Pretenders se visten una vez más de cuero

Pretenders se visten una vez más de cuero

Mariano Muniesa*. LQS. Julio 2020

Este undécimo álbum de Pretenders es el primero a su vez en el que Chrissie Hynde comparte labores de composición con su guitarrista James Walbourne, y ello también se nota en el rollo rockero que el álbum desprende

Odio en venta en forma de acordes con la prosa de Chrissie Hynde

Hace ahora cuarenta años, en ese año tan crucial para la historia del rock que fue 1980, -muchos lo recordarán- desde el año anterior había tomado un fuerte impulso comercial y mediático desde Inglaterra lo que se dio en llamar la “New Wave”, una mezcla matizada del punk y el pub rock de mediados/finales de los años 70. En ese contexto, en los primeros días de 1980 llegó a las tiendas el álbum debut de una banda británica, Pretenders, liderada por una cantante y guitarrista estadounidense de una personalidad extraordinaria llamada Chrissie Hynde. Aquel álbum tuvo un éxito impresionante, alcanzando el nº1 en las listas oficiales de ventas en Gran Bretaña y haciendo sonar en todas las radios canciones como su versión de “Stop Your Sobbing” de los Kinks o su celebérrimo “Brass In Pocket”.

Pretenders, como otros muchos grupos tuvieron que pagar el duro precio de ver morir a dos de sus miembros fundadores debido a su adicción a las drogas –el bajista Pete Farndon y el guitarrista James Honeyman-Scott- justo cuando ese espectacular éxito se consolidaba. Se sobrepusieron a esas trágicas pérdidas y a lo largo de todos estos años, Pretenders se han convertido en un referente para el mundo del rock más allá de las etiquetas o estereotipos habituales y muy especialmente Chrissie Hynde, tanto en su faceta como música como en el activismo social, una artista respetada y admirada como pocas en una trayectoria de la que ahora se cumplen 40 años.

Se acaba de poner a la venta en todo el mundo el nuevo disco de Hate For Sale, “Hate For Sale”, que es un excelente trabajo, en el que entiendo que el grupo se reivindica y sobre todo, reivindica sus orígenes y su historia sin complejo alguno a la hora incluso de homenajear artistas y estilos en los que se reconocen y que han formado parte integrante de su bagaje y de su evolución. “Hate For Sale” es Pretenders en estado puro en su faceta más rockera y más guitarrera. Y a nivel de sonido, ello no debe extrañarnos si tenemos en cuenta que la producción del disco ha corrido a cargo de Stephen Street, productor de grupos como The Smiths, The Cranberries o Blur.

Este undécimo álbum de Pretenders es el primero a su vez en el que Chrissie Hynde comparte labores de composición con su guitarrista James Walbourne, y ello también se nota en el rollo rockero que el álbum desprende. De hecho, el tema que da título al disco y que ha sido uno de los primeros singles puestos en circulación con anterioridad a la salida del álbum, es muy representativo de todo el disco y de ese espíritu de Pretenders de hacer más de un guiño a sus orígenes pero sin caer en una nostalgia fácil o en el auto-tributo complaciente. “Hate For Sale” es un tema muy punk rock, pero al que la armónica con la que lo decora la propia Chrissie Hynde lo convierte por momentos en un rock clásico lleno de energía y espíritu callejero. En algunas declaraciones que la prensa internacional ha recogido en relación con la salida de este álbum, la líder de Pretenders ha dicho sobre “Hate For Sale”: “Todos amamos el Punk, así que creo que es justo decir que “Hate For Sale” es nuestro homenaje a la banda de Punk Rock que siempre consideré la más grande del género: The Damned”. Similar a esta pieza y de las mejores de este “Hate For Sale”, otro rock que se nutre del Punk y de la New Wave aunque con un punto rockabilly llamado “Turf Accountant Daddy”.

A la hora de señalar otras de las canciones que pienso le van a dar a este trabajo esa vitola de futuro clásico, de disco clave en la trayectoria de Pretenders, no quiero dejar de detenerme en “Didn´t Want To Be Lonely”, un rock fuerte y potente, que me recuerda en cierta manera a aquel “Middle Of The Road” de 1984 que fue uno de sus grandes éxitos. Incluso el videoclip de esta canción que ya se puede ver en el canal de YouTube de Pretenders busca la imagen y la estética del rock´n´roll de los años 50 a modo de cómic.

En otros parámetros musicales, a medio camino entre los Pretenders más pop y los más alternativos –aquí sí que se aprecia la mano de Stephen Street- está “The Buzz”, que aunque suena muy a Pretenders, en especial en las guitarras, justo en estos días que he estado volviendo a escuchar el álbum debut de los Foo Fighters de Dave Grohl, algo de post-grunge se ha adherido a este tema. Un tema en cuya letra Chrissie Hynde compara, casi podría decirse que equipara las relaciones amorosas con la adicción a las drogas.

¿Es imaginable en un disco que deliberadamente trata de rescatar retazos punk rock, rock´n´roll gamberro y sonidos alternativos, escuchar a Chrissie Hynde cantar una balada a medio camino entre el blues y el soul? Quizá a priori no, pero en este disco lo encontramos: “You Can´t Hurt A Fool”. Cuando se echa la mirada atrás y se recuerda como Chrissie Hynde puso su voz, su ternura y su sensibilidad a aquella maravillosa balada de Meg Keene llamada “Hymn To Her” y que es una de sus canciones más celebradas y apreciadas, es fácil recordar que Chrissie Hynde es una cantante con una gama de registros vocales y de facultades para situar su voz en los más diferentes estilos poco común en la historia del rock.

En la información que la compañía discográfica nos ha facilitado a los medios sobre este lanzamiento, se afirma que Chrissie Hynde le pasó la grabación del álbum a su buen amigo el ex tenista John McEnroe, gran aficionado al rock y músico semi-profesional que tras oírlo le mandó este mensaje: “Wow!!! acabo de escuchar tu disco…¡Me encantó, será un clásico! canciones cortas y dulces de Rock&Roll, en su máxima expresión”.

Tal vez un periodista, un crítico de rock, un comentarista musical o como se quiera llamar a esta profesión en la que desarrollo mi actividad, debe contener el entusiasmo propio de alguien tan vehemente como John McEnroe –todavía recuerdo, en aquellos legendarios duelos en Wimbledon o Roland Garros entre el correcto y educado escandinavo Bjöern Borg y McEnroe, aquel McEnroe de aspecto desaliñado, melena a lo afro y esa actitud desafiante y rebelde frente a los árbitros, rayando incluso en lo macarra- pero desde la objetividad y el análisis, comparto el fondo de su argumento. Pretenders, hoy, a 40 años de su álbum debut, se visten una vez más de cuero, enchufan la telecaster y hablan de sus filias y sus fobias, sus neuras, sus amantes… de la vida. Y lo hacen con un álbum que transmite sinceridad, sencillez, que se escucha con agrado y que está desprovisto de cualquier impostación o banalidad superflua.

Lo que debe ser el Rock&Roll, simplemente.

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* Nota original del diario “La Región”

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