El nacimiento de una nación: Bob Marley

El nacimiento de una nación: Bob Marley

Mariano Muniesa*. LQS. Mayo 2020

Pasó el día anterior al evento paseando y conociendo en profundidad Harare, yendo aquella noche a un club musical donde departió con algunos antiguos guerrilleros que habían combatido a las fuerzas británicas en la época de la lucha independentista

Hace ahora 40 años, en la primavera de 1980, el territorio situado al sur del continente africano todavía conocido entonces como Rhodesia era el último enclave colonial que Gran Bretaña tenía en África y en el que al igual que en la vecina Sudáfrica, se practicaba una política de apartheid. Pero desde hacía 20 años, el ZANU (Unión Nacional Africana de Zimbabwe) luchaba por la independencia real del país, que logró finalmente tras los acuerdos de Lancaster House en Londres en diciembre de 1979. A comienzos del siguiente año, celebradas las primeras elecciones en las que la población negra tenía derecho al voto, la victoria del ZANU aceleró las negociaciones para la declaración de la República de Zimbabwe como nuevo estado independiente integrado en las Naciones Unidas en abril de 1980.

Bob Marley, de quien en estos “Papeles de Rock” nos ocupamos cuando en 1976 fue el artífice de un multitudinario concierto por la paz en Kingston ante el clima de violencia y asesinatos políticos que azotaba al país por aquel entonces, siempre comprometido con la solidaridad con los pueblos de África, meses antes de que Zimbabwe declarase su independencia, grabó una canción llamada así, “Zimbabwe”, en homenaje al ZANU y que de hecho, tenía como portada una fotografía del líder por la independencia y futuro presidente del país, Robert Mugabe. Por tal motivo, en marzo de 1980, los dirigentes del ZANU enviaron una invitación a Bob Marley y a su mujer, Rita, para que asistieran a las celebraciones de la independencia del país, que iban a tener lugar el 18 de abril.

La intención no era que él actuara, pero Marley insistió en que toda su banda también debería ser invitada y manifestó su deseo de hacer un concierto en las celebraciones. En ese momento, el gobierno de Zimbabwe no tenía suficiente dinero para transportar a un grupo tan grande de músicos, técnicos, asistentes, etc. más los equipos de sonido a Harare y además, Chris Blackwell, el manager de Bob Marley en ese momento y director ejecutivo de Island Records, estaba en contra de esta gira, pero Marley, que se sentía muy identificado y muy sensibilizado con la causa de la independencia de Zimbabwe, decidió que iría y para facilitar las cosas, pagó de su propio bolsillo todo el traslado de los equipos de sonido y los billetes de avión para él, su familia y todo su personal.

Cuando la banda llegó a Zimbabwe, un Boeing 707 alquilado estaba de camino desde Londres a Harare con 21 toneladas de equipo y un sistema completo de megafonía de 35.000 wattios. Fue una de las operaciones técnicas y logísticas más extraordinarias que se hayan llevado a cabo nunca en el mundo de los conciertos de rock. Mick Cater, de Alec Leslie Entertainments, que era el técnico de sonido y el líder del equipo, voló la noche anterior con el staff de escenario, llegando al día siguiente todo el grueso del road-crew. Para ese momento, solo tenían seis horas para construir el escenario, más un grave problema añadido: encontrar suficiente energía para el sistema de megafonía y de amplificación del escenario. Contra todo pronóstico, trabajando sin descanso y merced a unos generadores muy rudimentarios pero que funcionaron, para cuando comenzó la ceremonia de la Independencia, el escenario estaba listo.

Las horas que pasó Bob Marley en Zimbabwe no se limitaron solamente a llegar a la capital, saludar a las personalidades, hacer el concierto y marcharse. No, el artista pasó el día anterior al evento paseando y conociendo en profundidad Harare, yendo aquella noche a un conocido club musical donde departió con algunos antiguos guerrilleros que habían combatido a las fuerzas gubernamentales británicas en la época más violenta de la lucha independentista y al día siguiente tuvo tiempo de visitar Matoco, donde fue testigo de primera mano del trabajo de los cultivadores de las plantaciones de ganja, una potente variante africana del cannabis. Fiel a sus creencias rastafaris, la probó, dándole su aprobación.

A las 8:30 p.m., los Wailers llegaron al Estadio Rufaro y se dirigieron al backstage. La ceremonia ya había comenzado, con diversos espectáculos de gimnasia coral protagonizados por jóvenes escolares blancos y negros, desfiles abanderados, discursos oficiales y atracciones diversas. En el palco de autoridades, junto a Robert Mugabe, muchos presidentes de gobierno y jefes de estado, entre otros, el Príncipe Carlos y Lord Carrington de Gran Bretaña.

Apenas pasados unos minutos de las diez en punto de la noche, Bob Marley & The Wailers se subieron al escenario ante una audiencia de cerca de 80.000 personas, una de las actuaciones más multitudinarias que el precursor en todo el mundo del reggae hizo a lo largo de toda su vida y ante una audiencia entusiasmada por poder presenciar un espectáculo así, en un gran escenario y con una sistema de sonido y megafonía que jamás habían visto antes, aunque también extrañados por la colocación de un gran telón de fondo con la imagen de Haile Selassie, el Rey-Dios de los Rastafaris.

El set, que no fue especialmente largo, se compuso de los siguientes temas:

“Natural Mystic”, “Positive Vibration”, “Roots, Rock, Reggae”, “Lively Up Yourself”, “Zimbabwe”, “Running Away”, “Crazy Baldhead”, “Get Up, Stand Up” y “Exodus”. En uno de los momentos más conmovedores de aquel concierto, Marley gritó con todas sus fuerzas: “¡Viva Zimbabwe!”, provocando una reacción tan impresionante del público que casi le hicieron saltar las lágrimas.

Sin embargo, hacia la parte final del show se produjo un incidente que afortunadamente, solo se saldó con algunas personas levemente heridas a causa de los atropellos que se produjeron cuando las fuerzas del orden dispararon un bote de gas lacrimógeno para tratar de contener a un numeroso grupo de miembros de una guerrilla rival al ZANU, el ZAMLA que exigían que se les permitiera la entrada al estadio. El conato de caos, que de hecho provocó que la banda interrumpiera la actuación, se resolvió permitiendo la entrada a los guerrilleros, quienes no causaron ningún incidente y se apostaron a un lado del escenario.

En una semana en la que también se ha recordado otro hito en el que Bob Marley hubiera querido estar presente de haber estado vivo, el 20 Aniversario del “Nelson Mandela: An International Tribute for a Free South Africa”, en el que participaron Johnny Clegg, Youssou N’Dour, Tracy Chapman, Peter Gabriel o Neil Young, aunque menos recordado, fue igualmente significativo aquel histórico día en el que el pueblo de Zimbabwe celebró su independencia con un gran concierto de Bob Marley.

Más artículos del autor
LoQueSomos en Red
* Nota original del diario “La Región”

Síguenos en Facebook: LoQueSomos Twitter@LQSomos Telegram: LoQueSomosWeb Instagram: LoQueSomos

LQSomos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Nos obligan a molestarte con las "galletitas informáticas". Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar