Black Sabbath entra en el paraíso

Black Sabbath entra en el paraíso

Mariano Muniesa*. LQS. Marzo 2021

Dentro de la discografía de Black Sabbath, ocupa un lugar de especial relevancia este álbum, que está por derecho propio entre los mejores de toda su historia y que muestra al grupo en uno de sus momentos de inspiración y creatividad álgidos de su trayectoria a lo largo de los años 70

Se ha puesto en circulación un lanzamiento discográfico muy ambicioso, una de esas reediciones pensadas fundamentalmente para el mercado del coleccionista y que nos devuelve al primer plano de la actualidad a un grupo cuya importancia y peso específico en la historia del rock en su papel de pioneros del hard rock/heavy metal, si bien tardó en reconocerse, hoy nadie la pone en duda: Black Sabbath.

El disco debut de Black Sabbath, se reeditó poco después, en un formato similar al de este lanzamiento su segundo trabajo ‘Paranoid’ y ahora, aunque el 50 aniversario de su puesta a la venta se cumplirá en septiembre de 2022, se reedita en formato de lujo, con la ya habitual remasterización del álbum original y añadiéndole toda una serie de extras que en el fondo son lo que le dan el mayor atractivo al pack, ‘Black Sabbath Vol.4’.

Estos extras son, además del disco original, un doble LP con nuevas mezclas de tomas descartadas y versiones alternativas de las versiones que se incluyeron en el disco de 1972. Seis de ellas son tomas de estudio inéditas de las sesiones originales del álbum, mezcladas por Steven Wilson utilizando las pistas múltiples analógicas. A destacar entre las más interesantes, los descartes de “Supernaut” y “Changes”, así como la versión instrumental de “Under The Sun”. El set también incluye 11 grabaciones de estudio adicionales (también recién mezcladas por Wilson de las pistas múltiples analógicas) que incluyen falsos comienzos y fragmentos de diálogos grabados en el estudio durante las sesiones. Un poco de bromas y un comienzo en falso o dos dan una idea de la atmósfera que se vivió durante la grabación del álbum en Los Ángeles.


Esta versión de ‘Black Sabbath Vol.4’ nos ofrece también un doble disco en directo con grabaciones de diversos conciertos que la banda dio en sus giras británicas de 1973, alguna de ellas absolutamente inédita, que ni siquiera se había filtrado al mercado de los discos bootlegs. Esto es para mi, y lo será para los aficionados en general a los discos en directo, lo que más van a disfrutar de este pack, en tanto que se muestra que a pesar de que en este periodo las drogas y el alcohol formaban parte de la nebulosa en la que Black Sabbath vivían, en especial Ozzy Osbourne y Bill Ward, toda la banda estaba en forma y también la audiencia. Magnífico en todos los sentidos.

Y para terminar, hay un póster grande y un libro de tapa dura de 30 x 30 cm con extensas notas y muchas imágenes, incluidas portadas de singles y variaciones de diseño de la portada del disco de todo el mundo. Todo este material es un espectacular regalo para los coleccionistas y me parece importante poner en valor el excelente trabajo de recopilación que se ha hecho para este libro.

Dentro de la discografía de Black Sabbath, ocupa un lugar de especial relevancia este álbum, que está por derecho propio entre los mejores de toda su historia y que muestra al grupo en uno de sus momentos de inspiración y creatividad álgidos de su trayectoria a lo largo de los años 70. Es un disco en el que en temas como “Tomorrow´s Dream”, “Supernaut” – ¡demoledor el heavymetalero riff de guitarra de Tony Iommi en este tema, con su característica sonoridad densa y recargada!-, “Cornucopia” o “Under The Sun” tenemos a unos Black Sabbath duros, intensos, rebosantes de energía, reforzando las bases del heavy metal que ellos mismos contribuyeron a crear, mientras que en “Wheels Of Confussion” o “Snowblind”, permanece ese estilo de blues progresivo tan característico de sus comienzos, al tiempo que no ocultan su vena más lírica y sensible en una balada como “Changes”, con ese melancólico al tiempo que siniestro mellotrón que reviste musicalmente la canción o el maravilloso instrumental “Laguna Sunrise”, uno de los momentos de inspiración más emocionantes que se pueden encontrar en un álbum de Black Sabbath. Sin olvidar el rock más directo pero accesible de “St.Vitus Dance” o el experimento ultravanguardista de “FX”.

Hasta aquel momento, y a pesar de que Black Sabbath habían ido ganando progresivamente popularidad, su éxito comercial se incrementaba con la edición de cada nuevo LP y ya estaban en la lanzadera para dar el salto al mainstream, sus tres discos anteriores habían tenido que grabarse con muy poco tiempo para perfeccionarlos en el estudio, entre gira y gira y sin apenas tiempo para cuidar muchos detalles. Esta vez, y dado que las cifras de ventas de sus últimos discos justificaban un considerable incremento de presupuesto, el grupo dispuso de todo el verano de 1972 para grabar este disco en los Record Plant Studios de Los Ángeles, tomando ellos directamente el control de la producción –descontentos del trabajo de Rodger Bain, prescindieron de él como productor- y disfrutando de una sensacional mansión en Bel Air para descansar y relajarse. Trabajar con calma para perfeccionar las composiciones, no trabajar en el estudio contrarreloj y poder tener tiempo para grabar cuidando todos los detalles de cada canción, resultaría fundamental para la excelente factura final del disco. Pero hubo más factores determinantes…


Momentos antes de subir al escenario en el Forum de Los Ángeles el 7 de octubre de 1971, Tony Iommi probó la cocaína por primera vez. Un roadie le entregó una envoltura del material y le aseguró al guitarrista de Black Sabbath que “le ayudaría a concentrarse”, una promesa que se confirmó cuando continuó y luego afirmó que su interpretación de esa noche fue como la de un dios. En parte a favor, en parte en contra, las drogas, especialmente la cocaína, jugaron un papel básico en la historia de este álbum –de hecho, su título iba a ser ‘Snowblind’, en castellano “ciego de nieve”, pero la compañía discográfica se negó tajantemente a editar el álbum bajo ese título- y aunque los devastadores efectos que años más tarde tendría sobre el grupo, sus relaciones personales y su capacidad musical destruirían esa formación, lo cierto es que en el verano de 1972 las drogas fueron en una proporción variable pero permanente, ingrediente básico de la fórmula que hizo de este disco un álbum de una categoría extraordinaria y que por tanto, no sorprende que se siga reivindicando y se reedite en este lujoso formato.

Como se puede escuchar, el resultado fue excepcional: un álbum que se convertiría en leyenda y que comercialmente, superó las expectativas de ventas que la propia compañía, Vertigo Récords, había hecho hasta en sus planteamientos más optimistas. Y que hoy podemos disfrutar en una reedición que es todo un tesoro.

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