“Comandanta” Ramona: guerrillera del EZLN

Por Daniel Alberto Chiarenza
6 de febrero de 2006: muere en Chiapas “Ramona”, comandante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), México
La comandante, aunque a ella en especial le llamaban “la comandanta” Ramona –nacida en Chiapas en 1959- de la guerrilla mexicana del EZLN, murió en San Cristóbal de las Casas (a decir verdad no sé sabe si fue el 6 de enero o el 6 de febrero porque a veces la organización maneja información estratégica que puede llegar a variar) como consecuencia de una larga enfermedad renal, informó el líder de la organización armada, el subcomandante Marcos.
Ramona, de la parcialidad de los pueblos originarios tzotzil, fue una de las representantes más destacadas del EZLN y del Movimiento de mujeres zapatistas durante los primeros años de vida pública de la tendencia revolucionaria. Enamoró a muchísima gente de México y el mundo gracias a su sencillez e integridad. El grupo musical chicano Quetzal de Los Ángeles grabó el tema Todos somos Ramona…
En 1993, la comandanta Ramona y la mayor Ana María consultaron, ampliamente, a las comunidades aborígenes zapatistas sobre la explotación de las mujeres, y luego redactaron la Ley Revolucionaria de Mujeres. El 8 de marzo de ese año se aprobó dicha norma. La Ley fue publicada junto a la Primera Declaración de la Selva Lacandona, su función es garantizar los derechos reproductivos, educativos, políticos y laborales de las mujeres.
No olvidemos que Ramona participó durante más de veinte años en el EZLN y su labor en defensa de las mujeres indígenas a la salud, la educación y el pago justo por el trabajo artesanal la hicieron popular en las comunidades de los Altos de Chiapas.
Durante el levantamiento zapatista fue la encargada de dirigir estratégicamente –en el Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI)- la toma de San Cristóbal de las Casas –símbolo de la soberbia del poder- en la madrugada del 1 de enero de 1994. Desde ese año luchó contra su cáncer de riñón.
El 21 de febrero de 1994 comenzaron oficialmente entre el EZLN y el gobierno del, entonces, presidente Carlos Salinas de Gortari. Ramona participó en los Diálogos de Catedral en San Andrés y, luego, en San Cristóbal.
Casi un año después, el 9 de febrero de 1995, Ernesto Zedillo, que había asumido la presidencia del país el 1 de diciembre de 1994, ordenó una avanzada militar contra las comunidades zapatistas, rompiendo la tregua establecida como parte de las negociaciones y cercando a las milicias de pueblos originarios en la selva.
Ramona fue la primera representante zapatista en llegar a la plaza principal de la Ciudad de México el 9 de octubre de 1996. La comandanta había salido de la zona zapatista hacia México D.F. para participar en la construcción del Congreso Nacional Indígena. Fue el primer viaje fuera de Chiapas, ante unas cien mil personas congregadas en el Zócalo de la ciudad de México, Ramona habló: “De por sí es muy pequeña nuestra palabra de los zapatistas, pero su paso es muy grande y camina muy lejos y se entra en muchos corazones […] Llegamos hasta aquí para gritar, junto con todos, los ya no, que nunca más un México sin nosotros […] Hermanos y hermanas mexicanos: Yo soy la comandante Ramona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Soy el primero de muchos pasos de los zapatistas al Distrito Federal y a todos los lugares de México. Esperamos que todos ustedes caminen junto a nosotros. Esta es nuestra palabra, hermanas y hermanos mexicanos”.
Meses después, Ramona recibió con éxito un trasplante de riñón donado por su hermano. Gracias a la intervención, que fue posible por una descomunal campaña para la recolección de fondos, Ramona pudo extender su vida diez años más.
La última vez que apareció en público fue durante las reuniones preparatorias de “La Otra Campaña”, el 16 de septiembre del 2005, en el Caracol de La Garrucha, municipio de Francisco Gómez. Nueve años después del trasplante regresó el cáncer de una forma más agresiva.
“Tenemos una profunda tristeza, murió una gran luchadora social”, apuntó el Subcomandante Marcos conmovido ante unas doscientas personas pertenecientes al Frente Cívico con la Justicia en las Manos en el municipio de Tonalá, en la costa sureste del Estado de Chiapas.
Debido a la muerte de su compañera, de 47 años de edad, el subcomandante anunció que suspendería durante varios días el viaje que realiza por el país, denominado “La otra campaña”, con el que la guerrilla pretende formar un amplio frente de izquierda, para estar presente en el servicio funerario de Ramona, en el Caracol de Oventik (zona selvática).
Ramona, era el nombre de guerra de una de las seis mujeres de los pueblos originarios del Comité Clandestino Revolucionario del EZLN, falleció cuando era trasladada del poblado de San Andrés Larrainzar al municipio de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, agregó Marcos.
En sus nada usuales apariciones ante la prensa en el Estado de Chiapas, Ramona se caracterizó por su recia personalidad que contrastaba con su pequeña figura. Baja de estatura, morena como el color de la tierra, ojos de obsidiana, pero era el arma más importante de los zapatistas, el corazón del EZLN, una especie de “Evita de Chiapas”, una de esas “mujeres que paren nuevos mundos”.
Ataviada siempre con las vestimentas típicas de los indígenas tzotziles y cubriendo su rostro con un pasamontañas negro -al igual que Marcos- la comandanta Ramona formó parte del EZLN desde la década de los ‘80, cuando éste era apenas un pequeño grupo clandestino.
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