Principios para el crecimiento del consumo (i)rresponsable

Principios para el crecimiento del consumo (i)rresponsable

El crecimiento del consumo responsable de alimentos ecológicos y el decrecimiento del consumo irresponsable de alimentos industrializados son dos aspectos de la misma realidad. El consumo responsable sólo puede crecer ganando terreno al consumo irresponsable.

La fuerza del consumo responsable agroecológico radica en su capacidad para expresar socialmente el sufrimiento alimentario de la mayoría de la humanidad producido por la globalización alimentaria y la creación de alternativas alimentarias emancipadoras para la mayoría de la población.

La lucha por los alimentos converge con la lucha por las libertades y los derechos económicos, sociales y culturales vulnerados, por la economía de mercado y el libre comercio. Sin esta convergencia, el consumo responsable agroecológico no podrá superar su estadio elitista y marginal.

Sin el crecimiento  del consumo responsable agroecológico, el único decrecimiento es el que se deriva del aumento de la precariedad, el paro y la exclusión social. El decrecimiento de la crisis afecta a la alimentación necesaria para la salud, a menudo sustituida por alimentos procesados y marcas blancas, más baratas por sus costes de producción más bajos e insanas por su menor calidad nutricional. También afecta a los derechos fundamentales y la autoestima de millones de personas que, embaucadas por la “democracia del consumidor”, han basado su identidad en producir y consumir mercancías, cuantas más mejor.

El crecimiento del consumo responsable anticapitalista a través de mercados locales de agricultores y consumidores ecológicos, es la garantía de que el decrecimiento en el terreno alimentario, sea algo más que una moda para los debates, artículos y jornadas de una izquierda extraviada.

Para el decrecimiento  del consumo irresponsable no basta con incluir algunos productos ecológicos al desmadre consumista habitual. Se trata de reducir, no de maquillar, el volumen de consumo irresponsable.

Los principios  para el decrecimiento del consumo irresponsable son, en realidad, los principios para el crecimiento del consumo responsable agroecológico:

1.- EDUCACIÓN. Aunque la comida basura produce más muertes y enfermedades que el hambre, no podemos calificarla de antidemocrática. La ciudadanía la compra “libremente” y vota a los partidos y sindicatos que defienden la competitividad y la globalización. El auge de la agroecología requiere la crisis de la producción industrial de alimentos Para romper con la alimentación mercantilizada necesitamos conocer, tanto sus daños, como los beneficios de la alimentación ecológica. Para ello, la educación alimentaria es condición necesaria. Aunque no suficiente. La investigación y difusión de cultura alimentaria por parte de l@s consumidor@s organizad@s constituye, junto a la construcción de mercados locales, el complemento para avanzar hacia mayores cuotas de consumo agroecológico.

2.- CALIDAD. De los alimentos: abundancia en la dieta diaria de frutas y verduras frescas de temporada y recién recolectadas, ausencia de sustancias químicas (herbicidas, insecticidas, fungicidas, conservantes, colorantes, etc.).

De los agricultor@s, ganader@s, acuicultur@s, artesan@s y elaborador@s:respeto a la biodiversidad, el patrimonio biogenético, la fertilidad de la tierra, el agua, el aire, el clima, el trabajo digno, el equilibrio territorial, el reciclaje y la transmisión de la cultura campesina a l@s jóvenes agricultor@s.

De la distribución: circuitos cortos, la máxima cercanía y el menor número de intermediarios entre producción y consumo.

De l@s consumidor@s(l@s agricultor@s también son consumidor@s): compromiso con la producción local, los alimentos de temporada, los problemas del campo; participación en el “trabajo del consumo responsable” como garantía de precios populares; autogestión como garantía de libertad; certificación social participativa (que es más –y no menos- que la certificación oficial con etiquetas) como garantía de la calidad de los alimentos; cultura alimentaria para sustituir los alimentos enfermantes por alimentos ecológicos; lucha contra los alimentos nocivos y sus modos de producción, distribución y consumo; austeridad, reducción, reutilización y reciclaje.

De las relaciones: entre agricultor@s, entre consumidor@s y entre ambos.

3.- VARIEDAD. Para aumentar la proporción de consumo agroecológico y reducir la de consumo convencional, necesitamos ampliar la oferta de alimentos ecológicos y evitar el doble trabajo de una compra ecológica y otra convencional. Este propósito exige logística propia, dimensión económica, profesionales competentes y participación de consumidor@s y agricultor@s.

4.- ECONOMÍA. El sacrificio para sacar adelante nuestros proyectos de economía social no pueden justificar relaciones comerciales basadas en el engaño o el maltrato a consumidor@s, proveedor@s y trabajador@s. Las buenas prácticas  en la producció, circulación y consumo de alimentos ecológicos, requieren respeto y cooperación. Para que los precios sean justos y populares, la participación y la autogestión deben ser factores relevantes en la formación de los precios de los alimentos ecológicos. La Responsabilidad Social Empresarial también cuenta para nuestros proyectos de economía social. Ser anticapitalistas en la protección a los alimentos, l@s consumidor@s y l@s agricultor@s, no consiste en incumplir las leyes que les protegen sino en cumplirlas por exceso.

5.- AUTOGESTION, RECONCILIACION Y UNIDAD. La dimensión económica del consumo responsable exige sumar fuerzas, recursos y financiación entre consumidor@s individuales, grupos de consumo y cooperativas. Esto supone abandonar  los atajos (subvenciones y patronazgos) que favorecen la cooptación y los comportamientos sectarios hacia quienes profundizamos en la autogestión. Es necesaria una “Perestroika” (Rectificación) para reconstruir la unidad de acción del consumo responsable frente al enemigo común, una globalización alimentaria que bien puede calificarse de genocida. Pero esto significa también una “Gladnost” (Transparencia) respecto a episodios lamentables causantes de divisiones que nos han esterilizado durante años, no para hacer ajustes de cuentas, sino para no repetirlos. A partir de aquí, desde la verdad, la reconciliación, el pluralismo y la democracia, podremos abordar nuestras tareas.

6.- COOPERACIÓN. De l@s consumidor@s entre sí, de l@s agricultor@s entre sí, entre agricultor@s y consumidor@s, entre campo y ciudad, hombres y mujeres, trabajos y cuidados, entre territorios, climas y variedades, mercado, estado y cooperación y entre lo privado, lo público y lo común. La cooperativa se revela, hasta ahora, como una buena solución jurídica y organizativa para las iniciativas de economía social anticapitalista. Cooperativa que vienes al mundo te guarde Dios.

* La Garbancita Ecológica

LQSRemix

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