El ballet se baila en las redes sociales

El ballet se baila en las redes sociales
Las redes sociales, como ejemplo de la web 2.0, permiten a sus usuarios interactuar y colaborar entre sí a diferencia de los antiguos sitios web estáticos donde los usuarios se limitan a la observación pasiva de los contenidos que se han creado para ellos. Mucho se ha escrito ya sobre las posibilidades de la interacción en línea a la hora de promocionar y dar a conocer un producto; Y, por mucho que el ballet sea un arte efímero, los bailarines y sus compañías no lo son, y son conscientes de que darse a conocer atraerá a nuevo público.
 
En un artículo de 2010, el New York Times decía ‘’en el mundo del ballet, dónde se espera que los bailarines hablen con sus cuerpos, parece que el distanciamiento de la realidad es algo a lo que aspirar. Gracias a Twitter, los bailarines están comenzando a hacerse oír. En el New York City Ballet y en el ABT, no existen políticas sobre la participación de los bailarines en Twitter, aunque, de momento, la relación entre los bailarines asiduos a las nuevas tecnologías y a las redes sociales es como la de un niño enseñándole a sus padres como usar el email’’.
Las tres redes sociales más populares actualmente son Facebook, Twitter y Youtube. Además, la posibilidad de desarrollo y acceso de aplicaciones para el móvil han centrado el interés del sector tecnológico.  Instagram, que tras su adquisición por Facebook Inc.  ha subido hasta los 100 millones de usuarios en una de las aplicaciones para móviles más de moda actualmente.
 
Facebook, y Twitter son interfaces de contenido múltiple, ambas permiten subir contenidos de video o fotográficos, pero, la mayor parte de usuarios eligen difundir enlaces a sitios externos. Youtube sin embargo está dedicada específicamente hacia los contenidos de video, mientras que Instagram es una red social basada en la edición y difusión  de fotografías tomadas por el propio móvil del usuario.
 
Dentro del mundo del ballet, podríamos decir que tanto los bailarines cómo las compañías estarían interesadas en la auto-promoción  a través de las redes sociales. Además, las marcas relacionadas con productos cómo  ropa, zapatillas, o incluso revistas estarían interesadas en difundirse. Existen también un segundo tipo de difusores, aquellos ya ‘nativos’ en lo virtual, los bloggers. Sheri Leblanc (@sheri_ls), posee la cuenta de twitter con más seguidores del mundo del ballet, 252.492.  Muy populares también son las cuentas dirigidas por dos webs británicas, ‘BalletNews’ y  ‘The Ballet Bag’ . ‘Balletnews’ (@BALLETNEWS) posee 7.212 y 53.414  seguidores en Twitter y Facebook,  mientras que ‘The Ballet Bag’ (@theballetbag) cuenta con  13.555 y 11.831 seguidores, respectivamente.
 
Según las propias estadísticas de Youtube, cada segundo se sube una hora de contenido de vídeo a su servidor. Siendo el video, al fin y al cabo, la manera no presencial más eficaz de percibir la danza, no sería extraña pensar que el objetivo del mundo del ballet sería aumentar su presencia entre esta vasta cantidad de contenido.
 
Existe otra red social de video llamada Vimeo, más enfocada hacia el mundo creativo, con una opción profesional de pago. Youtube posee la misma restricción de subir contenido cuyos derechos de copyright no pertenezcan al usuario pero, no es tan protegida cómo en Vimeo. Esta limitación de derechos está detrás de que los bailarines, cómo entidad profesional individual, no sean los proveedores de videos en Youtube.
 
Es famoso en Internet el celo con el que el ‘© The George Balanchine Trust’ protege la aparición de videos de las coreografías de George Balanchine. Según las directrices de la organización, incluso aquellas compañías que posean licencia para representar sus ballets, no pueden publicar vídeos promocionales de más de tres minutos o con más de 40 segundos de coreografía continua. A pesar de esto, es posible encontrar contenido que supera estas duraciones en Youtube, lo cual muestra, cómo ya hemos mencionado, la laxitud del sitio con respecto a sus propias normas de copyright.
 
Pero, la tesis de que Youtube es un sitio dónde la producción va unida a la distribución  de contenido  puede explicar el orden de la clasificación de compañías según número de seguidores. Una pequeña compañía fundada en 1985 en el sur de California, el ‘Anaheim Ballet’, encabeza con 58.468 subscripciones a los siguientes clasificados en la lista, las cuentas de los teatros de la Royal Opera House (24.722 subscripciones) y  del Bolshoi (17.160). Esto muestra uno de los principales puntos a favor de la distribución a través de las redes sociales, la no necesidad de un presupuesto alto.
 
Analizando el contenido, podemos ver dos diferencias claras de enfoque. La compañía californiana basa sus videos únicamente en ‘podcasts’, bajo el nombre, ‘More than Dance’. Se trata de pequeños vídeos de unos 3 minutos en los que entrevistan a distintos bailarines de la compañía o visitantes, que suben online semanal o bi-semanalmente.  El Teatro Bolshoi comparte también videos de duración breve, de mayor nivel de producción técnica que los de Anaheim Ballet, pero, también retransmite capítulos del programa televisivo, ‘Billete al Bolshoi’, y, retransmite en directo (geobloqueado para Rusia) los ballets que se retransmiten en el cine en otros países. La Royal Opera House también ha realizado retransmisiones en directo, cómo ‘Royal Ballet Live’,  una retransmisión en directo de la jornada completa de trabajo de la compañía que tuvo lugar el  23 de Marzo de 2012. El Prix de Lausanne (7070 subscriptores) también realiza retransmisiones de la competición, al igual que el teatro Mariinsky, que sin embargo prefiere difundirlas únicamente desde su propio sitio web.
 
Llama la atención el hecho de que compañías tan importantes cómo el American Ballet Theater, el Ballet de la Ópera de París o el Ballet Nacional de Dinamarca no estén presentes a través de ningún canal oficial en youtube. Si hablamos de bailarines, tan sólo Daniil Simkim ( bailarín principal del ABT) posee una cuenta propia con un número de seguidores destacable.
 
Twitter y Facebook resultan más unificadores, al no poseer esa teórica barrera de entrada de la posesión de los derechos de autor. En Twitter, de los cinco primeros puestos, encontramos dos webs, dos bailarines y una compañía, mientras que en facebook aparecen tres compañías, una bailarina y una web.
 
Maria Kochetkova (@balletrusse), principal del San Francisco Ballet, resulta la bailarina más popular en Twitter, con 184.612 seguidores. Roberto Bolle (@RobertoBolle) es el segundo con 98.642 seguidores, por encima de la compañía más popular, la Royal Opera House (@RoyalOperaHouse), con 56.283 seguidores.
 
En Facebook vemos  un dominio claro del American Ballet Theater (273.196 seguidores) y del New York City Ballet (218.601 seguidores). La bailarina con mayor número de seguidores es Polina Semionova, con 178.282, pero, no se trata de una cuenta gestionada personalmente por ella, sino por sus representantes. La organización que la representa, ‘Ardani Artists’ gestiona además las cuentas de Natalia Osipova (2.658 seguidores) e Ivan Vasiliev (1.667 seguidores), junto a la propia de la organización (4.012 seguidores).
 
Con respecto a los marcas comerciales de venta de danza se da la situación de que  las cuentas de revistas de danza cómo ‘Dance Magazine’,  ‘Dance Spirit Magazine’ o ‘Pointe Magazine’ tienden a mantener un número parecido de seguidores en facebook y twitter, siendo ‘Dance Magazine’ la mayor en números de seguidores combinados, aunque ‘Pointe Magazine ‘es la única que supera el millar de seguidores en youtube. Las marcas de vestuario para danza tienen una presencia muy limitada en twitter, quizá debido a que se trata de una interfaz menos visual que la de facebook. Capezio es la más seguida en twitter y Bloch la más seguida en facebook, aunque ambas tienen cuentas separadas por continentes.
Debido a la globalización  que representan las redes sociales e Internet, podemos decir que la lengua principal de difusión es claramente el inglés. A pesar de eso, en la lista de cuentas de twitter más populares se cuela en sexto lugar, superando a compañías como el New York City Ballet o el American Ballet Theater,  la cuenta del Teatro Mikhailovsky (@Mikhailovsky) , que cuenta con 41.282  seguidores y está gestionada únicamente en idioma ruso. Las compañías rusas presentan un perfil mucho más bajo en Facebook, lo cual se debe quizá a que, a pesar de ser la red social más popular del mundo, en Rusia es superada por el portal ‘Vkontakte’, razón que podría explicar por qué el Bolshoi no tenga página oficial en Facebook.
 
Las aplicaciones propias para el móvil serían el siguiente paso, pues podrían ser la manera de centrar en un solo lugar calendarios, compra  de entradas, contenido multimedia, redes sociales etc. Esta dirección, en la que han entrado muchas empresas de los más directos sectores, está aún por desarrollar en el mundo del ballet. Entre las compañías que han dado los primeros pasos en este sector está el Kansas City Ballet, el Australian Ballet, Houston Ballet.
 
Tomando Instagram como la aplicación de moda para el teléfono se puede observar que aún no se ha institucionalizado, y que es usada mayormente por bailarines como individuales. Es cierto que tiene muchos menos usuarios, pero esto se debe a estar limitada a la tecnología iphone o android. El punto fuerte es una interfaz casi totalmente visual, y su apariencia artística. Un dato a destacar es la juventud, puesto que entre los quince primeros, se encuentran dos alumnas de la escuela Vaganova, Anastasia Turkova y Ksenia Zhiganshina,  superando a bailarines mucho más conocidos.
 
En conclusión, pocos habrá ya que no sean conscientes de la importancia de lo viral, de crear ‘buzz’ (interés) en Internet. Pero, Internet actualmente no es un filtro cerrado de informaciones, y, tanto compañías cómo bailarines deben estar preparados a la interacción.  Si una compañía pequeña puede superar a un gran teatro en youtube, se debe a la actualización continua de contenidos, al igual que bailarines cómo Maria Kochetkova pueden lograr una influencia mayor que la de sus propias compañías.
 
 * Balletómanos, ballet, crítica, danza, historia

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