Ajedrez: relax y salud mental

Ajedrez: relax y salud mental
Tristan Tzara y Lenin jugando al ajedrez

Iñaki Alrui*. LQSomos.

El ajedrez, al ser un juego mental, estimula el pensamiento lógico complejo que mejora la acción responsable, se puede jugar en cualquier lugar, tod@s pueden acceder a él (asequible e inclusivo), trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física y el estatus social

El ajedrez tranquiliza, mejora la salud mental y ayuda a la recuperación tras la pandemia… y la frase es de la ONU en el día mundial del ajedrez, ya saben esos días que buscan la oportunidad de sensibilizar al público en general sobre temas de gran interés, tales como los Derechos Humanos, el desarrollo sostenible o la salud.

Esta claro que, a lo largo de la historia, los juegos y los deportes han ayudado a la humanidad a sobrevivir en tiempos de crisis, reducen las ansiedades y mejoran la salud física y mental. Por eso en la pandemia la mayoría de las actividades deportivas se redujeron al mínimo, mientras el ajedrez demostraba su resistencia, adaptabilidad y un fuerte poder de convocatoria. En el ultimo año se ha duplicado el interés general por este juego que combina elementos del deporte, del razonamiento científico y el arte. Ahora cuenta con más jugadores que nunca para participar en eventos de ajedrez a través de plataformas en línea. En la actualidad unos 605 millones de personas lo juegan regularmente y se estima que el 70% de la población adulta de muchos países lo ha jugado en algún momento de su vida.

La reina puede moverse en todas las direcciones del tablero

Como recogía al principio de esta nota, es la mismísima ONU la que afirma que este juego puede contribuir a la creación de un entorno de tolerancia entre los pueblos y las naciones porque promueve la justicia, la equidad, la inclusión y el respeto mutuo, además de que en este momento tiene un papel relevante para la salud mental, que ha sufrido mucho estrés durante la pandemia.

El ajedrez es un juego de estrategia en el que se enfrentan dos jugadores, cada uno de los cuales tiene 16 piezas de valores diversos que pueden mover, siguiendo ciertas reglas, sobre un tablero dividido en cuadrados blancos y negros. El objetivo final del juego consiste en “derrocar al rey” del oponente. Hoy en día, se han identificado más de 2.000 variantes del juego.

Bastantes historiadores y diversas teorías recogen que el temprano predecesor del ajedrez fue un juego similar conocido como Chaturanga que se originó al norte del subcontinente indio durante el período Gupta (~319 – 543 d.C.). La palabra “chaturanga” se traduce como “cuatro divisiones militares”, refiriéndose bien a las cuatro piezas del juego: la caballería e infantería, los elefantes y los carros de guerra (piezas que en el juego moderno se convirtieron en el peón, el caballo, el alfil y la torre), o al hecho de que en el juego participaban cuatro jugadores.

Chatrang, y más tarde Shatranj, fue el nombre que se le dio al juego cuando llegó a la Persia sasánida. La primera referencia proviene de un manuscrito persa que data de alrededor del 600 d.C. donde se narra como un embajador del Indostán obsequia con el juego al rey Khosrow I (531 – 579 d.C.). Desde allí se extendió a lo largo de la Ruta de la Seda hacia el oeste de Persia y a otras regiones, incluyendo la península arábiga y Bizancio.

En el 900 d.C., al-Suli y al-Lajlaj, maestros del ajedrez de la dinastía abásida, escribieron acerca de las técnicas y la estrategia del juego. Para el año 1000 d.C., el ajedrez se había popularizado por todo Europa, y había llegado a Rusia a través de la estepa euroasiática. En un manuscrito de Alfonso X, conocido como el Libro de los Juegos — una colección medieval de textos acerca de tres juegos populares del siglo XIII d.C. — se hace una descripción del ajedrez muy similar al Shatranj persa en cuanto a las reglas y dinámica de juego.

El ajedrez, al ser un juego mental, estimula el pensamiento lógico complejo que mejora la acción responsable, se puede jugar en cualquier lugar, tod@s pueden acceder a él (asequible e inclusivo), trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física y el estatus social.

La designación del Día Mundial del Ajedrez, 20 de julio, no sólo busca reconocer el papel de la Federación (FIDE) en el apoyo a la cooperación internacional para la actividad ajedrecística y el objetivo de mejorar la convivencia respetuosa entre todos los pueblos del mundo, sino que también brinda un respaldo importante para fomentar el diálogo, la solidaridad y la cultura de la paz.

– Imagen de cabecera: Tristan Tzara y Lenin jugando al ajedrez

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