Argentina: impuestos progresivos
Un debate inevitable en épocas de crisis. Que el reclamo obrero puso en marcha.
En 10 días, la mayor provincia del país – Buenos Aires – amenaza poner en evidencia que aquí también viene llegando la crisis. Dado que, sin tocar a los que más tienen en forma significativa, los fondos no le van a alcanzar ni para pagar salarios y aguinaldo. Y habrá un resonante paro de estatales, que se va a sumar todo lo que movió Moyano, más todo el pingüinaje, pero esta vez detrás de una coalición liderada por la CTA de Yasky.
El tema es concreto: Hubo una cosecha pobre, donde con motivo de la sequía, entró la mitad de las retenciones y falta plata para seguir el mismo ritmo.
A menos que se eche mano a las enormes exenciones de que gozan las mineras, los sojeros y la renta financiera, entre otras actividades muy concentradas y de altísima rentabilidad.
Y así va quedando al desnudo la imperiosa necesidad de un cambio en la política fiscal. Que no se puede seguir regalándose ante los señores del dinero. Que el esfuerzo popular pagando un IVA del 21% sobre los artículos de consumo masivo y pagando ganancias desde los 2 salarios básicos (Un mínimo no imponible que es la mitad de Brasil. Aunque en dólares parezca menos), ¡No alcanza!
Y ahí resulta que – más allá de internas del PJ y la CGT – el profundo debate en que la movilización camionera ha metido a la sociedad, repudiando la inclusión de los trabajadores no precarios en la franja sometida a la mayor presión fiscal, comienza a dar sus frutos.
Y hoy asistimos a un debate imprescindible, que recién comienza.
No es malo entonces que, en este contexto aparezca la propuesta que relatamos más abajo. La que, junto al airado debate sobre el sobre gravamen a los trabajadores no precarios, debería alentar al Gobierno a liderarlo, asumiendo la iniciativa política en el tema a la brevedad, pero desde la perspectiva más general, de una profunda reforma impositiva progresiva e integral, que ponga la economía definitivamente afuera del neoliberalismo.