El valor del teatro: Los papeles de Sísifo

El valor del teatro: Los papeles de Sísifo

Iñaki Alrui. LQS. Abril 2021

A Martxelo Otamendi,
siempre da,
siempre se aprende.

O se está con la Libertad de Expresión o se está contra la Libertad de Expresión”

Podría ser en cualquier lugar del mundo, es una redacción con sus grandezas y sus miserias, un periódico que es parte de un proyecto colectivo, de esos donde el mayor capital es arrimar el hombro, escrito en tu lengua materna, un diario en el que se aúnan muchos y diferentes pensamientos, y que lucha siempre en una carrera contra el reloj para hacer el cierre de edición. Una redacción sin el gran aval financiero del estado o un poderoso grupo editorial (llámese de la banca). Un diario independiente.

Día a día, del trabajo soñado o del trabajo recurrido. Todos los días se parte para abrir y cerrar una edición, y volver a empezar, como la piedra que sube y rueda, ¡Sísifo que estás en el Olimpo! Y los que lo hacen son como tú, como yo, responsables por momentos para pasar a ser incumplidores garantes y volver a buscar la ejemplaridad, ridículos, cariñosos, honestos, impíos, comunes en lo común.

¡Perdón! No lo he dicho en el primer párrafo, ¡el que todo el mundo lee!, estamos en el teatro, delante de una obra que podría ser del siglo XIX, del XX, o de este por el que andamos, da igual… estamos metidos dentro de la redacción de un periódico y desde la butaca empezamos a semejar personajes, a identificarnos o repelerlos, a entrar en la historia, ser parte, identificarte o no, algo de todo eso es el teatro, una representación particular y exclusiva para el espectador, que no se volverá a repetir. El valor del relato, el valor del teatro.

Podría ser Turquía, Marruecos, Arabia, Colombia, Irán, Ucrania… pero es en el reino de España, es en el siglo XXI y en una democracia (abre comillas) “consolidada” (cierra comillas). Estamos en Euskal Herria, 2003, y entramos de lleno en la historia de la deplorable clausura de un medio de comunicación, se llamaba Egunkaria, les resumo:

“El 20 de febrero de 2003, el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo decretó la clausura del periódico ‘Egunkaria’, un diario que se editaba en euskera desde 1990 y que en aquella fecha tenía una tirada de 15.000 ejemplares. El motivo: su presunta vinculación con la banda terrorista ETA. Aquel día, fueron detenidas 10 personas, entre ellas, el director, Martxelo Otamendi, y demás miembros del equipo directivo. Aquella acción trajo numerosas protestas. Hubo una enorme manifestación en San Sebastián y se postularon en contra del cierre incluso periodistas como Luis María Ansón. Siete años después, el 12 de abril de 2010, la Audiencia Nacional dictó una sentencia absolutoria para todos los acusados. Nunca se probó ningún vínculo con ETA. El periódico, sin embargo, no volvió jamás a las rotativas.”

El escenario queda al fondo, amueblado como lo es cualquier oficina participada, un inmenso marco rodea todo el escenario, una extensión que sirve de trampantojo para poder intercalar audiovisuales y jugar con efectos ópticos, al mismo tiempo sirve para cargar con el peso de la representación, salomónicamente partido en dos planos, uno es el día a día del periódico, el otro es el siniestro rincón donde se cometen las injusticias, todo dentro de un marco que recoge en su interior un gran cuadro (¿un espejo?) que es la representación.

El relato avanza y en un momento se destroza la ilusión del proyecto en la que estábamos. ¡Todo es ETA!, y nuevos personajes que nos narran cómo se judicializa y castiga, ¡¡¡pero al revés!!!, primero acusamos y actuamos bajo falsas creencias. ¡Todo es ETA! Y partiendo de ridículas conclusiones se cierra un periódico, se detiene a sus responsables, se les aísla, se les tortura. El método no es detener a culpables con pruebas, el método es convertir en culpables sin pruebas a los detenidos, al precio que sea… ¡Todo es ETA!
La obra sigue su curso, pero en medio del drama hay espacio para la ironía, la risa en medio de la desgarradora tortura, o espacio para la metáfora sobre lo que es una entrevista, la del periodista y la del guardia civil torturador, ¡depravación! Hay mucho texto, espaciosos diálogos. ¡Bien!

Estamos dentro, la obra nos ha sacado de la butaca para introducirnos hasta el final de este relato dentro del escenario, con actores y actrices impecables con sus diálogos vivaces, desde los que lanzan preguntas en busca de réplica. Toda la función transcurre con música en directo, excelente Ikerne Giménez, una guitarra eléctrica en mitad del escenario que es un personaje más, da los punteos para cada momento y acompaña con sus acordes las diferentes situaciones. Imposible no relatar una de las escenas de tortura, la puesta de “la bolsa” sobre el interrogado, impactante, estremecedor, agobiante, un momento en el que el teatro te saca de toda ficción para llevarte al suceso, viaje en el tiempo, chute de realidad en primera persona… Aristóteles lo llamaba “catarsis”.

Teatro para dejar huella, teatro para la verdad y la reflexión, y teatro como sano entretenimiento para ir más allá de la autocensura colectiva a la que nos sometemos diariamente cuando aberraciones como esta de 2003 se siguen repitiendo.
La obra es valiente, atrevida y de paso un homenaje a los que se comprometen para mejorar el mundo, en este caso eran (son) periodistas, también es una audaz denuncia a gritos contra el abuso de poder, contra la Injusticia, contra el “¡Todo es ETA!”.

Una propuesta escénica para no perderse…. Podría volver a repetirse mañana.

La “ficha”

Texto: Harkaitz Cano. Dirección: Fernando Bernués
Reparto: Anjel Alkain (Torregarai), Joseba Apaolaza (Joseba en la función en euskera), Iñigo Azpitarte (Txano en la función en euskera), Mireia Gabilondo (Jueza Natalia Ruiz Arcas), Olaia Gil (Mónica), Asier Hernández (Portu), Asier Hormaza (Langueiro), Xabi “Jabato” López (Txano en la función en castellano), Mikel Losada (Joseba en la función en castellano) Markos Marín (Karmelo Beramendi), Iñaki Rikarte (Torque), Alexandru Stanciu (Rubén) y Dorleta Urretabizkaia (Maialen)
Escenografía y música en directo: Ikerne Giménez. Iluminación y vídeo: David Bernués. Vestuario: Ana Turrillas.
Dirección adjunta: Kike Díaz de Rada. Ayudante de dirección: Sara Cózar. Realizaciones: Mambo Decorados (escenografía)
Fotografía: Mikel Blasco. Coproducción: Centro Dramático Nacional coproducción con ANTZERKIZ (Teatro Arriaga de Bilbao, Teatro Principal de Vitoria-Gasteiz y Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián)

¿Dónde, cuándo?

Hasta el 2 de mayo 2021, en el Teatro María Guerrero, Madrid
De martes a domingo a las 19:00h.
Funciones accesibles: jueves 22 y viernes 23 de abril de 2021
Encuentro con el equipo artístico: martes 20 de abril de 2021 después de la función
Los días 29 y 30 de abril de 2021 el espectáculo se desarrollará en euskera con sobretítulos en castellano

Más artículos del autor. Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @IkaiAlo

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