República: Una encuesta y mucho por hacer

República: Una encuesta y mucho por hacer

Iñaki AlRui*. LQS. Octubre 2020

Este lunes 12 se ha publicado una encuesta, a iniciativa de la Plataforma de Medios Independientes, intentando hacer el trabajo que no hace (que no quiere hacer) el CIS

Como todas las encuestas, interpretar los resultados requiere su tiempo de atención, análisis y estudio. Algunos de los balances que se están publicando son claramente precipitados, y de alguna manera se centran en demostrar cierto triunfalismo en correspondencia con lo que muchos están deseando escuchar. Algo así como los debates televisivos donde el oyente busca lo que quiere escuchar para reafirmarse en sus opiniones o sentir unos momentos de gloria.

De momento, al que escribe lo primero que le ha gustado es la presentación de los resultados de este estudio sociológico en una fecha como el 12 de octubre; es de lo más apropiado, es una encuesta política y la fecha del “Día de la hispanidad” es muy, pero que muy política. España como estado tiene muy poco que celebrar.

Para entrar en harina, es bueno recordar que el día anterior al 12 de octubre ha circulado el vídeo y un reportaje de prensa en torno al “¡Viva el rey!”. La verdad es que uno no llega discernir muy bien si son de apoyo o verdaderamente son para terminar con la monarquía de una vez por todas. La mayoría de los personajes que vociferan entusiastas vivas al rey entran en la categoría de lacayos cortesanos y mamporreros, y es que todos los reinos tienen su corte, hasta en los cuentos, y este no iba ser menos.
Uno de los grandes pilares de sujeción de la monarquía es el mantenimiento de toda una corte de subvencionados fieles y serviles, a los que los medios de comunicación ensalzan siempre desde el más rastrero peloteo, olvidando valoraciones de honradez o ética. En esta ocasión, da la impresión de que cada vez pueden tirar de menos de las mal llamadas “personalidades”, dada la cantidad de simples voceros de televisión, toreros, corruptos de dilatada trayectoria, o de personajes que siempre se quedan al margen como es el caso del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, que se permite cantar su ¡viva el rey! desde sus 2470 € de sueldo que percibe a la hora, digamos de paso de que se lo lleva de una empresa que debería de ser del estado.

En cualquier caso, lo que nos dejan claro estas campañas mediáticas, es que algo de miedo hay; el poder económico, el Ibex 35, tiene clarísima la debilidad de la monarquía, su impopularidad, y desde los últimos y sonados escándalos del emérito les está costando mucho lavar la sucia y corrupta cara de la casa Real.

Volvamos a la encuesta sobre la monarquía que sirve para alumbrarnos en varios puntos, pero en ningún caso se debe ver con triunfalismo. Hay mayoría favorable a organizar una consulta, y hay mayoría, menos, a favor de la República.
Una vez más, Cataluña, Euskadi y Navarra marcan una clara diferencia con el resto del estado español a favor de la república. Lo que parecía la utopía de la independencia, y así nos lo han hecho ver en el resto del estado, se ha cristalizado como el camino posible para la república. El ejemplo catalán es irreversible, es hora de RepúblicaS.
Enfrente estarían Madrid y Andalucía como los grandes bastiones monárquicos.
La mayoría de los votantes del PSOE afirman preferir República, en Unidas Podemos es mayoría aplastante. En el otro extremo, lo que hoy se denomina trifachito.
Y en franjas de edad hay una clara brecha generacional, la juventud lo tiene muy claro: república. Los mayores, educados en el conservadurismo progre, son los tradicionales republicanos juancarlistas.

Las encuestas se pueden interpretar de tantas maneras como La Biblia o El Manifiesto Comunista. Querer pensar que es una cuestión de tiempo sería dejar las cosas al albur, y el azar lo controlan compañías privadas.

Mi recomendación, con permiso, es la de buscar siempre conclusiones propias, y que cada una haga su análisis particular, por lo que recomiendo que lean y valoren la encuesta a su gusto y entendimiento, pero de primera mano (1).

En ningún momento se debe de olvidar que, frente a las propuestas democráticas de exigir un referéndum sobre la forma de estado, hay toda una máquina del poder económico con todos sus medios…

Son muchas las voces en redes y medios que apresuradamente en la primera lectura de esta encuesta se ha lanzado a afirmar que si mañana hubiese un referéndum lo ganaría la República. Es conveniente recordar una de las experiencias más frustrantes para toda izquierda del Estado español, como fue el referéndum de la OTAN. A mí es lo primero que me ha venido a la cabeza, recordar aquellos años de ilusión con aquella derrota de la que la izquierda no ha podido levantar cabeza hasta… ¿el 15M?

Haciendo un poco de memoria: a mediados de 1980 el Gobierno de la UCD anunció su decisión de iniciar conversaciones en 1981 para la incorporación de España a la OTAN, y el 30 de mayo de 1982 éramos el miembro número dieciséis de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, gobernando UCD y con el mandato de Leopoldo Calvo Sotelo. La sociedad española estaba en pie de guerra ante esta decisión y sobre todo movilizada contra la OTAN. Un lema falsario que quedará para historia sería el de Felipe González: “OTAN de entrada, NO”. En cuanto el PSOE ganó las elecciones en 1982, renegó de lo dicho, cosa que sería habitual en su largo mandato gubernamental. En enero de 1986, el gobierno “socialista” encabezado por González convocó un referéndum sobre la permanencia en la OTAN, tras las multitudinarias manifestaciones que lo vinieron exigiendo a lo largo de todo el Estado. El PSOE pidió encarecidamente el “sí”, llamó al orden en sus filas y utilizó diversos “miedos”.

Y ahora después de estos vergonzosos recuerdos de manipulación y de falta de cumplimiento político, vayamos al tema: ¡las encuestas!
El 20 de junio de 1981, el diario El País publicaba los datos de una encuesta independiente, el titular de la noticia lo resume todo: En principio, el 52% de los españoles es contrario al ingreso la OTAN, y el 18,1% favorable (2).
Saltamos a octubre de 1985 y en el barómetro del CIS, a pesar de lo enrevesado de algunas preguntas, sigue predominando una mayoría a favor de la salida de la OTAN, aunque estamos ya ante un 38% contrario a la permanencia en la OTAN, y un 24% a favor de la permanencia (3).
Y saltamos ya, aunque hay todo un abanico de encuestas con resultado contrario a la permanencia en la OTAN, directamente al referéndum del 12 de marzo de 1986: el “Sí”, la permanencia, se imponía con un 56,85% frente a un 43,15 que defendía con su “No” la salida (4).

Poco más que decir frente a los rápidos triunfalismos ante el estrecho margen a favor de la República que arroja la pregunta sobre un posible referéndum. Hay mucho trabajo por hacer.
En ningún momento se debe de olvidar que, frente a las propuestas democráticas de exigir un referéndum sobre la forma de estado, hay toda una máquina del poder económico con todos sus medios, y esos medios –como bien sabemos, lo vivimos a diario– no solamente son los informativos, es el aparato judicial, policial, militar, y de sindicatos, partidos, empresarios…

Desgraciadamente, tenemos que reconocer que el sentimiento republicano tiene más adscritos a su causa gracias a la corrupción monárquica que al movimiento activista por la República. Después de la muerte del dictador siguió la herencia de la monarquía, pero lo peor fue la renegación del republicanismo por parte de diversas organizaciones como el PCE o el PSOE, en el 77 lo dejó claro Santiago Carrillo (5). Varias organizaciones de izquierda siguieron defendiendo la República como forma legítima del estado, pero las pedagogías a contracorriente no son muy fructíferas, aunque siempre necesarias. Durante años exhibir una bandera republicana ha sido delito, y para los desmemoriados la bandera no quedo exenta de persecuciones político-policiales hasta la sentencia de del Tribunal Constitucional de 2003 (6).

Está claro que la República venidera será la tercera, pero es necesario dejarse de numerales y pensar en clave de futuro, estamos en 2020. El 31 nos queda ya muy lejos, es parte de la historia. Y esa historia deberíamos también analizarla sin miedo a los errores que se cometieron.
Hoy una gran cantidad de minúsculas organizaciones que defienden la República como forma de estado siguen empeñadas en poner apellidos a esa República, cuando lo que hoy nos puede unir es primeramente acabar con la monarquía. Será la propia República, cuando regenere todas las instituciones del estado y depure desde la justicia toda la corrupción y el clientelismo existente, la que decida de manera democrática hasta dónde quiere llegar, sus apellidos. La lucha republicana debería consistir en unificar criterios, ideas, acciones contra la monarquía, pero organizadas de manera abierta a muchas sensibilidades, sin necesidad de tener que pasar un ficticio examen de pureza de rancios ideales. Y en lugar de avanzar, aunque lo nieguen en sus mensajes de autosatisfacción, está una parte de ese movimiento que se autodenomina republicano en el que más que militantes, en muchas ocasiones uno encuentra lo mismo que en la España fervorosa de las vírgenes, las banderas y los toros. Más humildad ¡por favor!

Bienvenida la encuesta, y las nuevas consultas populares que se vislumbran en breve, hay mucho por hacer: pedagogía, pedagogía, pedagogía.
Ahora es el momento, hagámoslo posible.

Ilustraciones de Alejandro Pacheco

Notas:
1.- Acceder a la encuesta completa, clic aquí
2.- En principio, el 52% de los españoles es contrario al ingreso la OTAN, y el 18,1% favorable
3.- 1478| Barómetro de octubre 1985. Alianza Atlántica
4.- Referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN
5.- La bandera nacional ondeará en los actos del Partido Comunista de España
6.- Sentencia 1335/2003 de 15 Dic. 2003, Rec. 1927/2002

Más artículos del autor. Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @IkaiAlo

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2 thoughts on “República: Una encuesta y mucho por hacer

  1. Ser republicano no es ser de derecha o izquierda. Es tener la opción de elegir al jefe del estado de tu país. Por favor, referéndum ya!

  2. Que la Corona está en descomposición, no cabe la menor duda. Y que los poderes establecidos, para preservar su dominio optarían por una República burguesa, tampoco me cabe la menor duda, Luego entonces, República Revolucionaria SÏ, pero NO una República para lavar la cara de los corrupto.

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