Black Sabbath: 45 Aniversario del “Heaven And Hell”

Black Sabbath: 45 Aniversario del “Heaven And Hell”

Por Mariano Muniesa

A finales de abril de 1980 el mundo conocía la edición de uno de los álbumes más grandes de la historia del heavy metal, un disco que sacó a Black Sabbath de la profunda crisis en la que se encontraban y consolidó, después de su etapa en Rainbow, a Ronnie James Dio como un frontman que haría historia en el género. ¿Os apetece recordar la historia de aquel excelente álbum?

45 Años de ‘Heaven and hell’, el álbum que reinventó a Black Sabbath en los años 80

El disco que salvó a una de las bandas más características del British-Blues de finales de los años 60 y posteriormente creadoras de las bases musicales e incluso estéticas del Hard rock / Heavy Metal de la desaparición, pues cuando grabaron este disco atravesaban una crisis muy profunda en todos los sentidos – creativo, musical, personal- que había llegado a su punto culminante con la salida de Ozzy Osbourne del grupo en abril de 1979, mientras estaban en su mansión de Bel-Air en Los Angeles intentando dar forma a un nuevo álbum de estudio que revirtiese la tendencia negativa, tanto en calidad musical como en ventas de sus dos anteriores trabajos, “Technical Ecstasy” y “Never Say Die!”. En ese momento, primavera-verano de 1979, el desánimo, la apatía y la incertidumbre sobre si merecía la pena o no continuar con el grupo estaba totalmente instalada en el ánimo de sus miembros, en especial en el caso del guitarrista Tony Iommi y su bajista Geezer Butler.

Contra todo pronóstico, este álbum no solo salvó a Black Sabbath de su disolución, sino todo lo contrario: relanzó a la banda como una referencia por un lado clásica por cuanto eran una de las bandas que estuvo en la génesis del rock fuerte, del heavy metal en su momento germinal en torno a 1967-1968 y por otro contemporánea, pues a través de “Heaven And Hell”, revitalizaron completamente su sonido, su propuesta musical e incluso su imagen entrando perfectamente en lo que fue la explosión justamente en 1980 de la New Wave Of British Heavy Metal, el gran fenómeno musical de aquella década que lanzó a la fama más allá de los standards metaleros a grupos marginales en ese momento, hoy en día clásicos absolutos: Saxon, Judas Priest, Girlschool, Iron Maiden, Def Leppard, Tygers Of Pan Tang, Motörhead… y aunque pareciera extraño, sí, también Black Sabbath. Los Black Sabbath de “Heaven And Hell”.

Fuera o no casualidad, lo cierto es que con la edición de este disco, Black Sabbath estuvieron en el lugar adecuado en el momento oportuno. Más allá de la explosión de la NWOBHM, en ese verano de 1980 tuvieron lugar dos festivales de la envergadura histórica del Reading 1980, que en gran medida fue el detonante, la espoleta que hizo explosionar todo aquel movimiento al lado de la primera edición del Monsters Of Rock Festival en el circuito de motor de Donington Park en Inglaterra con Judas Priest y Rainbow como cabezas de cartel. Muy poco después, el Friday Rock Show de Tommy Vance en la BBC Radio 1 era el amplificador de todo ese fenómeno y en el verano de 1981 llegaba a todos los kioscos de Gran Bretaña el primer número de la revista Kerrang!. El Heavy Metal había establecido su trono en la música popular contemporánea en las islas y por tanto en Europa igualmente. En ese especialísimo momento, es cuando salió a la venta “Heaven And Hell” de Black Sabbath.

La historia de cómo se empezó a originar la grabación de este singularísimo trabajo nos lleva a Los Ángeles, más concretamente a uno de los locales de rock más legendarios de la ciudad californiana, el Rainbow Grill & Bar. En una noche de mediados de julio de 1979, cuando Ronnie James Dio, cantante de Rainbow que acababa de ser expulsado del grupo por Ritchie Blackmore, se instaló en LA, su mujer Wendy llamó a Tony Iommi, le dijo que Ronnie iba a estar allí aquella noche, y que tal vez sería interesante que cambiaran impresiones… Iommi se acercó al celebérrimo club y allí se encontró con Ronnie James Dio, a quien Iommi en principio no le dijo abiertamente que se uniera a Black Sabbath, sino que le invitó a acompañarle a su estudio casero para escuchar algunos temas que según determinadas fuentes, eran más para un disco en solitario del guitarrista – dado el incierto futuro de los Sabs, hay quien dice que Iommi estaba pensando ya en otro proyecto distinto- y esa misma noche entre ambos dieron forma a la primera canción de lo que sería “Heaven And Hell”: La balada “Children Of The Sea”.

“Yo les había dicho a Bill (Ward, batería) y a Geezer (Butler, bajista) que si no encontrábamos una solución para el futuro de Black Sabbath, empezaría una carrera en solitario, y Geezer estaba de acuerdo, pues él siempre estuvo en contra de la marcha de Ozzy y de hecho fue de los que planteó la separación del grupo cuando se hizo oficial que Ozzy definitivamente no volvería” recordaba a la revista Rolling Stone Tony Iommi en junio de 1980. “Pero tras esas copas con Dio y la sesión de grabación que hicimos en julio de 1979, les dije: “Escuchad, creo que si Ronnie se une a la banda, Black Sabbath no solo puede sobrevivir, sino adquirir una nueva vida. Estuvieron de acuerdo y a partir de ahí, tras mudarnos a Miami, empezamos a ensayar y a trabajar con Ronnie James Dio como nuevo cantante a finales de octubre del 79 en lo que luego fue “Heaven And Hell”.

Entre el 22 de octubre de 1979 y el 25 de enero de 1980 Black Sabbath grabaron con Martin Birch como productor – una idea de Ronnie James Dio, que sabía del excelente trabajo que había hecho entre otros con Scorpions, Iron Maiden o más en el pasado, con Deep Purple- en los Criteria Studios de Miami “Heaven And Hell”. Un álbum, hay que decirlo con todas letras, dentro del ámbito del Heavy Metal, sensacional. Una cátedra sonora del género, pletórica de inspiración, creatividad, sensibilidad y al mismo tiempo, fuerza, intensidad y plena potencia heavymetalera.

Una sonoridad plenamente renovada, moderna, actualizada y que encajaba a la perfección con ese nuevo standard sonoro que aportaba la NWOBHM a través de Martin Birch, la extraordinaria calidad de Ronnie James Dio como cantante, la energía y el virtuosismo de Tony Iommi como guitarrista y la solidez de la base de ritmo de Geezer Butler y Bill Ward, así como la nueva orientación que todo el conjunto de la banda dio a sus nuevas composiciones, en las que por otro lado, se sigue identificando perfectamente el sello, la personalidad y el estilo de los Black Sabbath de siempre, dotaron a este álbum de una brillantez que rozaba lo excelso, tanto en los cortes más duros y heavymetaleros – “Neon Knights”, “Die Young”, “Wishing Well”- como en los medios tiempos, – “Walk Away”, “Lady Evil”- la hermosa e inquietante balada “Children Of The Sea” y el magnífico ejercicio de blues-rock progresivo que cerraba el disco, “Lonely Is The Word”, que nos retrotraía a los orígenes de los propios Black Sabbath de finales de los 80.

Un álbum que no solamente salvó a Black Sabbath de su más que probable separación, sino que les devolvió la confianza perdida, les hizo recuperar su inspiración y su creatividad y les hizo recuperar el prestigio y el respeto tal vez perdido en cierta ocasión ante la nueva generación que a partir de la edición de este disco, les puso en un pedestal, sobre todo a Ronnie James Dio, quien fue en gran medida el artífice de la resurrección de los Sabs merced al gran trabajo realizado en esta masterpiece.

Siempre lo digo: vuelvan a escucharlo y verán como no solo tengo razón 45 años después… me quedo corto. Ya lo verán.

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