Franquismo y Memoria (1)

Franquismo y Memoria (1)

De la condena de los verdugos en Madrid y su homenaje en Marruecos

El 14 de julio de 2006, en el Ateneo de Madrid, condenamos públicamente el franquismo. Además pedimos lo que en justicia tenía que haberse hecho tras la muerte del dictador, el General Francisco Franco: colocar los hechos en su lugar, resarcir a las víctimas, condenar a sus verdugos y disponer en la memoria colectiva, las bibliotecas, las calles, los libros escolares… de los hechos tal cual ocurrieron, sin piadosas mentiras ni viles engaños.

Sin católicos tapujos, con la valiente y limpia mirada de quien dice la verdad, deberíamos poder hablar libremente de los pueblos de España como lo que fueron desde el 18 de julio de 1936: víctimas también del fascismo que asoló el mundo en el siglo XX, y que sobre nuestra tierra usaron métodos conscientes de exterminio sobre las personas destruyendo al tiempo nuestro patrimonio ideológico, político, económico y cultural. Su nombre: crímenes contra la humanidad. No prescriben.

Así es como no se quiso que se viera desde el 12 de noviembre de 1975: los restos del dictador siguen disfrutando de hermosas flores sobre su tumba en el Manthausen español del Valle de los Caídos.

Bienvenida sea ahora, tras 70 años de cruel silencio, satisfacer la necesidad de una Ley que “ contemple, entre otras medidas, la anulación de todos los juicios penales y militares, porque fueron arbitrarios e ilegales, y la declaración de nulidad de todas las acciones represivas con valor jurídico del régimen franquista. (…) No hay memoria sin lugares ni lugares sin memoria. Hay una geografía española de la lucha en defensa de la legalidad y de la Libertad y de la represión que debe ser conservada para el conocimiento de las generaciones futuras. (2)

Pero en este Estado Globalizado o capitalismo globalmente deshumanizador –no pretendemos entrar ahora en esta diatriba- somos poco conscientes en general de la necesidad de la memoria histórica, las cosas se suelen vivir desde la aparente satisfacción inmediata en el aquí y el ahora. Sí, nos acordamos que hace poco se reformó la ley de inmigración, ahora acaba de aprobarse otra nueva ley de educación, dicen que próximamente se hará una ley sobre la Memoria… pero total, de poco nos sirven las leyes si no podemos realmente tomar parte y partido para mejorar nuestras condiciones de vida. Y suerte quien tenga un trabajo que le permita pagar la hipoteca de la casa y llegar sano a fin de mes.

Y allí, a lo lejos la guerra en Iraq, la masacre continua de palestinos, el bombardeo sobre el Líbano. Un poco más cerca una patera llega y otra se hunde, miles se hacinan en campos de refugiados y en Guantánamo el gobierno USA nos defiende del “eje del mal” a cambio de que toleremos ver en la televisión los viajes turísticos por Europa de sus detenidos, su encarcelamiento y tortura, por supuesto sin juicio previo pues se trata de supuestos terroristas.

Mientras tanto en la prensa española aparece una noticia pequeña e insignificante, pero de insultante calado para lectores avezados: el pasado 27 de mayo, en Beni Enzar (Nador, Marruecos) la familia de Mohamed Ben Mizzian le rinde un sentido homenaje. Asisten Luís Planas embajador español en Marruecos y los  tenientes generales del Ejército español, Rafael Barbudo, Segundo Jefe del Estado Mayor del Ejército y  Vicente Díaz de Villegas comandante general de la plaza de Melilla. Así como el coordinador de cooperación española, Vicente Sellés, y el cónsul español en Nador, Javier Jiménez Ugarte. (3)

El carnicero Mizzian. El Comandante más estimado por el General Franco, aquel que el 17 de julio de 1936 sacó a los hombres de la 1ª brigada de la 83ª división de Regulares que junto al resto de la tropa africanista se sublevó contra la República: “Las diferentes denuncias y un telegrama desde Madrid hacen que por fin el general Romerales autorice un registro en los locales de la Comisión geográfica, centro de los fascistas. La policía fue a efectuar este registro, lo que aceleró la ejecución de sus planes. Ante el temor de verse descubiertos, llamaron en su auxilio a la Legión que detuvo a los guardias de Asalto. Eran las cinco de la tarde. Comenzaba la sublevación fascista (…) La poca resistencia que pudieron ofrecerles obreros y campesinos, sin armas, en Melilla, Ceuta, Tetuán y Larache fue rápidamente sofocada así como los focos militares de la base de hidros de Atalayón y del aeropuerto de Sania Ramel. A las nueve de la noche del 17, Melilla había sido totalmente ocupada.” (4)

Afortunadamente la Coordinadora per a la Memòria Històrica i Democràtica de Catalunya denunció el 6 de junio este homenaje a la memoria histórica del fascismo africanista exigiendo las correspondientes explicaciones y responsabilidades. La hermanada monarquía marroquí es tan ‘democráticamente soberana' que se permite el lujo de seguir dejando limpias e impolutas las botas de los militares colonial-fascistas españoles al tiempo que sitúa a uno de ellos, Mohamed Ben Mizzian, en el más alto pedestal de los honores militares del reino alawí, para gloria también del Grupo y los Tábores de Regulares de Melilla (Unidad de Infantería Ligera) a los cuales, por cierto, nuestra actual monarquía borbónica facilitó la recuperación sus señas de identidad. Al fin y al cabo este siniestro personaje llegó a la más alta graduación en el ejército de Regulares. (5)

Para quien esto dice le resulta duro tener que escribirlo. La referencia al golpe del 36 en palabras del historiador Miguel Marín descrita dos párrafos arriba no es azarosa ni gratuita. Es la que más se asemeja a las batallas y referencias de los hechos que mi abuelo, Manuel Ramírez Martínez, maestro herrador del ejército en Melilla, colega y amigo de Franco y El Mizzian me contaba siendo niña. El recuerdo es vago, difuso, pero sí recuerdo con claridad el orgullo con el que mi abuelo contaba el inicio de la ‘liberación de España', y recuerdo una frase: en la noche del 17 no quedó ni un rojo ni ningún comunista vivo en todo Melilla.

El viernes 14 de julio estuve en el Ateneo de Madrid condenando el franquismo. Pude escuchar de las autoridades del PSOE su adhesión al Manifiesto que allí se leyó. (6) Escuché con amor y admiración las palabras que nos regaló Rosario la Dinamitera. Y supe que perdió su mano derecha defendiendo el suministro de agua para el Madrid sitiado. Ahora, mientras bebo un vaso de agua le doy las gracias, aunque no me oiga ni sepa de mi existencia. Es una cuestión de dignidad y justicia beber de la verdad. Y sé también que a nuestro ejército, al cuerpo diplomático y a los políticos encargados de la cooperación internacional les trae al pairo recuperar la memoria por completo y utilizar adecuadamente los conocimientos de historia, aunque sólo sea para no hacer el ridículo más espantoso cuando salen al extranjero a representarnos con los gastos pagados de nuestros bolsillos.

Sin embargo no es todo lo relatado aquí lo que suscita mi preocupación. Tras leer y releer el Manifiesto de Condena no fui capaz de encontrar ninguna referencia a las cuestiones coloniales españolas, ni pasadas ni presentes. Por ejemplo, si decimos que “ la dictadura franquista fue un estado ilegítimo , que surgió de una agresión feroz contra sus propios ciudadanos y se sostuvo en el poder durante treinta y siete años mediante el abuso sistemático e indiscriminado de los siniestros recursos que caracterizan la pervivencia de los regímenes totalitarios,” ¿es pues ilegítima la descolonización del Protectorado español de Marruecos en 1956? Y si la consideramos legítima, ¿Son entonces también legítimos los acuerdos tripartitos de 1975 para el reparto del Sahara occidental?

La II República española, “pese a la brevedad de su duración, desarrolló una labor ingente, que asombró al mundo y situó a nuestro país en la vanguardia democrática, social y cultural. El nombre y el destino de la República estarán unidos para siempre a la memoria del máximo esplendor cultural del que ha gozado nuestro país en la era moderna”. (7) Lo compartimos plenamente. Pero debemos admitir que no fue capaz de ver la trascendencia de la cuestión colonial española en África (el ejército sublevado fue el africanista) y de facilitar una solución satisfactoria para los pueblos sometidos por la República: de Guinea, del Rif y el saharaui. Pero admitamos los hechos tal cual. Seamos excepcionalmente pragmáticos: del abuso sistemático e indiscriminado que sufrimos en la dictadura, ¿pedimos también el consiguiente resarcimiento para las personas que estuvieron sometidas durante franquismo en el territorio colonizado por España en África?

Consideramos que por coherencia ideológica y por deber hacia la memoria histórica de nuestros pueblos que lucharon para la consecución de un máximo de libertades, deberíamos debatir ampliamente estas cuestiones y tenerlas presentes para proporcionar a la Memoria histórica su consiguiente dimensión de futuro. Si no, ¿para qué nos sirve? ¿O es que acaso nos son ajenas las causas del drama humano de la inmigración o la intolerable situación en la que se sigue encontrando el pueblo saharaui? Tengo el pleno convencimiento de que no es así. De que estas cuestiones nos preocupan, nos inquietan, nos indignan.

Reiteramos: bienvenido sea el Proyecto de Ley que establecerá medidas para las víctimas del franquismo. Esperemos que la participación popular, la lucha, la denuncia, la toma de conciencia, la solidaridad y nuestra memoria no se deslumbren frente a las promesas de homenajes que nos hacen los verdugos con el fin de que no sepamos a ciencia cierta quiénes son los que, invisiblemente, pero con nombre y apellidos, se encarguen de realizar el bien pagado trabajo de ponernos la soga al cuello. Ya sabemos de antiguo que las ovejas negras no tienen cabida en ciertas fotos familiares, individuos generalmente poco fotogénicos y que además no pegan ni con cola con el marco políticamente correcto elegido para la ocasión. Es mejor prevenir, que curar, no sea que les dé por cantar eso de:

El dieciocho de julio

en el patio de un convento

el pueblo madrileño

fundó el quinto regimiento.

Más artículos de la autora

(1) En recuerdo de todas cuantas personas defendieron con su vida los ideales de la II República y fueron vilmente asesinados, en especial las víctimas de Melilla.

(2) Manifiesto Ciudadano de Condena del Franquismo leído en el Ateneo de Madrid el 14 de julio de 2006

(3) Noticia aparecida en el periódico “El País” www.elpais.es de 14 de junio de 2006

(4) De “El Colonialismo Español en Marruecos” Miguel Marín, ED. Ruedo Ibérico 1973

(5) El 31 de julio de 1985, en cumplimiento a lo ordenado en la I.G. 10/85 del EME. sobre la organización de la 2 a Región Militar Sur, el Grupo de Fuerzas Regulares de Infantería de Melilla n.º 2, se constituye en el Regimiento de Infantería Motorizado "Regulares de Melilla n.º 52, recogiendo los historiales de los Grupos de Regulares Alhucemas n.º 5, Llano Amarillo n.º 7, Rif n.º 8 y Regimiento de Infantería Melilla n.º 52. El 30 de junio de 1996, tras la reorganización de la Comandancia General de Melilla, pasa a denominarse Regimiento de Infantería Ligera "Regulares de Melilla n.º 52". A partir de 1.998, comienza la profesionalización de nuestras Fuerzas Armadas, con la paulatina incorporación de Soldados Profesionales a nuestras filas. Así mismo, se recuperan los emblemáticos y tradicionales nombres de Grupo y Tabor para nuestros Regimientos y Batallones, nombres con los que tanta gloria alcanzaron los Regulares al servicio de España. Fuente http://www.regulares.com

(6) Puede leerse completo en www.loquesomos.org

(7) Manifiesto Ciudadano de Condena del Franquismo leído en el Ateneo de Madrid el 14 de julio de 2006

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