Diálogos con ANRed: prensa alternativa y contrainformación

Por LQSomos*
La RNMA hizo un taller para que la gente viniera a hacer su propia radio. Y sus antenas. Entonces se iban del taller con su transmisor y con sus antenas. Claro, en la ciudad quizá no servía porque el transmisor era de pequeño volumen y la interferencia no servía, pero en todos los pueblos donde estaban luchando contra la minería funcionaba. Se armaron un montón de radios libres y comunitarias…
A pie de calle, periodismo con perspectiva revolucionaria, trabajo en red, eso es la Agencia de Noticias RedAcción (ANRed), medio comunitario, alternativo y popular en Argentina. Desafían la represión y la censura y dan voz a los que no la tienen. Son los “primera línea” del periodismo. Hablamos con Federico Hauscarriaga “Vasco”, miembro de ANRed, en un estupendo encuentro que tuvimos a su paso por Madrid, nos da su visión del momento argentino de Milei y de cómo es el trabajo de un medio de comunicación alternativa, indispensable luz en tiempos oscuros.
LQSomos: ¿Qué está sucediendo en Argentina y cómo fue posible el triunfo de Milei?
Fede Hauscarriaga: Lo que está sucediendo en Argentina es una crisis de la democracia. Los valores democráticos que nosotros creíamos que estaban asentados después de la dictadura, se fueron deteriorando. Es como un 2001 en Argentina, cuando la gente decía que se vayan todos, pero ahora por la derecha. Antes era por la izquierda, porque se formaban asambleas, se formó un movimiento, se defendían las minorías. Ahora es todo lo contrario. El individualismo está más fuerte, pero también hay un rechazo a todo lo que era la política, y en ese sentido, a los gobiernos peronistas, UCR, lo que Milei llama “la casta”. Y un ejemplo fue la política de derechos humanos cooptada por el Estado y eso la gente lo repudia.
Yo creo que por eso la gente está sosteniendo a Milei, aunque hay una crisis y aunque el tipo es un loco, es en cierta forma para el descontento “el voto esperanza”. Pero lo otro no les da ninguna esperanza, lo detestan. La gente no quiere volver a lo mismo, entonces a pesar del ajuste todavía sostiene a Milei.
La gente no se preocupa por la democracia, lo antidemocrático, los derechos, el sindicato… Creo que ganó un punto a favor controlando la inflación, que en Argentina es tremenda. Veníamos de un 200% de inflación a un dígito y eso lo logró a costa de cada vez menos reservas y con un ajuste histórico. Por eso ahora negocia el crédito del FMI, algo ficticio. La inflación acogota a la gente, ganas 1000 euros y la inflación te come el salario en una semana. Entonces tu sueldo se va achicando todo el tiempo.
LQSomos: ¿Existe un partido “mileista” en Argentina o es sencillamente masa no organizada descontenta?
FH: Es masa, porque Milei no tiene partido. Son veinte tipos en una mesa. No tiene estructura territorial, no tiene gente de los sindicatos, no tiene movimientos sociales, sólo es el tipo. Es un fenómeno increíble. Es un fenómeno de lectura de la sociedad, de que está podrida la politiquería. Creo que hay algo que pasó y que incluso la izquierda quedó pegada al peronismo. Porque defendiendo las cuestiones democráticas, la izquierda ante el avance de la derecha, la gente ve a la izquierda como parte del peronismo, del sistema, y por lo tanto para de ese sistema de “la política” que rechaza.
LQSomos: ¿Y la izquierda, las izquierdas, existen más allá del peronismo?
FH: El Partido Comunista en Argentina era un partido referente en América Latina y hoy está prácticamente disuelto. Te cuento, el PC cometió varios errores: estuvo contra Perón cuando las masas estaban a favor de Perón, salieron en contra de Perón, al lado de la derecha y del golpismo. Mi familia es ultra peronista, mi abuelo participó el 17 de octubre, mi tío estuvo preso y todo, y mi abuelo odiaba al Partido Comunista porque era el partido que los delataba, para él un simple obrero metalúrgico era un enemigo. Creo que a partir de estos errores empezó a crecer el trotskismo en Argentina. Los partidos de trotskistas más grandes del mundo están en Argentina, hay como 5 o 6 partidos, tienen representación, o sea, son fuertes. Tienen diputados, son un partido dentro de la izquierda, lo más consolidado. Y a partir de eso, creo que el Partido Comunista, está prácticamente diluido dentro del kirchnerismo.
ANRed es un medio alternativo que ya casi tiene 30 años. Surgió a mediados de los 90 entre una fusión de estudiantes de periodismo y gente de los movimientos sociales, los piqueteros. Se creó como una agencia para disputar el sentido común de esto de interpretar…
LQSomos: En el “corralito” se generó autogestión, fomentó organizaciones de autosustento, ollas comunes, al margen del sistema país. ¿Está ocurriendo ahora también?
FH: No hay esa evolución, que podría ser bonita. Por eso decía, cuando se habla de un 2001 invertido, son todas estructuras de una subjetividad individual que vienen también de la mano de las nuevas tecnologías. Del streaming. Los libertarios son como un archipiélago de streamings, de gente que está con las finanzas, con el teléfono. Esta gente nueva, ese mundillo de que hay que triunfar ganando plata y comprando y vendiendo. No tiene una cultura del trabajo, es una cultura financiera, especulativa. En Argentina se minaba mucho las criptomonedas. Todo el mundo se ponía tres computadoras y se ponía a minar. Y esa es la subjetividad que está muy ligada al éxito.
O sea, no triunfa la cooperativa, la autogestión de distintas cosas, organizaciones de barrios, las ollas comunes. Hay ollas, pero no son un fenómeno como quizás en otro tiempo. Las fábricas tomadas, ¿te acuerdas? Eso casi no existe. Los movimientos sociales tuvieron un achicamiento tremendo porque el gobierno los atacó de frente. Sí surgieron ollas a las que la gente está yendo porque no le queda otra. Pero no hay una correa política. La gente está yendo a comer y punto. No quito que esto estalle en cualquier momento.
LQSomos: ¿Los medios alternativos como ANRed no son hostigados? ¿Tenéis libertad absoluta?
FH: Hace poco le pegaron con un gas lacrimógeno a un comunicador, Pablo Grillo y casi lo mataron. Hay mucha represión en la calle. Después lo que hay es censura en las redes. Pero no un ataque puntualmente a un medio, de que te cierren. Creo que las condiciones sociales tampoco están para que nos ataquen. Pero sí nos censuran las redes sociales. Por ejemplo, tuvimos una cuenta de TikTok y tuvimos un video que tuvo un millón y medio de visualizaciones.
Ahí nos cerraron la cuenta. Era sobre el genocidio en Palestina. Acá parecería que no, pero en Argentina el lobby sionista es muy fuerte. La comunidad judía es muy grande, es de las más grande del mundo y las instituciones principales fueron ganadas por el sionismo y tienen un control férreo sobre los medios de comunicación sobre ese tema. Hay una diputada trotskista, Vanina Biasi, que está procesada por denunciar el sionismo. Pero por cosas argentinas, no hay pelea ni discusión por la narrativa.
No es necesario narrativa en este momento. Ni de un lado ni de otro. Sí hubo muchos reprimidos. Sí te pegan en la calle.
LQSomos: ¿Qué es ANRed y cómo nace?
FH: ANRed es un medio alternativo que ya casi tiene 30 años. Es un medio alternativo plural de izquierda. Como dicen acá, las izquierdas. Nosotros decimos el campo popular. Surgió a mediados de los 90 entre una fusión de estudiantes de periodismo y gente de los movimientos sociales, los piqueteros. Se creó como una agencia para disputar el sentido común de esto de interpretar. No que sea algo para la militancia, sino que trataba de expandirse a la población. Al principio, cuando surgió, se escribían a máquina y se entregaban sobres a los medios. Y se grababan casettes para las radios comunitarias de los barrios. Se hacía mucho trabajo de prensa para el movimiento piquetero, más que nada. En ese momento había un auge que se focalizaba más en las periferias, en los barrios.
La contrainformación tiene que tener una perspectiva revolucionaria. Siempre tiene que tener esa guía para mantener la llama…
LQSomos: ¿Cómo es vuestro trabajo cotidiano actualmente? ¿Recibís noticias, elaboráis? ¿Hacéis opinión, información?
FH: Nosotros somos varios compañeros, nos turnamos para estar ahí. No tenemos plata. Ahora tenemos sede. No teníamos y trabajábamos cada uno en su casa. Tuvimos una sede en el 2004. Un diputado trotskista nos prestó su oficina cerca de Avenida de Mayo y ahí tuvimos un teléfono y hasta ¡un auto!. Y ahí fue que empezamos a funcionar como agencia. Llamábamos, por ejemplo, a un periodista de El País, un periodista de La Vanguardia. Hacíamos arreglos con periodistas de medios para pasarles lo que está pasando en los barrios. Les decíamos “Te mandamos la foto y la nota”. Hacíamos alianza. Eso sigue hasta ahora. Fue un éxito porque lográbamos que la noticia llegara en el momento. La idea también de ANRed era tener una relación con el medio hegemónico porque nos interesaba que la noticia salga a la luz, más allá de la línea, porque a veces había represión, había algo grave y necesitábamos la urgencia de que salga. La idea era si había una toma de tierras o una represión de una fábrica, que no se desaloje la fábrica, entonces que salga en cualquier medio hegemónico. La idea era trabajar con los medios hegemónicos.
Tener una relación. Esto que hoy se traduce en ser parte del sindicato de prensa, el de Buenos Aires. Son compañeros de las izquierdas, que ganaron el sindicato. El sindicato creó una oficina de medios alternativos y entonces llamó a todos los medios alternativos. Entonces está muy bueno porque también nos da seguridad en la calle sin reprimir.

LQSomos: ¿Hay muchos medios alternativos en Argentina? ¿Cuál es la ventaja?
FH: Sí, la verdad que sí. Nosotros estamos en la red nacional de medios alternativos que se creó en el 2003. Yo estuve en otros países de Latinoamérica y la verdad que sí, Argentina está muy avanzada en los medios alternativos. Pero con sus altibajos y con sus debilidades. Todos los medios somos pequeños grupos que hacemos lo que podemos, que siempre no tenemos plata.
Pero bueno, dentro de todo eso nos juntamos y nos estructuramos. Y nos cuidamos. Nosotros siempre decimos que, aunque seamos pocos y no pase nada, que igual se mantenga el grupo.
En Chile, por ejemplo, los compañeros de Piensa Prensa o Megáfono Popular, ellos estaban re-tranquilos cuando explotó Chile y tuvieron miles y miles de visitas. En Ecuador pasa lo mismo. Incluso hay un medio parecido al de ustedes, que se llama Wambra. A ellos los atacó la policía, los censuraron, los fueron a buscar a la casa. En un momento dijimos: pongámonos a ayudarnos los compañeros. Hacíamos notas para los compañeros.
Pusimos dos o tres compañeros a seguir el tema de Ecuador. Les dimos un apoyo, porque estaban desbordados con todo lo que sucedía. Estuvo muy bueno trabajar en red. Parte de la propuesta es esa. Y eso sucedió con Uruguay, sucedió con Bolivia cuando fue el golpe, en Colombia. Estuvimos conectados en red y armamos un grupo.
Nosotros podemos difundir conflictos que nadie puede difundir. Tenemos otra forma de construir críticamente la noticia. Tenemos otro proceso de que no nos corre la agenda. Los medios alternativos tenemos otra forma…
Y en Argentina sí, una red nacional que tiene sus altibajos. Hubo militancia muy importante con la red de medios alternativos, por ejemplo cuando se logró hacer equipos de radio. Fue un taller muy concurrido para que la gente viniera a hacer su propia radio. Y sus antenas. Entonces se iban del taller con su transmisor y con sus antenas. Claro, en la ciudad quizá la radio no tenía tanta efectividad porque el transmisor era de pequeño volumen y la interferencia no servía, pero en todos los pueblos donde estaban luchando contra la minería funcionaba. Se armaron varias radios libres y comunitarias que después las bajaron. Y muchas todavía están, pero fueron un problema para los lugares porque de repente había unos locos transmitiendo día y noche en un pueblito contra la minera. Y luego venía represión, rompían los equipos y los compañeros los volvían a arreglar.
Cuando el gobierno de Kirchner avanzó con la ley de medios en Argentina, que era una ley que democratizaba pero muy limitado, desde la red de RMA (Red de Medios Alternativos) salimos a decir que en realidad era una disputa entre poderes más que un verdadero proyecto de democratizar la comunicación. No tenía como fin democratizar los medios hegemónicos, sino que era una disputa con Clarín en ese momento. En realidad, era una cuestión momentánea que tuvo cosas buenas, pero faltaron un montón de cosas. Entre eso, la legalización de todas esas radios que nunca se legalizaron y no se repartió el espectro.
Nosotros queríamos más algo parecido a lo que estaba sucediendo en Venezuela, que sí habían hecho una apertura de radios comunitarias, incluso había financiamiento para que sus transmisores de cada radio, habían hecho una movida mucho más de abajo. Nosotros denunciamos que esto era por arriba, y nosotros decíamos que tenía que ser por abajo.
LQSomos: ¿Qué diferencia a los medios alternativos, bajo tu punto de vista, de los convencionales? Siempre hay un interés.
FH: Por ejemplo, hay el conflicto del extractivismo de las mineras. Eso no lo defienden los convencionales. Nadie lo publicaba, porque la minera paga propaganda a los progresistas y a los de derecha. A todos. Los medios alternativos, como no nos dan un mango, podemos decir todo eso. Nos pasó en varios casos en la red de estar difundiendo solos, con los medios alternativos, conflictos que después explotaron, como sucedió contra Alberto Fernández, el Mendozazo y el Chubutazo. Lo difundimos nosotros los alternativos. Y después lo tuvieron que difundir los medios, porque fue un escándalo. Era toda la gente en la calle. En Chubut, la gente termino prendiendo fuego edificios de Gobierno.
LQSomos: Para destapar estos pelotazos informativos, como los que acabas de mencionar, ¿cómo lo haces? ¿Tienes una buena relación con los movimientos sociales de esa zona, que son los que denuncian?
FH: Nosotros tenemos una idea de corresponsabilidad popular, que es alguien de un movimiento social, tratamos de buscarlo y explicarle al compañero que sea un corresponsal. Eso implica que ANRed sea muy pragmático y flexible. Para nosotros, en ese sentido, si está luchando, es un corresponsal. Y en ese sentido, ser pragmáticos para lograr que alguien del movimiento social nos sea de corresponsal. Siempre buscamos un A, un B o un C. Y como no tenemos fuerza, le pedimos si se anima a escribir. Claro, cuanto más se haga, mejor. Y para desligarnos, porque a nosotros la verdad es que nos satura de laburo.
LQSomos: ¿Somos verdaderamente una alternativa, a largo plazo, a los medios convencionales?
FH: Yo creo que somos una alternativa si nos organizamos. El tema es organizarnos y estructurarnos, nacional e internacionalmente. Más que nunca con las nuevas tecnologías. Nosotros podemos difundir conflictos que nadie puede difundir. Tenemos otra forma de construir críticamente la noticia. Tenemos otro proceso de que no nos corre la agenda. Los medios alternativos tenemos otra forma.
Siempre tratamos de dar una perspectiva revolucionaria. Eso tratamos de no olvidarlo, más allá de la agenda y la urgencia.
LQSomos: ¿Tú ves la contrainformación como algo neutral o tiene que ser partidista?
FH: La contrainformación tiene que tener una perspectiva revolucionaria. Siempre tiene que tener esa guía para mantener la llama de una perspectiva revolucionaria. Que inevitablemente, nosotros sabemos, que eso va a aparecer en el colapso. Tenemos una idea pesimista del capitalismo que va a una crisis ecológica, que hay una crisis social, que como estamos viendo hay una militarización. Por eso decíamos que la discusión no puede quedar en lo democrático. Y lo decía como una crítica.
Si la juventud se tomó la rebeldía por la derecha es porque nosotros no ocupamos esa rebeldía por la izquierda y nos quedamos muy pegados a lo democrático. Entonces me parece que no tiene que ser neutral. Tiene que tener esa perspectiva sin dejar de debatir los temas sociales de agenda. Porque si no, te vas hacia el otro lado, hacia el sectarismo.
ANRed es un nodo para que se difundan cosas, no una organización política. Nosotros tenemos que ser un propalador de ideas. Es nuestra misión, nuestro aporte a la militancia…
LQSomos: ¿Y obstáculos del día a día? ¿Cuáles son los mayores que tenéis?
FH: Nuestro obstáculo del día a día es el económico. Porque todos somos trabajadores precarizados. Yo soy herrero, mi compañera es carpintera. Todos somos precarizados. O hay compañeros que trabajan de cualquier trabajo precario. Sí, la cuestión creo que económica es la más grande.
LQSomos: Redes Sociales y cobertura callejera…
FH: Nosotros apuntamos todos los cañones a las redes sociales. Por eso tuvimos Tik Tok, que es insoportable el Tik Tok. Pero ahí llega a un montón de gente. Ahora estamos con el tema de Instagram y Facebook. Ahí apuntamos a hacer pequeños videos editados. No es tan difícil, porque está hecho para hacerlo en un segundo. Le vamos cambiando la imagen, le subimos el sonido, la agrandamos, la enfocamos. Pequeño, corto. Y sí, funciona. Nos ha pasado que se viraliza. Lo suben otros medios hegemónicos o personalidades. Etiquetamos a personalidades. Nosotros trabajamos mucho en coberturas callejeras.
El otro día fuimos a Sevilla con una movilización por la Marea Blanca. Tremenda la movilización, miles, y vimos muy pocos medios alternativos. En Argentina es al revés. Está lleno de fotógrafos, de gente filmando. Mucho más que aquí.
Y usamos mucho Twitter. Es muy importante. Aunque a veces no tenga mucha difusión, pero es el lugar donde lo comparten mucho las personalidades. Y tiene que ser en el momento. Es muy engorroso porque tenés que estar ahí. Que puede ser cualquiera. Incluso puede ser mi prima, no sé, una amiga. “Che, ¿vas a estar en la marcha? ¿Nos hacés una toma? Claro.” Y alguien que se anime a hablar.
Cuando hay una represión grande ya va uno filmando y a veces no hay señal porque ahora están poniendo inhibidores. Entonces uno filma y el otro sale con una bicicleta a un wifi, a un bar cercano y lo manda otro y otro. Lo que hacemos siempre es que uno esté en su casa, en una computadora. Uno filma y otro de acá escribe y sube. O del teléfono mismo o de la computadora. A veces es más importante el que está en la computadora que el que está en la calle, porque el que está en la calle se puede incluso reemplazar por compañeros. O sea, hay un laburo muy importante de hacer contacto con todos los movimientos y tener una buena agenda de personas en sindicatos y movimientos sociales. En Sanidad, tal persona, en Vivienda, tal compañero. Este filma, este escribe. Y mapear bien quién es el que filma, quién es el que está en la calle, quién es el que está en la primera línea, quién es el que tiene los datos. Hay uno que siempre tiene todos los datos del sindicato. Pero hay otro que está en la calle filmando. Entonces sí tenemos, más o menos, un paneo de eso.
Nosotros damos talleres, talleres de cobertura callejera y ahí vienen jóvenes.
Esa es la forma de tratar de enganchar a jóvenes. Explicamos la seguridad, la forma de filmar, cómo procesar la información, cómo enviarla, qué hacer ante la policía. Y ahí metemos el tema de trabajar en colectivo, que no es individual.

LQSomos: En definitiva, son viables nuestros medios, ¿no? ¿Los medios alternativos van a ser viables?
FH: Yo creo que los medios alternativos, si nos organizamos, somos viables.
Para mí la clave es la red. Mi consejo es ser pragmático y flexible.
Porque nosotros no somos de ninguna organización política. Incluso buscamos la pluralidad para sortear todos los problemas. ¿Por qué? Porque nosotros consideramos que ANRed es un nodo para que se difundan cosas, no una organización política.
Nosotros tenemos que ser un propalador de ideas. Es nuestra misión, nuestro aporte a la militancia.
Muchas gracias Fede, seguimos en contacto y tomamos nota para construir una Red de Medios Alternativos Internacional.
* Participamos en este encuentro por parte de LQSomos: Betzie Jaramillo, Javier Sáenz Munilla e Iñaki Alrui. Lo publicado es un resumen sintetizado de una larga y colaborativa conversación.
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