Juan Carlos I, el “hermano mayor” de Mohamed VI, y su “compromiso” con los DD.HH.

Juan Carlos I, el “hermano mayor” de Mohamed VI, y su “compromiso” con los DD.HH.

Alfonso Lafarga*. LQS. Agosto 2020

Mientras hablaba con los norteamericanos de la entrega del Sáhara a Marruecos, el rey hizo un gesto de cara a la galería: el 2 de noviembre de 1975, dos días después de asumir la jefatura de Estado en funciones por la enfermedad del general Franco…

La Corona de España tiene un “firme compromiso” con los Derechos Humanos. Lo destacó el rey Juan Carlos de Borbón el 24 de enero de 2005 en la entrega de la primera edición del Premio a los Derechos Humanos Rey de España, concedido por el Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá de Henares.

El ahora rey emérito, “el hermano mayor” de Mohamed VI como él mismo se considera, habría recibido un regalo de 45.000 m2 de terreno en Marrakech del rey de Marruecos, país denunciado por organizaciones como Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW), el Centro Robert F. Kennedy (RFKC), la Red Euromediterránea de Derechos Humanos (REMDH) y Reporteros Sin Fronteras (RSF) por violación de los DDHH o ausencia de libertad de expresión, especialmente en el Sáhara Occidental, territorio no autónomo pendiente de descolonización ocupado por Marruecos desde finales de 1975.

El regalo marroquí se ha conocido en julio de 2020 por el relato de Corinna Sayn Wittgenstein, examante de Juan Carlos I, al excomisario José Villarejo. Meses antes trascendieron otras supuestas actividades del rey emérito también relacionadas con Marruecos: documentos desclasificados de la CIA desvelaron la colaboración de Juan Carlos cuando era príncipe de España en la entrega del Sáhara Occidental, informando a EE.UU a través del embajador en Madrid, Wells Stabler, para conseguir el apoyo norteamericano a su coronación.

Mientras hablaba con los norteamericanos de la entrega del Sáhara a Marruecos, el rey hizo un gesto de cara a la galería: el 2 de noviembre de 1975, dos días después de asumir la jefatura de Estado en funciones por la enfermedad del general Franco, con la “marcha verde” en puertas, el príncipe de España se presentó en El Aaiún para respaldar a los militares y garantizar los legítimos derechos de los saharauis: con uniforme militar, el príncipe saludó a los mandos militares, a las principales personalidades saharauis y pasó revista a las tropas. En el Casino Militar y ante el ministro del Ejército, el jefe del Estado Mayor, el capitán general de Canarias y el gobernador militar del Sáhara, les trasladó “la seguridad” de que se haría cuanto fuese necesario para que el Ejército conservase “intacto su prestigio y su honor”.

Dijo que España iba a cumplir sus compromisos: “Debemos proteger también los legítimos derechos de la población civil saharaui, ya que nuestra misión en el mundo y nuestra historia nos lo exigen”. Las palabras del príncipe fueron recibidas con alegría y muestras de aprobación, según reflejó la prensa.

Al día siguiente, el 3 de noviembre, el jefe del Estado recibió en Madrid al primer ministro marroquí, Ahmed Osman; un mes y medio después salió de El Aaiún la última compañía de la Legión y el 28 de febrero de 1976 fue arriada la bandera española en el Sáhara Occidental, entregado a Marruecos y a Mauritania por los acuerdos de Madrid.

Ceder Melilla a Marruecos

Las revelaciones norteamericanas sobre Juan Carlos I no se quedaron ahí. Según un telegrama secreto enviado por la misión diplomática americana en Madrid al Departamento de Estado, desclasificado en 2014, el 30 de abril de 1979 el rey admitió la posibilidad de ceder la ciudad de Melilla a Marruecos y poner a Ceuta bajo el control de un protectorado internacional similar al que tuvo Tánger entre 1923 hasta la independencia del reino alauí en 1956.

El rey se entrevistó en el Palacio de la Zarzuela con el senador de EEUU Ed Muskie, enviado del presidente de EEUU, Jimmy Carter, a una gira por Europa; en un cable de la embajada norteamericana se infomó de que Juan Carlos I “consideraba que Melilla se podría ceder a Marruecos en un plazo relativamente corto de tiempo porque allí sólo vivían 10.000 españoles“. El monarca reconoció a sus interlocutores que la cesión de Melilla disgustaría al Ejército español, que “protestaría”, pero que ese malestar “duraría sólo dos meses” y podría “controlar la situación”.

Las relaciones de Juan Carlos de Borbón con la monarquía alauí han sido muy estrechas durante sus años de reinado. En el entierro de Hassan II, el padre de Mohamed VI, el 25 de julio de 1999, ocupó un lugar destacado y fue en esta ocasión cuando contó que consideraba al nuevo rey como a un “hermano menor”: “Le he dicho al rey Mohamed VI que lo mismo que era mi hermano mayor el rey Hasan II, ahora soy yo su hermano mayor”.

Con esa relación especial se produjo la visita de cuatro días que el rey Juan Carlos hizo en julio de 2012 a Marruecos acompañado de seis ministros y treinta empresarios, además de nueve exministros de Asuntos Exteriores, a quienes invitó el propio rey como gesto hacia Marruecos, algo inédito en la diplomacia española.

Sánchez no está con el pueblo saharaui

En el mes de julio se han producido dos significativas declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que abandona el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, defensa que ha sido una constante histórica en los diferentes gobiernos de España y que el propio líder socialista hizo en septiembre de 2018 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: dijo que España defiende “una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable, que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental”. Al año siguiente modificó su postura y en septiembre de 2019 volvió a intervenir ante la Asamblea General de las NN.UU, pero esta vez sin hacer referencia a la autodeterminación de los saharauis.

El cambio de postura ha seguido en julio de 2020. En sendas cartas de respuesta al eurodiputado Miguel Urbán (GUE/NGL–Anticapitalistas) y al presidente de la Liga Española Pro-Derechos Humanos, Francisco José Alonso, el Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Ivan Redondo, les ha dicho en nombre del presidente del Gobierno que España defiende la centralidad de NN.UU y apoya al Secretario General …, pero sin citar el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui. La realización de un referéndum de autodeterminación fue pactada por Marruecos y el Frente Polisario, bajo los auspicios de la ONU, en el alto el fuego de septiembre de 1991, Ya sin guerra, Marruecos cambia de opinión y se niega a la consulta.

En las dos misivas, el presidente del Gobierno habla de la defensa de los Derechos Humanos como un principio básico de la política exterior de España, sin que hasta el momento se haya pronunciado, como tampoco lo ha hecho el rey emérito, sobre las continuas violaciones de los DDHH cometidas por el régimen marroquí en los territorios ocupados del Sáhara Occidental, en ciudades del sur marroquí con población saharaui y en las cárceles marroquíes con presos políticos saharauis, como muestra la siguiente relación, aproximada, correspondiente a julio de 2020, según denuncian organizaciones sociales y medios de información saharauis:

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