Un asunto de padres

Un asunto de padres

Manuel Blanco Chivite. LQS. Mayo 2020

Afortunadamente, la dictadura franquista, cuyos consejos de guerra, asesinatos y represión no cejó ni un solo día, fue combatida durante sus 40 años de existencia por diferentes organizaciones atifascistas y por todos los medios de lucha

De Cayetana Álvarez, diputada del neofranquista PP (los hay neo y los hay estrictos, VOX) solo he llegado a conocer dos breves frases y una visión fugaz de apenas 30 segundos en un tuit. Para mi felicidad, no tengo televisión, ni frecuento la prensa. Y tal conocimiento me llegó con retraso y por los inevitables wasasps de las amistades siempre solícitas.

Vayamos a las frases. En una de ellas, la más reciente y pronunciada en el Congreso de los diputados/das lanza, un insulto que no por tópico (no vamos a pedir originalidad a nadie a estas alturas tan bajas de nuestra política) deja de ser ofensivo. Llamó “terrorista” al padre (eso de meterse con los padres es taaaan francoargentinoespañol) de su rival político Pablo Iglesias, uno de los vicepresidentes del gobierno. La base del insulto es que el buen señor, el padre, Francisco Iglesias, luchó contra la dictadura de Franco y los suyos (suficiente pecado) en las filas del FRAP, varios de cuyos militantes fueron asesinados por los gobiernos del Generalísimo (¿sigue existiendo ese cargo o grado en el escalafón militar?, ¿cuándo lo quitaron? ¿lo conserva todavía el cadáver de Mingorrubio? Tengo una memoria fatal).

El FRAP, como bastantes personas saben, fue una de las muchas organizaciones de la resistencia antifascista en España, activa durante los últimos años de la dictadura y hasta el referéndum constitucional, poco más o menos.

Como también saben bastantes personas, no todas, ¡qué exageración!, la dictadura de Franco lo fue gracias a la ayuda militar y económica del régimen nazi de Hitler y del fascismo italiano de Mussolini. Y fue la única dictadura de corte nazifascista que sobrevivió intacta a la Segunda Guerra Mundial, en función de los intereses hegemónicos de EEUU en y hacia Europa cuando se decidió desencadenar la llamada guerra fría contra la URSS.

Afortunadamente, la dictadura franquista, cuyos consejos de guerra, asesinatos y represión no cejó ni un solo día, fue combatida durante sus 40 años de existencia por diferentes organizaciones atifascistas y por todos los medios de lucha.

A la mentada diputada, la figura de un luchador más, uno de muchos, antifascista como fue el padre de su rival político le merece el título de “terrorista”.

La frase fue pronunciada con aparente frialdad, cierta rigidez corporal y apoyando la mano distraídamente pero como para darse fuerzas (se necesita cierta fuerza, no solo hábito, para pronunciar mentiras ante auditorios múltiples) en el atril de la tribuna, tenía voluntad de significar algo así como no digo nada que no se sepa.

El señor Francisco Iglesias, a quien no conozco personalmente, fue, no sé si mucho o poco tiempo, militante del FRAP y, mientras pudo y como pudo, luchó contra la dictadura. Fue detenido, tratado como dios quiera que nadie trate nunca a Cayetana Álvarez, y encarcelado.

Un riesgo que muchos no corrieron y hoy se llaman demócratas, y una honra, entonces y ahora.

Y voy por la segunda frase que me facilitó otra amiga mejor informada que yo. En una típica entrevista adulona y de buen rollito (¡qué maravillosas somos las dos, entrevistadora y entrevistada, qué de guiños nos hacemos!), de esas que tanto abundan en nuestra prensa, Cayetana Álvarez se refiere a otro señor y a otro padre, al suyo precisamente, para informarnos de que habría pertenecido a la resistencia francesa, El Mundo 8 de agosto 2015).

Quizás, pese a su título de historiadora, que espero no sea como esos otros títulos de no pocos de sus congéneres de partido e ideología, no sepa que la nombrada resistencia francesa lo fue contra los ocupantes nazis de Francia (esos mismo nazis que estuvieron en España apuntalando la dictadura de Franco, entrenando a sus policías en medios de tortura, y que seguían sosteniéndola) y que la repetida resistencia luchó con las armas en las manos contra los amigos y homólogos de Franco y sus colaboradores. Y en esa lucha hubo muertos por ambas partes, claro, ¿se podía combatir a los nazis de otra manera, quizás mediante el psicoanálisis o la meditación trascendental? Si es así, alguien debería habérselo dicho a Chuchill, a Roosvelt, a Truman, a De Gaulle, a Stalin y a los judíos, entre otros, se habrían ahorrado millones de vidas.

También debería saber que los nazis calificaron a los miembros de esa y cualquier otra resistencia en los países que ocuparon o en los países con los que se aliaron, como de terroristas y de bandas terroristas.

Así que su padre, siguiendo los criterios de la hija, habría sido un miembro de las bandas terroristas contra el nazismo.

Su insulto a Francisco Iglesias ha sido el insulto que lanzaron a su padre los nazis. Creo que en lugar de vomitar contra el progenitor de su rival político debería, en nombre de su padre, haber abrazado al vicepresidente en plan compañeros, tu padre y el mío Pablo, unidos contra el fascismo, qué hermosura, y nosotros aquí, defendiendo la democracia codo a codo. ¿No habría sido estupendo?; pero parece que nuestros neos (franquistas) no están para muchas aleluyas ni, aun menos, para muchas democracias.

Si el padre de Cayetana Álvarez, antiguo miembro de la resistencia contra los nazis, allá donde esté, ha oído a su hija no habrá podido evitar ese atroz pensamiento tan español y a veces como esta vez tan auténtico: Cría cuervos…

Publicado en el diario digital Público
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