Dinero virtual, riqueza ficticia y bancos centrales

Dinero virtual, riqueza ficticia y bancos centrales

El Financiero de El Garaje. LQS. Mayo 2018

¿Está el próximo crash programado?

Muchos piensan que así es. Vean el siguiente artículo (no lo he encontrado en castellano, clic aquí)

La tesis principal es que el sindicato financiero anglosajón, que controla los bancos centrales y, con ellos, la creación y flujos monetarios, prepara la quiebra de dichos bancos centrales (incluido el BCE europeo) con el fin de arruinar a todos los pequeños ahorradores, a los pensionistas, a lo que quede de las clases medias y, objetivo último, dar un paso más en la concentración bancaria y financiera, dentro de la brutal aceleración de la concentración de la riqueza, que es la principal característica de nuestro tiempo.

Echemos un vistazo al esquema del balance de cualquier banco central:

Como en todo balance, la suma de los activos debe de ser igual a la del pasivo.

La mayor parte de los activos se concentran en préstamos al sector público (alianza tóxica de los bancos centrales y los Estados) y se concretan en bonos de los Estados (contabilizados por billones). Les siguen los préstamos a empresas privadas.

El día que se decida constatar que los estados no van a devolver sus deudas (se active el crash, si es que está así programado) y, por lo tanto, se oficialice que el activo de los bancos centrales es en realidad muy inferior al teórico, se producirá un devaluación paralela (y brutal) del pasivo. Si un banco central quiebra, no podrá devolver las reservas obligatorias que los bancos comerciales tienen depositadas en sus cuentas en el banco central (en el europeo, más de 500 mil millones) ni, tampoco, ningún otro tipo de depósito, con lo que esos bancos quebrarán, llevándose por delante los depósitos de sus clientes. Por no hablar de los que quebrarán sólo por el hecho de que el Banco Central “no disponga de liquidez para prestarles”. Así se borra (devalúa) el dinero, cuando este no es más que bits de ordenador.

Los bancos quebrados (ya sin los depósitos, anulados por ley) serán comprados, muy baratos, por los grandes de la finanza anglosajona. Los clientes particulares y las empresas, aunque hayan perdido sus depósitos, tendrán que seguir pagando sus créditos, porque eso será precisamente lo que comprará el sindicato financiero.
Y ya no se volverá a hablar de la burbuja de los bancos centrales. De un plumazo se habrá borrado su balance. Se crearán otras herramientas para que los que controlan el sistema puedan seguir manejando los flujos monetarios. Ellos, no solo no perderán nada, sino que serán –como siempre– los grandes ganadores de la crisis.

La riqueza general bajará (pero, ¿no era –como decía Obama– “ilusoria desde el principio”?). Los Estados y los pueblos, sometidos por la deuda no podrán salir de la trampa.

Ellos, el sindicato, han tenido (y tienen) el privilegio de crear dinero (a través de los bancos centrales). Será todo lo ficticio que se quiera, pero los intereses que perciben por ello (en España 30 mil millones al año) son bien reales (salen del presupuesto y se recaudan vía impuestos a la población). Son beneficios que se pueden reinvertir en toda clase de activos, bienes y empresas.

El capital del BCE (suscrito por los Estados) desaparecerá en el agujero, al igual que los fondos (públicos y privados) de pensiones, invertidos en bonos de los Estados.

Con respecto a los billetes en circulación (otra parte del pasivo que habrá que devaluar), sabido es el interés de los poderes económicos en hacer desaparecer el dinero en efectivo. Resulta más fácil suprimir dinero electrónico, aunque una eventual obligación de cambiar billetes por una nueva moneda permitirá también devaluar, por el método de cálculo a emplear, su valor.

Cuando hablamos del balance del BCE, hablamos de más de 4.2 billones de euros (el doble del que era en 2015 antes del inicio del programa de compra de bonos soberanos). Tienen que ser borrados. Quizás al lector esta lectura le parezca apocalíptica. No estoy seguro –ni nadie lo está– de que todo esto vaya a ocurrir así, y nada me agradaría más que las cosas se solucionasen de otra manera. Por ello, cualquier sugerencia u opinión serán bien recibidas como parte de este debate. No se me ocurre otro de mayor importancia.

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