Evangelizar en bicicleta

Evangelizar en bicicleta

Por Arturo del Villar*. LQSomos.

Jesucristo envió a sus apóstoles a predicar el Evangelio y bautizar a los conversos, y ahora el papa Paco envía a los suyos a participar en las vueltas ciclistas más competitivas. El 28 de octubre de 2021 será a partir de ahora una fecha histórica para la secta catolicorromana, porque ese día David Lappertient, el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI, no confundir con una sección hospitalaria de iguales siglas), entregó al cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de Cultura, la acreditación demostrativa de que el equipo Athletica Vaticana forma parte de la UCI, la ciclista, no la hospitalaria.

Este hecho sin duda modificará la estructura de las competiciones ciclistas internacionales, ya que es de suponer que las gane siempre la Athletica Vaticana, favorecida por la matrona de los ciclistas, la Madonna del Ghisallo, que tiene su iglesia consagrada en la ciudad italiana de Magreglio, provincia de Como, en la región de Lombardía. El papa Pío XII la proclamó em 1948 matrona (él decía patrona, porque entonces las feministas no protestaban airadamente contra lo que consideran machismo) universal de los ciclistas. Junto al templo existe un museo, en el que se conservan algunas bicicletas cedidas por corredores muy famosos, como Eddy Merckx. Será porque sintieron durante una carrera que la Madonna les daba un celestial empujón para llegar los primeros a la meta.

Y eso será lo que suceda a partir de ahora a favor de la Athletica Vaticana, porque si no resulta vencedora en todas las competiciones habrá que dudar de la eficacia de la religión catolicorromana. ¿Para qué sirve una Virgen si no protege a sus devotos? Pero vencer con tan celestial apoyo no se ajusta a las estrictas normas deportivas internacionales que prohíben los dopajes, y no lo hay mayor que una intervención celestial.

Habrá que prohibir a la Athletica Vaticana participar en las vueltas ciclistas internacionales. Que sus más conspicuos corredores organicen sus propias vueltas al presunto Estado Vaticano y a los santuarios más venerados, y que venza el más piadoso de ellos, al que se le entregue como premio un copón. Tendrán que establecer diversas categorías, para cardenales, arzobispos, obispos, abades mitrados, curas de ciudad y de pueblo, de acuerdo con el cargo de cada uno, porque no resultaría justo enfrentar al cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, por ejemplo, con un cura de aldea recién ordenado. Lógicamente la Madonna favorecerá al cardenal.

Con esta inclusión en la UCI (ciclista) el papa Paco cumple mejor que sus predecesores el necesario aggiornamento exigido a la Iglesia por el Concilio Vaticano II. No se entiende una mayor actualización que ingresar el Vaticano en la UCI (ciclista), cuando estaba a punto de entrar en la hospitalaria ante la deserción de los fieles de sus templos, a causa de los escándalos de pederastia sacerdotal denunciados en todo el mundo. Es de suponer que desde ahora el buen ejemplo de la competición deportiva civilizará a los eclesiásticos, de conformidad con las palabras pronunciadas por el papa Paco para celebrar esta ocasión tan religiosamente deportiva:

El ciclismo pone de relieve muchas virtudes, como la resistencia a la fatiga en largas y difíciles escaladas, el valor al intentar una escapada, la integridad al respetar las reglas, el altruismo y el sentido de equipo.

Estas virtudes las ha inventado Paco, porque cuando en mi infancia nazionalcatólica me hicieron aprender de memoria el Catecismo del jesuita Jerónimo Ripalda, que todavía recuerdo, solamente existían tres virtudes teologales y cuatro cardinales, sin ningún parecido con las descritas por Paco. Sin embargo, la autoridad de un papa es superior a la de un catequista, aunque los dos sean jesuitas, como en este caso. Queda claro que Paco se ha tomado en serio el adagio latino que recomienda Ecclesia semper reformanda est, y está dispuesto a reformarla desde sus cimientos, para ver si así regresan los fieles a los templos y no tiene que subastarlos para mantener el boato vaticano. Tal vez la evangelización en bicicleta sea el remedio. Yo no lo creo, pero la que vale aquí es la creencia de Paco, que ha demostrado ser muy crédulo. ¿Quién va a tomar en serio a esta tropa ridícula?

* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio
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