Día 8: Kuaderno de bitákora

Día 8: Kuaderno de bitákora

Tania Pasca Parrilla. LQS. Marzo 2020
Ilustraciones de J. Kalvellido

El diario de una AUXILIAR en un Hospital Públiko bajo la PANDEMIA del KOVI-19… (Y los rekortes)

Kuaderno de bitákora: Día 8. Sábado 28

La mañana de hoy comenzó mordiéndonos el monstruo de lleno. Cuento con sutileza, o sin ella:

8:20 am.
El paciente de la cama A de la habitación XXX nos llama porque el compañero de la cama B que está muy malito, se ha quitado el oxígeno. Entro, le acomodo y salgo.
A los 10 minutos la situación era dantesca. La enfermera que había vuelto a entrar en la habitación para la toma de constantes encuentra al paciente de la cama B tendido en el suelo, inconsciente. Ella nos llama a gritos y acudimos dos compañeras a ayudar. Siento dolor y rabia. Dolor porque lo que veo es a un hombre que había claudicado tras haberse enfrentado cara a cara con el virus, y estaba tratando de huir de la habitación en busca de oxígeno y del mundo que le pertenecía por derecho. Y rabia e indignación por él, por el paciente de la cama A y por nosotras. (Ahorro cómo le devolvimos a la cama y al hilo de vida en unos pocos ridículos metros cuadrados).

Mil veces antes de esta crisis denunciamos de todas las formas posibles que ese tipo de habitaciones-zulo, debían ser individuales. Pero en todos estos años de Gobierno Liberal de la Comunidad de Madrid, esas cuestiones no interesaban a nadie.
Conclusión: los pobres deben estar en lugares pobres.
Y llegados a este drama de pandemia, siendo consciente de que todos los sistemas de ayuda están desbordados, ¿es admisible que no se pueda ayudar a una persona a morir con mayor dignidad por falta de espacio físico? Lo digo porque antes del Coronavirus, ya lo habíamos vivido, y nadie cambió nada. Esto es el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

14 pm.
Hoy, casi al finalizar mi turno me sacó una sonrisa Luisa, que antes del virus daba clases de sevillanas a sus comadres en un centro de mayores y que en estos días ha mejorado mucho su salud. Me ha prometido que cuando termine la guerra, vendrá a la planta, preguntará por mí y bailaremos juntas unas sevillanas. Jurao.
Como también he sentenciado antes de salir, que cuando acabe la guerra, jamás toleraré que se vuelvan a meter a dos pacientes en habitaciones individuales. Somos pobres, pero esos pobres que al final sostenemos el sistema. Y este sistema hay que revertirlo.

¡Venceremos!

#MasSANIDAD
#MenosCORONA

Kontinuará!

Kuaderno de bitákora.
Aquí puedes descargarte las ilustarciones de J. Kalvellido

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