Cárcel de Mujeres de Ventas durante el franquismo

Cárcel de Mujeres de Ventas durante el franquismo

Maryssa Ruiz*. LQSomos. Agosto 2017

La Cárcel de mujeres de Ventas fue una cárcel femenina que se localizó en Madrid y que estuvo operativa durante casi tres décadas. Esta prisión se construyó durante la Segunda República por el arquitecto Sáez de Vicuña y bajo la supervisión de Victoria Kent (primera Directora General de Prisiones) con el objetivo de construir una prisión que dignificase a la mujer reclusa de cara a su reinserción en la sociedad.

Victoria Kent pretendía la creación de un edificio luminoso, ventilado, con diversos patios, talleres de trabajo, pabellones para mujeres con hijos, enfermerías bien dotadas y otra serie de medidas que no diesen lugar al hacinamiento y sí a unas condiciones de vida que todo ser humano merece. El objetivo primordial en la construcción del edificio era inculcar la idea de que los presos pueden no tener libertad pero deben tener dignidad y se ha de trabajar para reinsertarlos en la sociedad mediante la educación y el respeto.

Una vez finalizada la guerra civil, consecuencia de un golpe de Estado contra un gobierno elegido de forma democrática, y con el triunfo del franquismo esta cárcel cambió su ideología y se utilizó como prisión para muchas mujeres afines al Régimen republicano. Franco encarceló en este templo del horror a una cantidad de mujeres que multiplicaba por tres la capacidad de este edificio siendo imposible la habitabilidad normal en dicho lugar teniendo que dormir muchas en el suelo, en los pasillos, en las escaleras, en la azotea y en otro sin fin de oscuros y fríos rincones a merced de las condiciones meteorológicas que ejemplifican muy bien la ideología de un Régimen que destruyó todos los avances que se había logrado hasta el momento. Debido al hacinamiento comenzaron a propagarse diversas epidemias que traían consigo la muerte de muchas mujeres, hecho que a los que representaban el Régimen no le importó debido a su odio contra el que no pensara como ellos y a esa carencia de sentimientos que define a todos los que están de parte de una ideología basada en la tortura y el asesinato.

La mayoría de las presas eran políticas y habían sido acusadas de colaborar con la República y conspirar contra el franquismo, o sea, de luchar por la justicia y la libertad. La ideología fascista-católica se implantó en esta prisión entrando diversas congregaciones de monjas a formar parte de la plantilla de trabajo y obligando a las reclusas a cantar el Cara al Sol con el brazo levantado y a rezar de tres a cuatro veces al día dando gracias a dios por todo lo que dictador estaba haciendo así como a participar en la pintura y nueva decoración de las paredes con lemas del Régimen triunfante.

El peor trato se lo llevaron aquellas mujeres que eran consideradas `no adictas al Régimen´ y en las que se incluían comunistas, sindicalistas, anarquistas, maestras que fomentaban la enseñanza de la República o las madres, hermanas, novias o esposas de los `Rojos´. A todas estas mujeres se las humillaba y torturaba de una forma sobrehumana ya que llegaron a utilizar en ellas los electrodos traídos por la Gestapo. En las sacas las maltrataban, las hacían cantar desnudas el Cara al Sol, a muchas las violaban, las ataban mientras las golpeaban o les metían la cabeza en un cubo con agua hasta que perdían el conocimiento para ser violadas posteriormente. Tras estas horripilantes prácticas y un estúpido juicio donde el ejército franquista era, a la vez, fiscal, abogado defensor y juez, sin un verdadero derecho a la defensa llegaba el momento de subirlas a los camiones que las llevarían hasta las tapias del cementerio del Este para su posterior fusilamiento llegándose a escuchar los tiros de gracia desde la prisión de donde procedían.

Otra cuestión que no hemos de olvidar es el tráfico de bebés que el franquismo llevó a cabo en esta prisión, y es que las presas condenadas a pena de muerte eran fusiladas tras dar a luz y sus bebés eran vendidos a parejas de alto poder adquisitivo previo pago y una alta comisión para los implicados, en la mayoría de los casos la iglesia. Si las reclusas que no eran condenadas a muerte tenían hijos estaban separadas de ellos y los pequeños vivían en unas situaciones deplorables, plagados de sarna, piojos, sin apenas comida ni agua y en focos de meningitis y otra serie de enfermedades que provocarían la muerte de muchos. Con solo tres años se llevaban a escondidas a la mayoría de los niños a hospicios religiosos para su futura venta a los matrimonios que no podían tener hijos o que simplemente su capricho era ser padres, otro ejemplo de cómo el dinero corrompe a las personas llegando a convertir en negocio las propias vidas humanas,

Esta es parte de la realidad de una dictadura que marcó a España para siempre, de una dictadura que asesinó la libertad y los derechos civiles, de una dictadura que fue el inicio de una miseria que aún sigue latente en un país convertido en una tumba de huesos de inocentes y en el oasis de corruptos sin escrúpulos que son la estirpe de asesinos, violadores, torturados y traficantes de vidas humanas.

¡NI OLVIDO, NI PERDÓN!

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