Los reyes peregrinan un poco

Los reyes peregrinan un poco

Por Arturo del Villar*. LQSomos

Que continúen las peregrinaciones por el bien de la economía, que peregrinen muchos ingenuos europeos, pero que se recate la real pareja en el mantenimiento y la difusión de una falsedad histórica…

Haciendo honor al título de Reyes Católicos, recibido por herencia de Isabel y Fernando, nuestros señores Felipe y Letizia acudieron a Roncesvalles, para contribuir con su egregia presencia a la inauguración del año santo jacobeo. La celebración de un año santo no tiene nada de extraordinario, ya que se repite siempre que la conmemoración del apóstol Santiago, el 25 de julio, es domingo.

Lo bueno que tiene un año santo, para los fervorosos catolicorromanos, es que se concede indulgencia plenaria, llamada así porque perdona plenamente todos los pecados cometidos por el crédulo infractor de la ley divina, siempre que peregrine a Santiago de Compostela, ore por las intenciones del papa de turno, se confiese y comulgue en los próximos quince días al viaje, y entregue un óbolo para satisfacer a la imagen del apóstol.

Había y sigue habiendo dos centros de peregrinación durante la Edad Media, una época atemorizada por las predicaciones de los clérigos, que anunciaban desastres a todas horas, y la consiguiente condenación eterna de los impíos. A quienes peregrinasen a Roma, capital del papado, la ciudad más corrupta de su tiempo, o a Jerusalén, vinculada a Jesucristo, en poder de los mahometanos durante mucho tiempo, y ejecutasen las normas citadas, se les concedía la indulgencia plenaria.

El papa Calixto II en 1122 añadió a esas dos ciudades la de Compostela, en donde se decía haberse descubierto el cadáver decapitado de Santiago, ejecutado en Jerusalén y transportado milagrosamente al Finisterre gallego en una barca de piedra con dos de sus discípulos. En la Edad Media se creía todo eso e historias mucho más inverosímiles. Como en el siglo XXI.

De modo que se pusieron de moda los viajes turísticos a Compostela, y la ciudad fue creciendo por el engrandecimiento de su Santa Apostólica y Metropolitana Catedral. El turismo religioso medieval significó lo mismo que ahora el turismo playero, y los hosteleros y comerciantes propalaron las maravillas de alcanzar la gracia plenaria con tanta facilidad. Los que llegaban al destino, porque muchos se quedaban en el camino, agotados por el viaje a pie, asaltados por los bandidos, o muertos accidentalmente.

Uno de los caminos fue llamado el francés, porque entraba por la localidad navarra de Roncesvalles. Allí han ido los reyes católicos nuestros señores a abrir la peregrinación de este año santo, recibidos con mucha alegría por los responsables del turismo, aunque la pertinaz lluvia deslució el acto. Solamente hicieron el paripé de empezar la peregrinación y la abandonaron, después de leer un discurso su majestad al que pertenece este párrafo:

No podemos ignorar que desde hace muchos siglos, incluso desde los primeros peregrinos, hay un efecto claro de impacto económico en el entorno, de intercambios y prosperidad.

Lo que demuestra que el rey católico promueve la realización del camino de Santiago, en este año jubilar, porque favorece previsiblemente la llegada de peregrinos con sus divisas, que se hospedarán en los albergues del camino y desde luego en la ciudad, además de adquirir recuerdos para ellos y para regalar a los amigos. Y eso sucederá en unos momentos de crisis turística debida a la extensión del virus, que parece reducirse pero avanza otra ola. El jubileo no conseguirá igualar las cifras alcanzadas por el turismo en los años normales, pero contribuirá a sostenerlo en las zonas vinculadas al camino. Eso es lo que le importa a la economía del reino, porque la dispensación de indulgencias y remisiones de pecados no incide en las cuentas de Hacienda.

Con esta actitud los reyes se convierten en cómplices del arzobispo de Santiago y sus curas y frailes, que predican el valor de las indulgencias, por ser los más beneficiados con ese tráfico inmoral. Si los monarcas, Felipe y Letizia, no se tragan el cuento montado sobre la presunta tumba del apóstol, debieran abstenerse de pervertir a sus vasallos con el mantenimiento de esa falsedad. Que continúen las peregrinaciones por el bien de la economía, que peregrinen muchos ingenuos europeos, pero que se recate la real pareja en el mantenimiento y la difusión de una falsedad histórica.

* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio
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