Territorios y herramientas digitales para la emancipación

Territorios y herramientas digitales para la emancipación

Alfredo Moreno*. LQS. Febrero 2018

Capturar los recorridos digitales sobre preferencias, hábitos, emociones y consumos expresados por los habitantes de los territorios digitales (Webs, Facebook, WhatsApp, Instagram, Youtube, etc.) permite conocer sus conductas y estimar sus acciones

La emancipación intelectual y la apropiación de la tecnología vuelven a convocarnos para potenciar el trabajo político territorial en defensa de la democracia y los derechos alcanzados durante el período 2004 -2015.

Las Tecnologías de Informática y Comunicaciones (TIC) aportan nuevas herramientas para las estrategias electorales. No alcanza con fiscalizar la elección. Debemos ocuparnos desde ahora en cuidar el voto.[1]

El big data es un conjunto de metodologías que brindan capacidad de procesar grandes volúmenes de datos, limpiar y estructurar estos datos para aplicar los métodos descriptivos o predictivos de la matemática aplicada o estadística, conocidos desde 1950. Lo nuevo es el gran flujo de datos que se produce en internet y la velocidad en el procesamiento de los mismos.

Capturar los recorridos digitales sobre preferencias, hábitos, emociones y consumos expresados por los habitantes de los territorios digitales (Webs, Facebook, WhatsApp, Instagram, Youtube, etc.) permite conocer sus conductas y estimar sus acciones.

Las campañas electorales estaban basadas en conceptos demográficos. Se realizaban acciones como “todas las mujeres recibían el mismo mensaje” sólo por su género o todos los jóvenes por su edad. La segmentación cambió la orientación en la campaña política.[2]

El big data amplia la visión para la producción de mensajes con contenidos claves, segmentos para audiencias más específicas con la posibilidad de incidir en segmentos de indecisos con precisión quirúrgica.

Emil Pariser, director ejecutivo de Upworthy activista político sostiene que nuestro acceso a la información está condicionado por el diseño algorítmico de las plataformas que usamos para ingresar a la web. Desde el 2009 año en que Google decidió tomarse más en serio el registro del comportamiento de sus usuarios para ofrecer resultados a medida, Internet ha virado hacia la personalización de los contenidos. Desde entonces los algoritmos no han dejado de conjeturar a los usuarios.

Constantemente se preguntan acerca los intereses de quién está detrás del Navegador para luego construir un perfil y en función de este intentar predecir qué contenidos quiere ver y cuales publicidades les conviene ofrecerle.

Entonces, el resultado de una búsqueda es producido por el algoritmo que selecciona, a través de predicciones, la información que al usuario le gustaría ver basado en información acerca de sus “huellas digitales” en base a su localización, historial de búsquedas, elementos a los que les dio “click” en el pasado, etc. Es decir, si dos personas buscan un mismo término de distintos dispositivos tendrán resultados seguramente diferentes según su historial de “gustos” y “huellas” en Internet.

Como resultado, los usuarios son alejados de la información que no coincide con sus puntos de vista, aislándolos efectivamente en burbujas ideológicas y culturales propias del usuario. Hecho conocido como filtro burbuja.

La Micropolítica estudia la lógica de los filtros burbujas que se producen en las redes sociales. Analizando las comunidades autorreferenciales, a las que les cuesta mirar lo diferente, al otro ajeno a la comunidad, convivir con los que piensan distinto; en este ciclo se vuelven más intolerantes.

Estas comunidades son el destino de nuestros mensajes, para que los contenidos pensados a tal fin logren las instancias de apertura necesarias para considerarnos semejantes.

La anticipación, la alerta temprana y la agilidad será lo más importante para ganar ventaja competitiva contra semejante aparato tecno, financiero y jurídico del gobierno de Cambiemos.

Que hacer, tantas veces preguntado

Conseguir conocimiento desde nuestros datos. Integrar redes sociales para trabajar con datos sanos y estructurados. Organizar el flujo de distribución de contenidos para que pueda ser medido el impacto.

Desde una perspectiva tecnológica las herramientas están ofrecidas. Se trata de encontrar los patrones de conducta, perfiles de participantes que nos permitan aplicar los modelos matemáticos que conforman la especialidad llamada Ciencia de Datos. Las metodologías del cuerpo matemático y sus herramientas están disponibles, solo es necesario el conocimiento, la red de activistas y la voluntad política de sostenerla.

Las capacidades profesionales para conocer el perfil del votante y el efecto de la gestión política convergen en este ejemplo:

Trabajar una minuciosa encuesta cuya muestra sea la mejor posible en relación al Municipio del conurbano o las Comunas de la CABA. La experiencia en la materia abunda.
Luego trabajar los datos de la encuesta con modelos matemáticos predictivos. Alimentando dicho proceso con la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, que permite dibujar el paisaje social en estos principales conglomerados urbanos.
Cruzarlos con los resultados de las últimas elecciones y realizar un proceso de geolocalización del voto y las preferencias políticas de los votantes de cada uno de los barrios seleccionados.

Un ciclo de refinamiento sucesivo del relato anterior, conducirá a un conocimiento más certero y permitirá afinar la mira para hacer blanco.

Hechos de presencia y simultaneidad

En Moscú, en el mes de junio, durante doce días, cualquier persona puede hacerle una pregunta directa a su Presidente, Vladimir Putin. El Presidente ruso las responde todas juntas en televisión, por el Canal 1, Rusia1, Rusia24 y Rusia Today; y también en directo por las radios Mayak, Vesti FM y todas las frecuencias de Radio Rusia. En 2018 se permitió preguntar a través del teléfono, SMS y redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, VKontakte y Odnoklassniki).

Ese año, se recibieron 1,1 millones de preguntas y hasta 2 millones de comentarios, ya que se permiten comentar las respuestas del presidente en la web oficial, con lo que los comentarios no dejan de crecer durante toda la jornada. A eso hay que sumarle las interacciones y opiniones en redes sociales. Millones y millones, en definitiva.

Imaginemos que el equipo de Putin monitorea las preguntas, los comentarios, y las repercusiones en redes. Podrían lograr localizar a determinados segmentos de población que, por ejemplo, estuvieran preocupados por la salud pública, que fueran mujeres, que tuvieran de 40 a 50 años de edad, que vivieran en la zona de Kazan, y que hubieran hecho preguntas o comentarios de ese tema vía Facebook. En los meses posteriores, a estas personas se les podría hacer llegar informaciones mediante publicidad en Facebook, hablando de las nuevas políticas de Putin para el futuro de la salud pública y, en especial del nuevo hospital que se situaría en Kazan y que va a realizar mamografías gratuitas a mujeres de 40 a 50 años. Es sólo un ejemplo inventado, pero hay millones de potenciales datos que, cruzados, permiten acotar necesidades, públicos y, por tanto, mensajes.

El análisis de datos es la clave para entrar en nuestros domicilios digitales

Se trata de lograr enviar el mensaje adecuado a las personas adecuadas, entendiendo sus necesidades.

No se pierde tiempo, trabajo, ni dinero.

Impactar con el mensaje adecuado muestra que el candidato sabe del tema, que conoce las necesidades de la gente. Permite mostrarle como más atento, más cercano a los electores y futuros seguidores.

Y puede tener éxito, porque ninguna relación política es tan buena como la que se consigue cuando sabes qué le importa a tu interlocutor. La tecnología sirve para mejorar el impacto de nuestro mensaje electoral, para estar presente y que sea recordado. La segmentación electoral pretende conocer a los votantes para hacerles llegar el mensaje oportuno, aquello que les importe y que consiga movilizarlos.

Pero no basta con tener los datos. Hay que saber cómo aprovecharlos para generar el mensaje adecuado al público adecuado. Podemos analizar nuestra ciudad, por ejemplo, las esquinas donde ha habido más accidentes. Permite mostrar que nuestro candidato está más atento, más cercano a los electores.

Porque en caso de duda, buscamos datos mentales. Si estamos indecisos solemos votar a quien recordamos: un buen mensaje, a la persona, en el momento y en el tema adecuado, genera memoria en los ciudadanos.

La publicidad no lo es todo. Por mucho que logremos enviar el mensaje adecuado a la persona adecuada, jamás será lo mismo que ese mensaje sea mediante publicidad a que sea mediante un contacto directo.

Si alguien consigue persuadir al otro, es normalmente la gente que nos rodea el “on” y “offline”. Es a ellos a quien también debemos hacer llegar los mensajes, para que tengan argumentos que permitan convencer a sus propios contactos, que es probable que sean parecidos culturalmente, y estén dentro de su misma burbuja informativa.

Vivimos en un mundo conectado, en redes, y donde nos encanta que nos den la razón y que todo lo que leemos y vemos confirme nuestras opiniones, creencias y costumbres. En este sentido, el big data y la segmentación nos permiten como máximo penetrar en algunas burbujas culturales, comunidades con determinados gustos, pero no politizadas, pero jamás en las burbujas ideológicas que son contrarias a nuestro mensaje, y que nunca creerán nada de lo que les digamos, por mucho que sea un impacto directo a sus necesidades y deseos.

En resumen, desarrollar una campaña local, en que sean los vecinos los que convencen a sus vecinos, y dar herramientas para que nuestros contactos hagan campaña a sus contactos, ya que son quienes mejor entienden las necesidades de sus familiares y amigos/as y cómo hablarles personalmente. No pensemos sólo en el mensaje, pensemos también en cómo, quien lo recibe, va a compartirlo y/o contarlo a sus contactos.

Segmentar permite ahorrar tiempo, energía y dinero, pero no permite penetrar en burbujas imposibles, ni substituye la persuasión del “boca en boca” o el “boca a oreja”, personal/activista/militante, que es el que funciona, sí o sí, desde hace miles de años, en la política y en la vida.

Notas:
1.- Argentina. Elecciones 2019: Cambiemos y el fraude electoral
2.- Politizar las TICs: Argentina Campaña 2019

* Computador Científico. Delegado de ARSAT en FOETRA . Profesor TICs UNM

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