Recuperando el impulso

Recuperando el impulso

Juan Gabalaui*. LQSomos. Enero 2017

Sin duda que el 15-M supuso un punto de inflexión en la implicación y participación política de muchas personas en este país, pero el desarrollo que se está dando en estos años es el impuesto por un marco de acción restrictivo y unas limitaciones psicológicas que nos llevan a plantear la batalla con las condiciones que el propio sistema político elaboró para mantener el estado de las cosas. Podemos es un ejemplo de la desactivación de un proyecto que pudo ser algo diferente. Al menos en el plano de las ideas. Un intento fallido, prácticamente desde sus inicios, que se fundamentó en la desactivación de los círculos y en la construcción de una dirección jerarquizada y dependiente de un líder, que tuvo su confirmación en el Congreso de Villaverde, con los votos de los mismos que se conformaban con la ilusión de la participación. Pero ¿cómo puede ser fallido un proyecto político que es capaz de conseguir cinco millones de votos en unas elecciones generales? La respuesta es por su incapacidad de modificar el estado de las cosas. Podemos forma parte ya del sistema político de este país, es uno más, con unos planteamientos diferenciales respecto a los grandes partidos mayoritarios pero sin capacidad para provocar un cambio sustancial. Ni siquiera si formara parte del gobierno.

No toma la televisión para subvertirla sino para formar parte del espectáculo. Lo único que ha espoleado es la encarnizada animadversión de la derecha política, la maledicencia sobre sus dirigentes y las mentiras y falsedades sobre sus acciones y planes de futuro. Lo cual es ampliamente compartido por los fieles votantes de la derecha, para su regocijo y diversión. Su mensaje es transmitido por los medios controlados que desactivan cualquier indicio de transgresión. En una sociedad en la que estamos pegados a las pantallas parece lógico utilizar las vías de comunicación que permitan alcanzar a un mayor número de personas. La televisión es, sin duda, la puerta de entrada a la colonización psicológica de los potenciales votantes y por ello es un medio que domestica y anula los mensajes que amenacen el estado de las cosas. Utilizar este medio, según las reglas de quiénes lo controlan, es un suicidio político, una condena a la insubstancialidad y el mejor camino para formar parte de la programación habitual. Los televidentes de los programas de debates no cambian de opinión por las brillantes o torpes, da igual, exposiciones de los contertulios sino que les acomoda en sus trincheras. A Inda se le perdonan las formas porque se comparte el planteamiento.

La batalla dialéctica entre Errejón e Iglesias, donde predomina la testosterona, la lucha entre los machos alfa por el control de la manada, es un ejemplo del proceso de descomposición en el que se encuentra el partido de los cinco millones de votantes. Una descomposición en la que se hallan desde hace años los partidos mayoritarios y que les permite funcionar eficazmente en una sociedad descompuesta, que continúa en situación de crisis económica aderezada con una crisis ideológica, moral y política. Podemos pierde en estos momentos por falta de veteranía pero esto lo puede curar el tiempo, si se ajustan a lo que el sistema les pide. Pero cambiar el estado de las cosas es otro tema. Habrá un cambio sustancial si las personas son protagonistas directas del cambio. Habrá un cambio sustancial si se abandonan los platós de televisión y el narcisismo de las redes sociales y se incide en la acción en plena calle, en los barrios, en los trabajos, más allá de lo virtual. No tenemos ya el impulso del 15-M, cuyos muchos miembros están ahora pendientes de las encuestas, pero tenemos que recuperar ese impulso, sin el liderazgo de los partidos, y con la experiencia que tenemos de lo que no funcionó. Siempre me gustó la frase Vamos despacio porque vamos lejos. Las prisas nos han derrotado. Nuestras colonizadas mentes no están para revoluciones sino para desprogramaciones.

Más artículos del autor
* El Kaleidoskopio

LQSRemix

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Nos obligan a molestarte con las "galletitas informáticas". Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar