Jamaica, la nación reggae

Jamaica, la nación reggae

Expresión del arraigo de la música en Jamaica, el exprimer ministro Percival Patterson fue el encargado de recibir el premio otorgado en 2012 por la Asociación de la Industria del Reggae a The Skatalites, una banda mítica de la que fue manager.

El grupo, creado en 1964, es considerado artífice del ska, precursor del reggae y otras vertientes de la música jamaicana actual, referencia cultural del país caribeño en todo el mundo.

Entre los 22 galardonados fue incluido póstumamente Peter Tosh -un pionero del reggae-, cuyo hijo Andrew Tosh actuó en el homenaje durante el cual fue presentado como artista del año Romain Virgo y como canción del año One By One de Laza Morgan.

La premiación se integra a un abultado calendario de festejos realizados cada febrero desde 2008 con respaldo oficial en el que se ha denominado Mes del reggae, como parte de las acciones para la defensa de la música jamaicana y preservación de sus raíces.

El vínculo entre Patterson y The Skatalites en un mes dedicado a la preservación del género trae a la memoria un hecho demostrativo de la influencia del reggae en la isla, el concierto One Love del 22 de abril de 1978, que tuvo entre sus protagonistas a Peter Tosh y BobMarley.

La iniciativa de Marley, ícono del reggae, llevó a trascender los términos musicales para convertir la presentación en el National Stadium de Kingston en un acontecimiento político, de la mano de la filosofía del músico centrada en la tolerancia, la comprensión y la paz.

En medio de fuertes enfrentamientos entre partidarios del primer ministro Michael Manley, del Partido Nacional Popular y de Edward Seaga, del Partido Laborista de Jamaica, Marley subió al escenario a ambos políticos a quienes hizo darse un apretón de manos. El hecho ocurrió durante la presentación de Bob Marley and The Wailers y permanece como una acción encaminada a utilizar la música para mejorar el comportamiento humano.

Con más de 30 mil espectadores y una impresionante tropa de músicos talentosos, este fue el primer concierto de Marley en Jamaica, luego de un atentado contra su vida en 1976 durante el cual resultó herido y que le llevó a salir del país.

Desafortunadamente, no fue suficiente para detener la violencia y existe la creencia de que Manley y Seaga nunca más volvieron a estrecharse las manos hasta 1981 en el funeral de Marley, figura que ambos admiraban pese ser irreconciliables actores políticos.

Desde la época inicial de The Skatalites (desintegrado y luego rearmado con renovación de sus músicos) y el concierto de One Love, el reggae recorrió un camino de reconocimiento universal, aunque no exento de las suspicacias sobre todo de la industria musical.

A pesar que desde 1985 se estableció el Grammy al mejor disco de reggae, este forma parte de los premios “menores” prácticamente entregados detrás del escenario, fuera del segmento televisado del show. Su desarrollo no ha podido evitar la influencia de factores negativos como la “payola” o soborno a los encargados de difundir la música, que según la Asociación de la Industria del Reggae de Jamaica, abarca la prensa electrónica y escrita.

En declaraciones al diario jamaicano Observer, el productor Stephen Stewart alertó que esa práctica impide la difusión de grabaciones de calidad y propicia la creación de música sin suficiente mérito. Otro obstáculo, en opinión del crítico británico David Rodigan, considerado un historiador del reggae, es la pérdida de identidad en algunos artistas que se limitan a copiar tendencias de cadenas de videos como MTV.

¿Puede usted imaginar a Aretha Franklin cantando en sujetador y bragas … ÂíNo! Sin embargo, eso es lo que la mayoría de las “estrellas” de hoy en día hacen para escandalizar y atraer la atención de los medios, opinó Rodigan.

En cuanto al camino a seguir el crítico coincide con las autoridades culturales, para las que la perspectiva es hacer conocer mejor la historia musical y la conciencia que hizo original y popular a esta expresión musical.

Al respecto la ministra de Cultura de Jamaica, Lisa Hanna, prometió respaldo en términos de generación de ingresos y fiscales para fortalecer el género. Somos una nación de reggae y tenemos que volver a reclamar nuestra posición cultural en el mundo, precisó.

En un discurso durante la celebración del Mes del reggae el ministro de Turismo, Damion Crawford, instó a los músicos a revertir el papel del género y volver a sus raíces de respaldo al progreso y avance a nivel nacional.

En opinión del director adjunto de Turismo, Jason Hall, el país corre el riesgo de perder el control y la propiedad de esta manifestación, a la luz de la difusión ganada y llamó a tomar medidas para preservar esta forma autóctona del arte musical.

La música reggae -apuntó- se ha convertido en una de las formas musicales más escuchadas en todo el mundo. Ofrece no sólo entretenimiento, sino también la inspiración para el mejoramiento a millones de personas en todo el mundo.

En Jamaica, el reggae pese a ser una expresión genuina de sus habitantes enfrenta hoy los retos de un mundo comercial, factor que no siempre beneficia los valores propios de países pequeños. El reto de la preservación del género musical es otro desafío de la isla al cumplir en 2012 sus primeros 50 años de independencia en medio de obstáculos que van desde al cambio climático a la economía, pasando por flagelos como la violencia y el narcotráfico.

El hecho que es precisamente en momentos difíciles cuando los valores legítimos adquieren mayor importancia parece estar claro para las autoridades, que ven en la preservación del reggae un elemento a favor de la nacionalidad y la promoción de mejores valores humanos.

La industria amenaza

Nacido como genuino grito popular en Jamaica y universalizado por figuras como Bob Marley, el reggae sufre hoy la deserción de algunos cultores ante una industria que admite el género a regañadientes e impone patrones ajenos a su naturaleza.

La defección más reciente la protagoniza Sean Paul, un cantante nacido en Kingston que afirma llevar sangre portuguesa (su verdadero nombre es Francis Henriques) sefardí, china y africana, con millones de discos vendidos y millones de descargas en Internet.

Si bien Sean Paul no es ejemplo de reggae clásico -va del dancehall al reguetón- la explicación que él mismo hace de su más reciente álbum, Tomahawk Technique, resulta significativa en un debate actualmente en curso en Jamaica sobre su música líder.

Desde el salto a la fama con el álbum Dutty Rock en 2002, Sean Paul se mantuvo trabajando mayoritariamente con productores de dancehall de la isla pero ahora hace lo contrario en Tomahawk Technique, disco el cual define como “fusión de sonidos”.

“Se trata de hacer dancehall y competir con el sonido internacional de estos momentos. Antes, solía utilizar productores jamaicanos. Esta vez, lo he cambiado un poco, con productores extranjeros”, dijo al diario jamaicano Gleaner en una reciente entrevista desde Londres.

Según el músico: “Estoy queriendo crecer como artista, mantener mis raíces en Jamaica y tratar de dar frutos musicales para el resto del mundo. Es un acto de equilibrio.” La experiencia resultó bien comercialmente, al menos en el Reino Unido, pero provocó críticas en la isla que está por cumplir sus 50 años de independencia y adelanta una ofensiva para la preservación del reggae.

Sean Paul, quien ahora luce un peinado de cresta en lugar de trenzas, considera injustas las acusaciones de haber abandonado la música dancehall y la cultura jamaicana. Al mismo tiempo defiende el cambio y afirma que Tomahawk Technique ha sido mejor recibido que su anterior disco, Imperial Blaze, “para mí, un gran álbum pero no aceptado realmente tan bien, tanto internacionalmente como en casa, en mi propia cultura”.

El caso se inscribe en un debate abierto en la sociedad jamaicana que llevó a la ministra de Cultura, Lisa Hanna, a pedir a músicos y padres actuar con urgencia para asegurar que los niños y jóvenes no estén expuestos a expresiones artísticas inapropiadas.

Hanna se declaró horrorizada por el contenido y calidad de algunas canciones de moda. El dancehall de los años de 1980 no es como el de hoy. Las chicas bailaban pero no había tantas alusiones sexuales y el tipo de actitudes explícitas que ahora se ven, afirmó. En su opinión, los músicos tienen una responsabilidad con su cultura y las mentes en formación.

Paralelamente Glenroy ‘Ernie‘ Smith, quien este año recibió un premio de la Comunidad Caribeña de Retirados por su contribución a los 50 años de independencia, defiende el criterio que hay insuficiente contenido en las letras de muchas canciones jamaicanas actuales.

Asimismo para Winston ‘Sparrow‘ Martin, pionero del reggaeson más de 200 canciones de su autoría, las reglas de la industria llevan a que probablemente existan más autores de calidad no escuchados que aquellos preferidos por los programadores de radio.

Tanto autoridades como individuos preocupados por el tema coinciden en la necesidad de trabajar por la preservación de la música y su mensaje tradicional de bienestar y unidad, la vibra de las canciones pioneras de Marley, Peter Tosh o Bunny Wailer.

Una de las vías es mayor difusión de la historia de la música jamaicana, uno de los enfoques de los programas de celebración este año del primer medio siglo de independencia de Jamaica, aniversario propicio para el análisis del camino recorrido, los éxitos y los errores.

* Publicado en Información de Prensa Latina

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