Donde hay minerales no hay Derechos Humanos

Donde hay minerales no hay Derechos Humanos

Xoroxloo Duxee murió por deshidratación, al no poder beber agua de un pozo destruido por el gobierno de Botswana. Era uno de los <bosquimanos que resistía con los suyos en el desierto de Kalahari Central. Uno de los que se han negado a abandonar las tierras ancestrales, a pesar de la presión del gobierno corrupto de ese país surafricano. El gobierno les somete a un cerco infernal de hambre y sed. No pueden utilizar los pozos de agua, aunque las temperaturas del Kalahari Central superen los 50º de calor.

El 10 de Diciembre fue el Día de los Derechos Humanos en el mundo. Se conmemoró, una vez más, la firma de la Declaración Universal en 1948 que, al menos en su teoría, es un exponente de civilización humana. Pero el hecho es que hay la evidencia de su violación constante y no esporádica, por parte de las fuerzas oscuras del capitalismo que domina la realidad en este calamitoso mundo donde los canallas nadan como pez en el agua.

Y, como ocurre siempre, “al tiburón que no nada se lo lleva la corriente”. Los que no nadan al compás del ambicioso hombre blanco y su “progreso” son los indígenas de aquí y de allá: África, América y Asia. Su manera de estar en el mundo se lo impide. Son primitivos. Son salvajes. No tienen importancia.

Y, al igual que ocurrió con los indios norteamericanos, el objetivo que se está llevado a cabo, metódicamente, es el genocidio. Tras el abandono de sus tierras por la fuerza de las armas y las enfermedades, llegan los colonos, los buscadores de oro, esmeraldas, petróleo, maderas, plantas medicinales para patentar remedios. Además, esta labor devastadora está diezmando miles de especies animales y vegetales, que desaparecen del planeta para siempre.

Mientras los turistas en Botswana se relajaban junto a una piscina en medio del desierto del Kalahari Central, a los bosquimanos se les negaba el acceso al agua, y todo ello a pesar de haber obtenido derechos históricos sobre sus tierras en los tribunales de justicia de ese país. A pesar de las sentencias a su favor, siguen siendo asediados por el gobierno.

También les está prohibido cazar. No pueden perseguir a pie a los animales salvajes y pedirles perdón por tener que alimentarse con su carne, como han hecho desde siempre. Los bosquimanos que accedieron al engaño del gobierno y fueron conducidos a los asentamientos están enfermos y vagan por los suburbios, alcoholizados.

Los Derechos Humanos no existen para los bosquimanos desde que la multinacional De Beers descubrió un valioso yacimiento de diamantes en su territorio.

Los pigmeos batwa de Uganda nunca han cazado gorilas. Sin embargo, fueron expulsados de su selva en 1991 bajo el argumento de que había que proteger a los primates. Los pigmeos son ahora refugiados.

Una tribu de Kenia, que vive cerca de una zona ahora célebre por sus vínculos con el compromiso entre los duques de Cambridge, se enfrenta a una brutal violencia después de que organizaciones benéficas por la vida salvaje acordaran la compra de su tierra.

El distrito de Laikipia de Kenia ha sido durante cientos de años parte de la tierra tradicional del pueblo indígena samburu, hasta que dos organizaciones benéficas con sede en EE UU, The Nature Conservancy (TNC) y African Wildlife Foundation (AWF), acordaron pagar 2 millones de dólares por este territorio que oficialmente era propiedad del expresidente de Kenia, Daniel Arap Moi.

Matones armados con listas negras de futuros objetivos están ejecutando a prominentes líderes indígenas en Brasil. Los terratenientes ganaderos los contratan para impedir que los guaraníes regresen a sus tierras. Según informaciones de última hora procedentes de Brasil a las que ha tenido acceso Survival International, pistoleros enmascarados han ejecutado a un líder indígena religioso enfrente de su comunidad. El asesinato de Nisio Gomes guarda paralelismos con el de Marcos Veron, otro líder guaraní asesinado por trabajadores de un terrateniente brasileño en 2003.

Los pistoleros rodearon a Nisio Gomes, de 59 años, y ordenaron a su comunidad que se tumbara en el suelo. Según los testigos, recibió disparos en la cabeza, el pecho, los brazos y las piernas. Después se llevaron su cuerpo.

Las últimas palabras del líder indígena Nisio Gomes, asesinado el pasado viernes en el sur de Brasil, se las dedicó a su hijo Valmir: “No dejes este lugar. Cuida de esta tierra con valor. Esta es nuestra tierra. Nadie nos puede echar de ella. Cuida bien de mis nietas y de todos los niños. Dejo esta tierra en tus manos”.

La masacre y la enfermedad mataron a uno de cada cinco indígenas yanomami en Brasil durante la década 1980, hasta que la presión internacional forzó a este país a expulsar a los mineros de oro que habían ocupado sus tierras.

El organismo de Naciones Unidas ha añadido este ritual de los enawene nawe, llamado Yãkwa, a su lista " Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia”. Los enawene nawe, que viven en el sur de la Amazonía brasileña, practican el ritual de Yãkwa cada año, como un intercambio de alimento entre humanos y espíritus. El ritual de pesca de una tribu amazónica ha sido reconocido por UNESCO como uno de los tesoros más preciados de la humanidad.

En otro lado geográfico y cultural, los papúes pro-independencia están planificando numerosas manifestaciones este jueves para conmemorar los 50 años desde que izaran por primera vez la simbólica bandera “Morning Star”. El aniversario se produce en un clima de tensión debido a la brutal supresión de cualquier oposición por parte de Indonesia, que dicta sentencias irrisorias para las fuerzas de seguridad implicadas en actos violentos. Se estima que 100.000 civiles han sido asesinados bajo la ocupación Indonesia desde 1963.

Miembros de un pueblo indígena filipino están protestando después de que el segundo hombre de negocios más rico del país se haya asociado con una empresa minera en la isla de Palawan.
El acuerdo firmado entre MacroAsia Corporation, de Lucio Tan, y la empresa china Jinchuan Group Ltd., promueve los planes de extraer níquel de la tierra ancestral de los palawanes.

Con esta unión empresarial ambas compañías pretenden extraer hasta un millón de toneladas métricas de níquel al año del bosque tropical filipino llamado Brooke’s Point.

En esa zona se encuentra el hogar de las comunidades palawanes, algunas de las cuales han mantenido un escaso contacto con foráneos. Miembros de la tribu palawan, que viven en el área amenazada, han mostrado de forma consistente su oposición a la minería en su tierra, de la que dependen para sus cultivos, para cazar y recolectar.

Siempre que se producen sistemáticos genocidios, por parte del hombre blanco, es por una cuestión de robo. Sucedió el siglo pasado con los indios pieles rojas de Norteamérica. Sucede en el ahora mismo del año 2.011. "Manos Unidas" y "Oxfam" están denunciando la apropiación de tierras cultivables, por parte de corporaciones internacionales y gobiernos como China y Corea del Sur.

El coltán ha sido su maldición. Antes del coltán vivían como podían en las orillas del lago Kivu, en la República del Congo. Pero en esa zona de África se descubrió ese mineral, sin el cual no funcionan los teléfonos móviles, ni otros artilugios digitales que han invadido el mundo. Ahora mismo vuelven los malos presagios en el corazón de las tinieblas de Conrad. La República Democrática del Congo tiene el 80% de las reservas de coltán.

En el Congo, el general Joseph Kabyla se ha proclamado vencedor de las recientes elecciones y se apresta a renovar su mandato. Sus enemigos políticos le han declarado la guerra del “quítate tú p´a ponerme yo”. Joseph Kabyla heredó la presidencia de su asesinado padre Laurent. Este la ostentó desde que cayó en desgracia el siniestro dictador Mobutu Sese Seko. Un tyranosaurio antropófago impuesto por los EEUU.

La guerra entre facciones para controlar los yacimientos del coltán es un apocalipsis que enzarzó en su momento ahutus y tutsis. El coltán financió la masacre entre contendientes. El balance fue de 5 millones de muertos y un indescriptible número de refugiados. Los muertos navegaban flotantes por las aguas del lago. El hedor no llegó a la nariz de George Bush, ex-presidente de los EEUU y padre del también ex-presidente George W. Bush. Los Bush tienen grandes intereses en la American Mineral Fields que tiene mucho que ver con el estratégico coltán.

Uno de los máximos responsables de las matanzas del lago Kivu fue Paul Kagame, que aún hoy es presidente de Ruanda. Kagame es un militar entrenado por los Estados Unidos en una base de Kansas. A pesar, o precisamente por su curriculum asesino, recientemente fue propuesto por Bill Gates de Microsoft y el ex presidente Bush para un relevante cargo en las instituciones internacionales.

Y así sucesivamente. Donde hay coltán no hay ni un asomo de Día de Derechos Humanos. Nunca hay derechos humanos. Tan solo hay abismos de calamida, muerte rápida o muerte lenta.

Pero todo el mundo tiene un móvil pegado a la oreja, para hablar. Hablar. El teléfono celular supone la mayor revolución social de los últimos tiempos. Es un psiquiatra portátil de bolsillo.

Es curioso. Hubo un momento en que la gente prefería perderse y odiaba que la localizaran. Sin embargo, en estos tiempos la gente prefiere estar prendida en la red de las ondas digitales, como una mosca en la tela de la araña. Dejan a su paso las migas de Pulgarcito como rastro, para no perderse y que los encuentren en todo momento. Les gusta sentir que significan algo para alguien, aunque sea en el inalámbrico.

Si no te llama nadie por el móvil, simplemente no existes.

Puede que se trate de un sentimiento general de patológica soledad.

– Fuente: Survival, Wikipedia

* Director del desaparecido semanario "La Realidad"

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