Collages. Porno-historia III: tres futuros a elegir

Collages. Porno-historia III: tres futuros a elegir

Por Nònimo Lustre. LQSomos.

Sexo precursor

Arriba, a la drcha., el ex presidente Clinton inaugura la Edad Futura al descubrir las bondades de una fellatio. Mientras hace un uso dudoso del despacho Oval, el ex presidente palestino Yasir Arafat ha de esperar en la antesala. Centro: Clinton se transforma en su alter ego, el apuesto cosmonauta e implanta por ley que los cobetes espaciales vayan con condón para evitar la diseminación de gérmenes terráqueos. Centro izqda., los Derechos Humanos se acurrucan en el torbellino de un ‘agujero negro’. Abajo, a la izqda., una selenita huye.

¿Puede una simple becaria disponer del Centro del Mundo, vulgo ’Despacho Oval’? M. Lewinsky demostró que podía. Ergo, en los despachos oficiales no hay papeles –salvo en el de Franco-; además, los teléfonos están intervenidos por docenas de espías y, en las visitas de Estado, nadie habla seriamente pues todos saben que les están escuchando. Para decidir rumbos serios, están las fiestas, los/as intermediarios y una turba de asesores vulnerables con grandes posibilidades de acabar como chivos expiatorios. ¿Puede haber sexo clandestino en el despacho de los reyes del mambo? Imposible. Ellos dictan las reglas morales que afectan -¡y de qué modo!- a los ejercicios genitales. Ellos son la antítesis de la clandestinidad. De hecho, años antes de que sean entronizados por el cónclave de los terroristas de guante blanco, ya adivinamos para qué (sucia) tarea serán ‘elegidos democráticamente’

Conclusión: la futura Humanidad tendrá tres opciones para manejarse en los siglos venideros: Bricolaje Intergaláctico; Sumisión Religiosa; y el Apocalipsis. ¿Será libre para escoger? Los ricos, sí; los pobres, ni lo sueñan.

Bricolaje intergaláctico

Según el dicho popular, en el pasado, “hasta el más tonto de los humanos hacía relojes de madera”. En el futuro, la Humanidad estará tan tecnificada que, en efeto, hasta el más tonto fabricará selenitas, marcianitas y hasta plutónicas. Tres viñetas abajo: tantísimo Progreso, crea unas potenciales relaciones homosexuales que chocarán –o no- con las del siglo XXI.

Primera opción de Futuro: El bricolaje intergaláctico. Significa la superación de la Edad Protésica, aquellos lejanos tiempos en los que triunfaban los corazones de cerdo, los huesos de titanio y a los presos en EEUU les reducían la condena si ‘donaban’ un riñón o una rodaja del hígado. Como continuación del autotrasplante, ahora cualquiera puede fabricarse un alma gemela metálico-plástica. No hay verdadera innovación porque en denantes ya se comercializaban las vísceras y los esqueletos –y, mucho antes, desde las antiparras hasta las dentaduras. Olvidemos las viñetas inferiores porque son aún menos creadoras. Pero en los detalles está el Diablo; surge un problema que pasamos a elucidar:

La Edad Futura es también la Edad del Envoltorio. Resueltos cual sucedía antaño los recambios internos, ¿qué apariencia epidérmica escoger?; dicho en plata: ¿qué raza elegir? Es una pregunta retórica porque la Humanidad será toda de color café con leche pero quedarán nostálgicos racistas y antirracistas que querrán un embalaje vintage: ¿negro, amarillo, cobrizo, rosado? En este sentido, la viñeta superior se equivoca y, encima, prejuzga un final rubia rosada, una piel que, para entonces, ya estará anticuada.

Sumisión religiosa

Arriba, a la drcha., la devota novicia se postra ante el intendente Ebih-II, III Milenio a.n.e., cuya imagen fue descubierta en un templo de Ishtar. Abajo, un anónimo sacerdote avisa a los feligreses que “Seréis sacrificados a nuestro Dios, el Gran Hombre Pájaro”.

Segunda opción de Futuro: la Sumisión Religiosa. El Gran Poder –siempre religioso, of course-, es polimorfo, lábil, osmótico, difuso… y conservador de sí mismo. No importa que las monjitas se confundan al arrodillarse ante un dios obsoleto. Menos importa que su entrenamiento les lleve a creer en cualquier deidad. Lo decisivo es el tipo de sacrificio que se les imponga. En la imagen inferior está claro que será ante una estatua fálica. Pero, al igual que ocurría en el caso precedente, es una imagen equivocada puesto que, vuelta la burra al trigo, pertenece al arcaico período Pre-feminista de la Edad Antigua.

En aquel estrato, los arqueólogos documentaron la abundancia de prótesis femeninas que evolucionaron hasta el éxito de los vibradores de plástico chapados en oro. Andando el tiempo, los artilugios vagino-clitoridianos –otros los llamaban autofálicos-, se rindieron ante la Química y ‘progresaron’ –es un decir-, con el monopolio de la infame Big Pharma. Una lástima porque tuvieron la opción natural representada por las pócimas de yerba y la despreciaron por ir ‘en contra de los tiempos’ –y también porque la Naturaleza estaba en su agonía. Todo ello, tenía remedio… menos la sumisión religiosa que inventó nuevos dioses so pretexto de que los nuevos sacrificios serían más placenteros que los arcaicos -mentira, son igualmente dañinos.

El apocalipsis

Anuncio del Apocalipsis. Perros envenenados por salchichas rojas. Inevitable alusión a las cucarachas. Centro drcha., aunque estén presos, los curas no renuncian a su magisterio: “hace falta un obispo”. Fuente de ésta y de otras historietas anteriores: revistas misioneras.

Tercera y última opción de Futuro: El Apocalipsis. Una prueba de la plasticidad de la religión es que, en la Edad Futura, seguirá monopolizando las infinitas variedades de la Irracionalidad. Léase, que será igualmente pregonada por los curas. Durante el Pleistoceno, se discutió entre algunas sectas si había que ser apocalíptico o integrado. Los imanes, sacerdotes, chamanes y maestros-de-la-sabiduría-oriental, se aferraron a su inercia escatológica. Y, en Occidente, olvidaron la expectativa Renacimiento en la que habían sido educados -abjuraron del plagio contra los greco-romanos pero no por aversión al delito sino por prurito de modernidad. Hastiados de las polémicas sobre el Porvenir, la pedante Humanidad optó por encontrar ¡ciencia! en el Más Allá pero la escatología resultante no quiso configurarse como la Nada y se lo agradecemos porque ello hubiera sido una chapuza metodológica que sólo podía desembocar en el fabuloso Uróboros (pescadilla-que-se –muerde-la-cola) pues recordemos que con la Nada habíamos comenzado.

Finalmente, ¿tenemos que elegir entre estas tres alternativas? Aquí está la trampa de ésta tercera Parte de la Porno-Historia de la Humanidad: insistir en que podemos elegir. Estúpida ilusión, falsa de toda falsedad puesto que, lisa y llanamente, ¡no nos dejan!

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