Cóbrame si puedes: los monstruos que genera un sistema podrido

Cóbrame si puedes: los monstruos que genera un sistema podrido

Por Fabien Lemercier*.
Traducido para LoQueSomos por Cristina Ridruejo.

Yannick Kergoat consigue el “más difícil todavía”: explicarnos con humor los entresijos de la evasión fiscal y su alcance

“No se trata de un tema abstracto, sino del síntoma de un problema grave”. Sobre el papel, no era moco de pavo querer realizar una película accesible para cualquier persona sobre los mecanismos ultrasofisticados de evasión fiscal de las mayores corporaciones y fortunas del mundo y su estrecha connivencia con un sistema político-económico que, sin embargo, no cesa de denunciar —aparentemente— tales prácticas tan poco democráticas; y eso sin tener en cuenta las crisis de urticaria (o judiciales) que podría desencadenar el hecho de poner al alcance del gran público semejante investigación minuciosa, pues los poderosos de este mundo son bastante quisquillosos cuando se sacan a la luz los entresijos y los apaños entre amigos del sistema globalizado.

De hecho, ese es a cada vez el primer argumento de la defensa orquestada por aquellos a quienes se pilla (ahora y desde hace décadas) con las manos en la masa: “Es muy complicado”. Pues bien, todas esas pantallas de humo hechas de cifras que dan vértigo, todas esas prácticas financieras ocultas (paraísos fiscales y listas negras oficiales pero falsas, torbellinos internacionales de testaferros, circuitos tentaculares por los que circula el dinero de la manera más opaca concebible, el “doblete irlandés”, el “sándwich holandés”, los “impuestos a la carta”, e incluso la idea de localizar los beneficios en satélites geoestacionarios en el espacio, obviamente no sujeto a impuestos, etc.), todos esos debates de especialistas y esos discursos políticos pseudo-voluntaristas en respuesta… Todo ese oscuro inframundo, el documentalista Yannick Kergoat consigue alumbrarlo totalmente, como un cazador de vampiros que los encañonase con proyectores, acorralándolos hasta los últimos resquicios de sombra. Y todo ello con grandes dósis de humor, cosa que no le resta un ápice de valor, en Cóbrame si puedes [La (très) grande évasion], presentada fuera de competición en el 70º Festival de San Sebastián (septiembre de 2022).

Apple, Google, Amazon, Airbnb, el “milagro” luxemburgués, los casos franceses Balkany y Cahuzac, la industria del offshore y sus batallones de asesores en “optimización fiscal”, la competencia entre los Estados para atraer capitales, los papeles de Panamá, la proliferación de paraísos fiscales y de bancas, etc. La película y su “guía del defraudador” reconstruye con gran claridad (con la ayuda de intervenciones de “insiders”) unos negocios a menudo conocidos, pero cuya acumulación plantea una evidencia sistémica.

Pero lo más interesante de todo esto es ponerlos en perspectiva con el sistema general que supuestamente debe controlarlos, pero que en realidad parece formar parte del problema. El desfile de políticos de primera fila de todos los partidos, desde los años setenta hasta hoy, enardecidos cual paladines de la lucha contra la evasión fiscal… seguido del cruelmente irónico análisis al detalle de los resultados de sus bravuconerías (o mentiras, como se quiera llamar) resulta tremendamente didáctico.

Y más aún cuando se contraponen —como hace Cóbrame si puedes con gran agudeza— las sumas astronómicas de que estamos hablando (cada año, serían deslocalizados a paraísos fiscales 600.000 millones de euros en beneficios) con el mantra perpetuo y planetario de todos los poderes públicos sobre la necesidad de sanear las deudas nacionales ahorrando en servicios públicos (educación, sanidad, etc.).

Una demostración mordaz que el director (junto con el periodista Denis Robert, coautor del guion), sin ocultar su compromiso, lleva a una conclusión simple y radical: la evasión fiscal es un deporte reservado a los ultrarricos en un entorno estatal dominado por oligarquías que simulan jugar a policías y ladrones (expertos y evasores), mientras que los platos rotos los pagan las pymes y las clases medias y, por extensión, prácticamente la totalidad de la población, juguete de un mundo en el que el “dinero mágico” sí existe, pero normalmente fuera del alcance del bien común.

Una reflexión que algunas personas tildarán de izquierdista, pero que es por encima de todo una constatación de sentido común implacable (desesperante, incluso), que la película pone a disposición de cualquiera gracias a un hábil montaje que revienta los archivos, a unas creativas animaciones didácticas y a un sentido del humor muy desarrollado y que nos salva.

En cuanto a la aplicación por los países de la OCDE a partir del año que viene de una tasa impositiva mínima mundial del 15% sobre las multinacionales, es un pasito muy pequeño de un larguísimo camino hacia la justicia fiscal, un pasito sobre el que, con toda probabilidad, los bandidos de los atajos, los profesionales de la exploración de resquicios legales, no han dicho aún su última palabra.

⇒⇒Disponible en Filmin: https://www.filmin.es/pelicula/cobrame-si-puedes⇐⇐

La “ficha”

Cóbrame si puedes / La (très) grande évasion / Tax Me If You Can
Año: 2022. Duración: 114 min. País: Francia.
Con las intervenciones de: Daniel Bertossa, Yves Bertossa,
John Christensen, Antoine Deltour, Alain Deneault, Margaret Hodge,
Pascal Saint-Amans, Eric Vernier, Margrethe Vestager, Gabriel Zucman.
Dirección: Yannick Kergoat. Guion: Yannick Kergoat, Denis Robert.
Música: Éric Neveux. Fotografía: Maxime Sabin.
Producción: Le Bureau, Wild Bunch.

Sinopsis: ¡Bienvenidas y bienvenidos al mundo de la fuga de capitales! ¿Desea tener la clave para amasar una gran fortuna? Encuentre cómplices, sepa cómo ocultarse y aproveche cada fisura legal del sistema. El resto solo podremos disfrutar de las virtudes de las políticas de austeridad en un mundo cada vez menos igualitario. ¿Hasta dónde podrán llegar aquellos depredadores que afanan nuestras economías nacionales? ¿Cuál es el nivel de complicidad de nuestros políticos con ellos? ¿Y cómo los detenemos? Una divertida, impactante y veraz investigación en profundidad, una invitación irrepetible y esperanzadora al cambio.

* Traducido para LoQueSomos por Cristina Ridruejo
– Nota original… Critique: La (très) grande évasion

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