y que tampoco ha sido hasta el presente nítidamente esclarecida y remarcada, como no lo ha sido la dedicación oficial durante algunos años de la guerra y la posguerra de la Prisión de Partido de Astorga a Prisión de Mujeres, que también ahora desvelo.

Con todo ello, con las penosas odiseas que se cuentan de Jaume Cusidó y de los demás que dejaron testimonio de ellas y de los lugares en los que transcurrieron, con tales retazos de lo que viene a ser un mismo lienzo, se fueron componiendo a lo largo de casi tres años este libro, que es de interés para cualquiera que desee aproximarse y mirar de cerca a lo que fue nuestro reciente y cercano pasado, en el que se dieron, en medio de episodios tan bárbaramente negros y terribles como los que aquí se han recogido, fulgurantes y solidarios destellos de humanidad y de altruismo como los que también se relatan.

Componen así los contenidos señalados las dos piezas o secciones en las que el libro se estructura (bien pudiera decirse, que, aunque relacionados, se trataría de dos libros en uno). Su título, Convulsiones, remite a la referencia que a ellas y a las tragedias en que estas desembocan, y a los votos para que no se repitan, hace el ya entonces exprisionero de guerra Jaume Cusidó en el remate de sus Diarios, y se ha adoptado por creerlo idóneo para un trabajo como este, en el que se muestra un extenso haz de las abundantes conmociones y calamidades (personales, familiares, colectivas) que tiempos tornados en aciagos vinieron a deparar a tantos, parte de las muchas que acompañaron a aquella guerra civil que fue “la más horrenda e infausta de las convulsiones que consignó la historia”.

Se refieren en la obra abundantes atrocidades e ignominias perpetradas en los numerosos recintos de confinamiento de presos y prisioneros desperdigados por la provincia leonesa (7 campos de concentración; prisiones, 9 de partido, la provincial, y la central de Santocildes; destacamentos penales –no menos de 9-, y batallones de trabajadores -12 al menos-, siempre como mínimo; fueron más los encierros): “los piojos, los golpes, las palizas, el frío,… de San Marcos, y que morían en él por las enfermedades y penurias media docena de personas cada día”. “Las noches en San Marcos eran de miedo: en todas ellas sacaban gente a fusilar. De carambola estamos vivos” (según otro testimonio). El año y medio pasado en la astorgana Prisión Central de Santocildes, y que “fue peor que la muerte”. La Prisión Provincial (“un antro de desolación en el que nos trataban como si fuésemos animales; en muchas ocasiones peor. Nos maltrataron con crueldad”, dirá una de sus presas). “La miseria común que a todos nos devoraba” en el campo de Santa Ana–La Pajera de Astorga, “tan hambrientos que algunos comían crudas las berzas descuidadas de las que los labradores suministraban para el rancho de los cautivos”. Santa Ana de León, “lugar donde toda ruindad y villanía tienen cabida, a pesar de que, como muchos otros campos, lleva nombre de santos en la España que está luchando en una Cruzada contra los sin Dios”, con San Marcos, “antros de vileza e ignominia” en los que tantos “conocieron lo peor de la condición humana”.

Pero también se muestran, en admirable oposición a tanta barbarie, las ayudas o intentos de ayudar -no siempre permitidos- de algunas gentes leonesas a los aprisionados en las ergástulas locales, que no dejaron de darse en épocas tan duras, peligrosas y difíciles incluso en el infierno de morideros como aquellos, entre las que contrasta notablemente con las crueldades de otros reclusorios tanto el oasis de magnanimidad y compasión que al mismo tiempo se vivía en el coyantino campo de concentración de Casa Ponga, como el benévolo acogimiento y la generosidad que con sus cautivos tantos vecinos y vecinas de Valencia de Don Juan practicaron, más meritorio en unos tiempos tan sobrados de tragedias, indignidades, miedos y rencores.

Este nuevo libro (en formato 17×24 cms.), que consta de 452 páginas y contiene 90 ilustraciones, además de 626 notas a pie de página, se puede adquirir al precio de 25 euros, y se encuentra ya a la venta en librerías de la provincia y en la sede de Ediciones del Lobo Sapiens (C/ Barahona, 14 – Bajo. dcha. 24003 – León. Telf.: 987 17 06 52. comercial@lobosapiens.net www.lobosapiens.net

“La obra que acrecienta lo conocido de los campos de concentración de San Marcos y Santa Ana de León, e inaugura el conocimiento del coyantino de Casa Ponga y los astorganos de La Pajera y Santocildes. Un gran acierto que ayuda a entender el horror de los reclusorios franquistas” (según Paul Preston).

Más información (el Índice, el Prólogo, y la Presentación) en la web del autor, clic aquí

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