Lo que aguanta el rey y lo que aguantamos los vasallos

Lo que aguanta el rey y lo que aguantamos los vasallos

Su majestad el rey católico nuestro señor, que Dios guarde, no ha querido interrumpir la tradición iniciada por su padrino el dictadorísimo, cuando organizó el 19 de mayo de 1939 el llamado desfile de la victoria, repetido después anualmente hasta ahora. Sin embargo, este LXXIII desfile lo ha sido a medias, dado que su majestad etc. está convaleciente de la operación derivada de su caída nocturna durante una cacería elefantiásica en Botsuana. Pese a ello, pareció muy marcial con su muleta, cuando revistaba el desfile de las tropas vestidas según la moda de 1808. Parecía la clásica corrida de toros goyesca. La monarquía no pierde la oportunidad de demostrar con todos sus actos que es una institución del pasado. Y su majestad etc. se siente muy ufano de revivir los tiempos de Fernando VII, apodado El Rey Felón por los historiadores.

El semidesfile ha tenido lugar en Valladolid. Su majestad etc. iba acompañado en esta ocasión por su legítima esposa. En el telediario hemos comprobado que unos pocos balcones de la Plaza Mayor lucían la bandera monárquica, y menos todavía mostraban a gente mirando el desfile. Ha sido una demostración menos despectiva que la ofrecida al emperador Carlos V, cuando organizó un descomunal desfile de la victoria para entrar en Valladolid tras la derrota de los comuneros: todas las puertas y ventanas de las casas permanecían cerradas herméticamente, y no había ni una sola persona en las calles para presenciar el cortejo. Aquellos vallisoletanos confirmaron en 1521 con su honrada actitud que habían sido vencidos, pero no dominados.

En este 2 de junio del año desgraciado 2012, la protesta se realizó de otra manera más contundente: una manifestación muy nutrida, con banderas rojas y republicanas, así como de partidos políticos, recorrió las calles, con este eslogan escrito y gritado: "Ni privilegios reales ni costes militares."

Derroche de dinero en tiempos de crisis

Precisamente el ministro de Defensa alegó que la cortedad del desfile era debida al recorte de los presupuestos, así que este año solamente se gastaron 200.000 euros en la organización del desfile de la victoria. ¿Para qué? ¿Qué utilidad reporta al reino recordar que los militares rebeles triunfaron en1939, y el más traidor de ellos se organizó un desfile para festejarse? ¿Incluye ese coste los uniformes militares de la época de Fernando VII, o los han tomado prestados del Museo del Ejército?

Resulta tan aberrante mantener estos desfiles como el estar gastando mil millones de euros al año en sostener unas misiones militares en lugares remotos del mundo, con los que nunca tuvimos ninguna relación, pero que interesan a las multinacionales gringas. Además, la pertenencia del reino de España a la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN) obliga al Ministerio de Defensa a adquirir maquinaria bélica y armamento a los fabricantes gringos: el déficit acumulado por ese Ministerio rebasa los 30.000 millones de euros. ¿Qué necesidad tenemos los vasallos de cubrir ese derroche, simplemente por dar gusto al emperador gringo de turno?

Los cinco millones y medio de desempleados que suma el reino seguramente no se han solidarizado con los militares goyescos en su desfile. Los mineros que se habían manifestado en la capital del reino dos días antes, reclamando trabajo, tampoco. Ni los miles de indigentes que piden limosna en las calles. Ni los enfermos a los que no atiende la Seguridad Social por falta de recursos. Ni los estudiantes a los que se priva de las ayudas a la educación pública, mientras se beneficia a la privada mantenida por frailes y monjas. Ni los pensionistas sin posibilidad de llegar a fin de mes sin hambre. Ni los comerciantes que han cerrado sus tiendas porque los vasallos no podemos carecemos de dinero para hacer compras. Ni los timados por los bancos.

Es que es muy campechano

Las informaciones periodísticas no aluden a estas cuestiones. Para ellas lo interesante es haber comprobado la estabilidad de su majestad etc., dos semanas después de la operación de cadera a consecuencia de la cacería africana. Como dicen los curas, fue un castigo de Dios, que le estuvo bien empleado. Y, conforme a la  costumbre, resaltan la campechanía de su majestad etc. Eso sí es cierto: nunca se pone el manto de armiño, la corona y el cetro para presidir los desfiles o recibir a las visitas. Se limita a lucir impecables trajes civiles y militares, que pagamos con nuestros impuestos, y que es preciso renovar según se modifica su talla.

Repiten los periodistas que todavía tienen trabajo, cada vez menos, las palabras que les dijo su majestad etc., presumiendo de macho: "A ver cómo hubierais aguantado vosotros, como yo, el desfile. Vosotros os hubierais quedado en la cama, pero yo no." Claro que no, él se va a lugares exóticos a cazar animales más o menos salvajes. Y lo hace siempre bien acompañado. Nada de quedarse en la cama, aunque se meta en ella. Por eso sufre tantos percances, cosa que no les ocurre a los periodistas, que aunque conserven todavía el puesto de trabajo no pueden permitirse ningún dispendio económico.

Es tremendo lo que aguanta su majestad etc. ¿Y lo que aguantamos los vasallos? Le pagamos absolutamente todos sus gastos y los de su familia, incluso las cacerías y loa adulterios. Eso sí: es muy campechano, nunca ha pegado a ningún vasallo, aunque a veces les muestra el dedo corazón con el puño cerrado, en gesto campechanísimo.

El valor real

¿Para qué sirve un rey? Pues para presidir desfiles de la victoria, está muy claro. Por eso tiene asignado un presupuesto anual de 8.434.000 euros, que en teoría debe repartir entre familiares y empleados de la llamada Casa real, que es la más irreal del reino, puesto que no figura en su seno ningún desempleado, hasta ahora; pero debe de racanear mucho, y por ese motivo su hija Cristina y su olímpico marido se han visto obligados a cometer toda clase de fraudes para salir adelante con el fasto debido a su rango.

El mismo día 2 de junio se ha dado a conocer en El Cairo la sentencia contra su antiguo presidente eternizado en el cargo, Hosni Mubarak, que permaneció en el poder casi 30 años. Casi tanto como su majestad etc., que lleva casi 37 años. Le está bien empleado, por haberse enriquecido a costa del pueblo, y haber mandado a sus policías reprimir duramente las manifestaciones contra él.

* Publicado en Unidad Cívica por la República

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