El mundo necesita a Pepe Pótamo

El mundo necesita a Pepe Pótamo
Pepe Pótamo se ríe de las dietas. Sólo come hierbas terrestres, pero su peso roza las tres toneladas, lo cual no le preocupa, pues le parece que la delgadez es triste y antiestética. Se compra la ropa en Coronel Tapioca. Eso no significa que le guste presumir de aventurero. No es uno de esos pijos que se adentran en los caminos rurales para broncearse y jactarse de su conciencia ecológica. Pepe Pótamo no necesita broncearse, pues su piel es violeta y no cambia de color con la radiación solar. Su conciencia ecológica no es una pose de ejecutivo acostumbrado a desplazarse en BMW, mientras deplora que el planeta se encamine hacia el desastre por culpa de la contaminación. Pepe Pótamo no es un farsante, sino un verdadero explorador. Sólo utiliza tres prendas: una chaqueta blanca con dos bolsillos en el pecho, un ancho cinturón con hebilla y un salacot de color marfil. Viaja en un globo aerostático, acompañado de su fiel Soso, un chimpancé con una gorra de visera y un telescopio hambriento de tierras vírgenes. Soso no es un servil botones, sino un intrépido camarada que orienta su visera hacia atrás para manifestar su rebeldía e inconformismo. Pepe Pótamo y Soso nunca dejarán de surcar los cielos, pues buscan la isla Utopía y hasta ahora sólo han encontrado reyezuelos venales, caníbales con sable y medallas, parlamentarios sin conciencia  y cazadores de cabezas disfrazados de genios de las finanzas.
 
Pepe Pótamo se mete en infinidad de líos, pero siempre sale victorioso, gracias a su famoso hipoaullido huracanado, que le permite barrer a sus enemigos y alejarse a una velocidad supersónica. Es un arma incruenta, un vendaval de poesía y ternura que deja en ridículo a los idiotas y los botarates. El mundo está lleno de canallas, imbéciles y desalmados. Su fuerza es colosal, pero incapaz de neutralizar su hipoaullido, que ha derribado las torres más altas del poder y la arrogancia. Aunque la Historia le ignora, Pepe Pótamo abanderó el asalto a la Bastilla y el Palacio de Invierno. La paleta de Delacroix le omitió porque su piel violeta no encajaba con la combinación de amarillos, ocres, azules, blancos y negros de La libertad guiando al pueblo. En realidad, la mujer que aparece en el centro del cuadro, con la bandera tricolor, un gorro frigio y la bayoneta calada, usurpa la gloria a Pepe Pótamo, que encabezó a un ejército de parias y desheredados, animándoles a no resignarse ante su infortunio. No hay que lamentar esta injusticia. Pepe Pótamo no anhelaba honores ni reconocimientos. Sólo quería acabar con la tiranía y la desigualdad. El joven que aparece a su lado con dos pistolas y una bandolera, avanzando entre los heridos, es Soso, que nunca aguantó cadenas ni amos. A los chimpancés jamás les ha gustado vivir entre rejas y, menos aún, en un zoo, un circo o un laboratorio. Pepe Pótamo, ubicuo y atemporal, también participó en el levantamiento del 2 de mayo en el Madrid de 1808. Apresado por las huestes napoleónicas, se enfrentó a la muerte en la montaña del Príncipe Pío, extendiendo sus robustos brazos con un heroísmo digno de los hexámetros de Homero, pero los arcabuces de los verdugos se revelaron impotentes ante su piel dura y combativa. Goya inmortalizó el momento en Los fusilamientos del 3 de mayo, pero el fanal del pelotón desprendía una luz sobrecogedora que no toleraba el contraste con el violeta, sin perder su esencial dramatismo. Goya intentó compensar la omisión del valiente Pepe Pótamo, respetando el color blanco de su chaqueta, si bien transformó la prenda en camisa. Soso se escondió detrás de su amigo y salvó la vida. Los grandes testigos de la Historia casi siempre son seres anónimos e insignificantes, pero con un valor genuino y sin alardes, que ni siquiera reclama el legítimo derecho de ser algo más que una nota a pie de página.
 
Serguéi Eisenstein tampoco les incluyó en el metraje de Octubre, pese a que Pepe Pótamo y Soso dirigían la primera oleada que ocupó la residencia oficial de los zares. No sé si el hecho de que la cinta se rodara en blanco y negro constituye una excusa. No nos aflijamos por Pepe Pótamo y su fiel Soso. Su capacidad de viajar en el tiempo, les ha permitido luchar en Sierra Maestra al lado del Che y Camilo Cienfuegos y pelear en Morelos a las órdenes de Emiliano Zapata. Amante de los salacots, Pancho Villa nombró general a Pepe Pótamo por su destacado papel en la toma de Ciudad Juárez. Una vida de esta naturaleza es incompatible con el matrimonio. Por eso, Pepe Pótamo, revolucionario ejemplar, permanece soltero. Su amigo Soso es su única familia y el globo aerostático su único hogar. Pepe Pótamo es primo lejano de Baloo, el bonachón y hedonista tutor de Mowgli. Ambos sienten la misma aversión por el trabajo y la rutina. No hay que descartar que algún día el azar les reúna y junten sus fuerzas para acabar con la revolución neoliberal. No se me ocurre un espectáculo más hermoso que el hipoaullido huracanado, borrando de la faz de la tierra a Mario Draghi, Angela Merkel y Jens Weidmann, presidente del Bundesbank. Baloo completaría el trabajo, ahuyentando a escobazos al resto de los villanos: Esperanza Aguirre, reina de la Malicia Absoluta; Fernando Savater, filósofo de pacotilla; Mario Vargas Llosa, plumífero venal y desalmado; Emilio Botín, forajido de cuello blanco, y Juan Carlos I, bobo, beodo y rijoso, con una corona forjada en las fosas clandestinas del franquismo.
 
Necesitamos a Pepe Pótamo y Soso. El mundo no puede vivir sin esperanza. Todas las mañanas miro al cielo, con la ilusión de atisbar su globo aerostático, pero creo que está en Chiapas, arrancando sonrisas a los niños de las comunidades zapatistas. Sin embargo, Soso nunca deja de escrutar el horizonte con su telescopio, buscando nuevos destinos. Tal vez algún día se fijen en nosotros e inicien una larga travesía por el Atlántico. Si alguna vez escucháis un atronador hipoaullido, no os asustéis. No son las trompetas del Apocalipsis, sino el preámbulo de un mundo mejor, donde los malos perderán sus privilegios y tendrán que sudar la gota gorda para llegar a fin de mes.
 
 

 

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