En desorden, poemas

En desorden, poemas

Vari@s autor@s. LQSomos. Julio 2015

poesia154
Gracias
Muy agradecido estoy caramba que si lo estoy
a aquel madero que nos dio de hostias en un furgón
y a todos los que me pidieron la identificación alguna vez
y por supuesto al secreta que estaba esperando delante de mi casa
y muy especialmente al que me siguió a un bar
hace muuuchos años
y me interrogó sobre el poemario de un chileno que yo llevaba encima
el poemario, no el chileno
y agradecido también muy agradecido pero mucho
a todos los zarandeos, empujones y amenazas aunque siento
que no den cupones por cada uno y regalen/ vamos a ver
unas zapatillas al llegar a los dos mil (negras o rojas por favor
detesto los colorines)
o un whisky decente que yo desprendido siempre lo he sido
compartiría tomad un vaso
y más si cabe con vosotros por estar tan atentos
a un vulgar poeta/ joder
gracias
de verdad de las verdades, de corazón gracias
me hacéis creer que algunas de estas líneas las llevo como arrugas
bien visibles en la cara
y qué digo un vaso, la botella entera.

Jesús Gómez Gutiérrez

.-.-.-.-.-.

Pueblos cautivos

Yo nunca vi un muerto en ninguna orilla,
nunca los vi en las cunetas,
ni en los paredones,
ni reventados a palos por la mirada febril de los delatores.

Los vi humeando en la memoria de los viejos,
supurando en el presente su olvido.
Los vi porque sin lápidas
se pueden ver los muertos por todas partes.
Se pueden ver sus huellas digitales,
sus agallas.
Se puede oír su respiración cuando todo calla.

Cuando el mundo detiene el paso
todos los muertos sin sepultura piden, su sol, su tierra,
su trozo de historia arrebatada.
Y nada puede contra esta estridencia
que pasa de mano en mano,
de garganta en garganta.
Nada puede.

Yo nunca vi un muerto,
pero los caminos nos llevan a sus cuerpos,
el futuro nos lleva al ayer,
y el ahora es de nuevo un cadalso.

Los pueblos que hacen punto y aparte con la infamia
serán por siempre cautivos de sus derrotas.

Silvia Delgado

.-.-.-.-.-.

Ceuta de las preguntas

… se dice y pocos saben el cuándo del arribo.

¿Siglos antes que el moro viera el mundo grandioso,
todo sería misterio, todo sería silencio?

¿Vagarían remolinos del desierto infinito,
con vientos tornasoles de inaugurar paisajes? .
Y de existir, ¿los pájaros serían infatigables
al cruzar la distancia desolada y desnuda?

¿Mezclaría la arboleda su delirio de verdes
en errátiles ciclos de horarios intangibles?
¿Y el frasear de la lluvia se atenuaría en el aire
sin alguien que le diera formato de palabra?

Más allá del Estrecho, Ceuta es sólo preguntas.
¿Se dice y pocos saben el cuándo del arribo
de los primeros seres, los más Vivos,
a dueños del Peñon de las aguas y el aire?

¿Y que del monte Hacho bajó un dios sin apuro,
tal vez un mediodía de soles desbocados,
y azorados sus ojos se quebrara en angustia

Eduardo Pérsico

.-.-.-.-.-.

Escupe episcopal

Un episcopo de Granada y un hidalgo de Salamanca
Salen por la noche con postura de gala con plumajes
En un momento, haciendo fantasmadas
Cual espantajo para asustar a la gente
Que es lo que son
El episcopo le dijo al salmantino
Que era cura párroco en Brenes:
-Nuestro amor está en sol sostenido
En la glándula peneal, y rieron
No sin dejar de decirle, entre risas, el salmantino:
-Esta noche, dios te la deparará buena, majete
En tu jurisdicción episcopal
Con cultura y estilo de quien adora o venera una polla
Llevando sus dos preladas manos
Al orbe de su culo
Haciéndole la labor necesaria de esa ceremonia y oficio
Para que fructifique admirado
El hedor sobrenatural del colgante de marfil
Que figura un perro montando
Un zoquete formando como una cabeza en la sotana
Que se eleva hasta el señor
Haciendo saltar un par de botones de la vestidura talar
Al mismo tiempo que se le rompían sus facultades intelectuales
Decayendo su trato social y sus sentimientos.

El episcopo es de Cúllar de Baza
Pareciéndole su éxtasis un cumbé, cierto baile de negros
Pues su excitación en sentido mater
Le hizo subir a la cima o cúspide
Donde la hilera hueca del uso eyacula
Sobre un caballete de tejado de dos aguas
La cumia, fruto del cumero y su resina
Quedando las dos manos salmantinas por delante
Cual brazalete o collar en forma de torque
Haciendo entrar un botón por el ojal
Que obligó al episcopo eyacular
En estado de oración escrita, preguntándole:
-¿Cumplido el Asno queda?
El episcopo había escupido por el colmillo
Diente agudo y fuerte entre el último incisivo
Y la primera muela
Echándoselas de valiente, sacando del pecho una patena
Arrojó sobre ella algo del colmo
La porción que sobra de la justa medida
De la paja de trigo o centeno ya majada
Pues en su elevada eyaculación
El esperma cayó sobre todo
En un vaso de lata con aceite donde lucía una lamparilla.

El salmantino volvió a `preguntarle
Con cierta sorna:
-¿Disfrazado viene el villano, eh? Él lo decía
Porque veía que la polla del episcopo
En sabor, y color, y olor no era la de antes
Pues ahora se mostraba ñoña, lacia
Como cierto reptil saurio
Y su expresión, de él, era chupina
Pues el orgasmo le atolondró atopollándole
Perdiendo la energía mental, que le aleló
De tal modo que sacó de uno de sus bolsillos
Una cuerna o estuche de madera
Como el que llevaban los segadores la piedra para filar el dalle
Y se la enfundó al salmantino.

Daniel de Cullá

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Poesía social contra la LGTB+fobia

Ese extraño dolor por los golpes de ese bate,
De esos repulsivos nazis que me pegaron en la calle,
Por una identidad que no pueden clasificar,
Que no puede concebir por falta de normatividad.
¿Acaso tienen miedo de perder su identidad?

Las ratas endemoniadas nunca atacan de frente
ni por separado, de un navajazo no se abre una mente,
Pero asustadas están de tener que repensarse,
De ser insumisos frente a un líder que habla de sí como si de Dios se tratase.

Ahora y siempre, puedo decir que yo no tengo miedo,
La violencia no me representa ni la acepto con sosiego,
Si soy activista es para forjar un mundo mejor,
Aunque haga falta luchar con mi sangre y de mi frente, mi sudor.

Que si gays, lesbianas, bisexuales o transexuales,
Nuestra identidad nos hace fuertes viviendo como iguales,
Su mediocridad del odio y la vergüenza no puede derrotarnos,
Precisamente porque en comunidad, de la mano caminamos.

Y aunque a veces duela esta sociedad discriminatoria,
Conseguiremos avanzar por una vía u otra.
Nuestra lucha nos hará libres y fuertes,
Estás invitada a que de la normatividad social despiertes.

Esa normatividad, no deja de ser un cinturón de represión,
Para encajar en roles prefijados que suponen aceptación,
Y ese es el dilema, perder tu identidad o ser discriminado,
Me niego a aceptarlo, podemos ahora hacer el cambio.
Un cambio que vire a la izquierda y respete la diversidad,
Para que por fin, vivamos todos en igualdad.

Marcgolab

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Desorden en poemas

Poemas en desorden

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Mónica Oporto

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