Ventas de las empresas, condiciones laborales e incrementos de plusvalía

Ventas de las empresas, condiciones laborales e incrementos de plusvalía
Una de las causas legales que ahora justifican las disminuciones de plantillas, la modificación de las condiciones laborales o incluso los cierres de empresas, es la disminución de ventas. Pero las ventas no se relacionan directamente con los derechos laborales sino que tienen que ver con otros fenómenos. Actualmente las ventas bajan por la crisis y por las políticas de austeridad.
Cada vez resulta más evidente que la crisis que padecemos no es únicamente financiera. También es de sobreproducción. Pero esto, ni se quiere reconocer ni se tiene en cuenta para determinar los volúmenes de la producción futura. Cada fabricante establece sus propias metas y posiblemente cada uno de ellos desea vender tanto como sea posible, incluso en momentos de crisis como los de ahora. Pero unos lo consiguen y otros no. Es la anarquía del sistema capitalista. No se produce en función de la demanda mundial sino que cada empresa va a su bola y cada vez quiere vender más y más. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que todos los empresarios tengan intención de ponerse de acuerdo para acabar con las políticas de austeridad o para incentivar una subida de salarios con el fin de que los trabajadores puedan comprar más mercancías y poder así mejorar sus niveles globales de ventas. Todos ellos coinciden, en cambio, a la hora de aprovechar la crisis para hundir los derechos laborales. Uno de los argumentos más utilizados actualmente es que los costes laborales son demasiado altos y las empresas que deben competir no pueden soportarlos. Pero la altura excesiva de estos costes se determina comparándolos. Si en un lugar son demasiado altos, es porque en otros lugares son más bajos y bajan porque los mismos empresarios los han conseguido bajar y luego quieren bajarlos de nuevo.
La lucha fratricida entre empresarios para poder vender más y más, es característica del sistema capitalista e históricamente ha contribuido a impulsar la modernización de las empresas: cuando una empresa queda relegada tecnológicamente no puede competir con las otras, entonces debe cerrar y las demás se comen su mercado. En estas circunstancias, la caída de las ventas no está ocasionada por unas condiciones laborales “demasiado favorables”; proviene del retraso tecnológico de la empresa que no ha sido capaz de seguir el ritmo de sus competidores.
Actualmente estamos contemplando otros fenómenos: la mayoría de los fabricantes no tienen inconveniente en aprovechar la situación actual para abrir nuevas plantas y utilizarlas para presionar, enfrentar a unos trabajadores con otros y hundir aún más los salarios y las condiciones laborales.
En otras palabras: los empresarios optan por una estrategia que les permite mejorar su tasa de plusvalía incrementado la duración de la jornada laboral y reduciendo salarios. Esto técnicamente se conoce como la producción de plusvalía absoluta, en contraposición con la producción de plusvalía relativa derivada de las mejoras tecnológicas.

Viñeta de elroto

LQSRemix

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