Crisis climática: en la cuenta atrás

Crisis climática: en la cuenta atrás

Por Selodi Gasan Adie. LQSomos.

A las puertas de la vigésimo sexta Cumbre del Clima, la COP26, que se celebra en Glasgow, Escocia, y a la que acuden los representantes internacionales de todas partes del planeta para tratar, al menos de palabra, de generar acuerdos y compromisos efectivos para luchar contra la crisis climática… Nos encontramos con un nuevo informe, esto es un no parar, que nos advierte que seguimos encaminados hacia la catástrofe climática.

La pasada semana en estas mismas páginas escribía: Calentamiento global ¿Para qué sirven los acuerdos?, denunciando el incumplimiento consciente de los gobiernos de los Acuerdos de París (1) y es que el tiempo va pasando, se acaban los plazos, se vociferan las alarmas, pero la realidad demuestra que nos se cumplen los compromisos gubernamentales para frenar la crisis climática.

El Informe sobre la brecha de emisiones (2), publicado este martes 26 de octubre, muestra que los esfuerzos de cada país para reducir las emisiones nacionales sólo conducirían a una reducción adicional del 7,5% de las emisiones anuales de efecto invernadero en 2030, en comparación con los compromisos anteriores

La conclusión, tan grave como real, es que si no reducimos las emisiones actuales a la mitad, el mundo asistirá a un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7°C este siglo, advierte este nuevo informe de ONU Medio Ambiente, que asegura que “la calefacción está encendida” y pide que el mundo despierte ante el peligro al que nos enfrentamos como especie, aun que tengo que remarcar que lo de pedir al mundo queda muy abstracto, si los gobiernos no cumplen con sus compromisos y legislaciones, muy poco, aunque necesario, podemos hacer las ciudadanas de buena intención. El planeta necesita una reducción del 55% de dichas emisiones para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5°C, el máximo definido por los científicos como el escenario menos arriesgado para nuestro planeta y el futuro de la humanidad.

El informe concluye que las promesas de cero emisiones netas, si se cumplen en su totalidad, podrían suponer un avance y reducir el aumento previsto de la temperatura mundial a 2,2º centígrados, lo que permitiría albergar la esperanza de que las nuevas medidas pueden evitar los efectos más catastróficos del cambio climático. Sin embargo, hasta ahora estas promesas son “vagas” e incoherentes.

Un total de 49 países, además de la Unión Europea, prometierón alcanzar una meta de cero emisiones netas. Esto abarca más de la mitad de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, más de la mitad del PIB mundial y un tercio de la población mundial. Hay once objetivos consagrados por ley, que cubren el 12% de las emisiones mundiales.
Sin embargo, muchas de las contribuciones determinadas a nivel nacional posponen la acción hasta después de 2030, lo que hace dudar que puedan alcanzarse los compromisos de neutralidad de emisiones, según el informe.
Además, aunque doce miembros del G20 han prometido alcanzar una meta de cero emisiones, todavía hay ambigüedad sobre cómo van a cumplir con esta meta.

El informe es claro: para poder alcanzar el objetivo de 1,5 °C, el mundo necesita reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años. Esto significa eliminar 28 gigatoneladas adicionales de CO2 equivalente de las emisiones anuales, además de lo prometido en las contribuciones determinadas a nivel nacional actualizadas y otros compromisos para 2030. Las emisiones pospandémicas, tras disminuir inicialmente, se han recuperado y ahora están aumentando las concentraciones atmosféricas de CO2; las más altas en los últimos dos millones de años.

El Informe sobre la brecha de emisiones 2021 también analiza el potencial que tiene la reducción de las emisiones de gas metano procedentes de los sectores de los combustibles fósiles, los residuos y la agricultura, para frenar el calentamiento a corto plazo.
Los expertos explican que la reducción del metano podría limitar el aumento de la temperatura más rápidamente que la del dióxido de carbono. Este gas, el segundo mayor contribuyente al calentamiento global, tiene un potencial de calentamiento más de 80 veces superior al del dióxido de carbono en un horizonte temporal de 20 años; además, su vida en la atmósfera es más corta que la del dióxido de carbono: sólo doce años, frente a los cientos que puede durar el CO2.
El informe indica que las medidas técnicas disponibles, de bajo coste o nulas, podrían reducir las emisiones antropogénicas de metano en aproximadamente un 20% al año, y con medidas estructurales y de comportamiento más amplias, en aproximadamente un 45%.

Seguiremos con atención el encuentro político en la COP26, que comienza este domingo 31 de octubre y finalizá el viernes 12 de noviembre, aunque lo que hay que vigilar, el resto del año, es que se cumplan los compromisos, lejos de las fotos y los protocolos hipócritas de estos encuentros internacionales.

#CrisisClimática

Notas:
1.- Acuerdo de París
2.- La calefacción está encendida. Un mundo de compromisos climáticos aún por cumplirse
– Fotografía de portada: Marek Piwnicki/Unsplash.

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