El prólogo del volumen 3 de El Capital

El prólogo del volumen 3 de El Capital

Me he lanzado, con otros compañeros del Seminario Taifa, a la lectura del volumen 3 de El Capital de Marx.

Este volumen trata las relaciones sociales entre capitalistas, lo que nos lleva a diferenciar entre fracciones del capital (productivo, comercial y generador de intereses) y entrar de lleno en unos temas (tasa decreciente de ganancia, capital ficticio, renta de la tierra,…) que la crisis ha situado sobre la mesa. El volumen, además, es el más polémico: se lo  considera la manzana de las discordias.

Pienso que es una buena idea escribir un resumen de cada capítulo, acompañado de mis propias reflexiones a medida que progreso en la lectura y debatir todo ello  con más gente, aprovechando las ventajas que un blog ofrece.

Si soy capaz de mantener el ritmo que me he impuesto, más adelante reuniré en un mismo pdf todo el trabajo correspondiente a una sección. Luego lo colgaré en la parte del blog a la que se accede desde la pestaña El Capital. Así daré continuidad a la tarea que ya realicé con el volumen 1.

De momento, en esta entrada, me centraré en el prólogo que escribió Engels.

La parte inicial cuenta las dificultades que Engels encontró cuando quiso publicar el volumen 3 a partir de manuscritos y notas inconclusas de Marx: fue una tarea gigantesca -diferente de la que necesitó para armar el volumen 2– y la abordó a una edad avanzada y sin desatender sus compromisos con el movimiento socialista internacional.

Algunas partes de la obra que Marx había dejado estaban completadas, pero otras sólo contaban con un esquema, lo que le obligó a trastocar ciertas cosas e incluso escribir algunos capítulos de cabo a rabo.

Estas modificaciones han abierto, en los últimos tiempos, un debate en varios círculos marxistas que consideran necesario leer los manuscritos tal como Marx los dejó. Curiosamente, al aparecer el volumen 3, se acusó a Engels de lo contrario, tildando de exagerada su "manía" por respetar una serie de textos medio acabados cuando lo más acertado habría sido redactarlos de nuevo y dar más coherencia al libro. Como se ve, cambian los tiempos y las percepciones.

En la siguiente parte del Prólogo, Engels polemiza con algunas interpretaciones que salieron a flote tras  la publicación del volumen 2, en torno al problema de la Tasa Media de ganancia, un tema que hacía tiempo tenía atrapado a muchos economistas y que Marx, aún que  creía importante, había pospuesto.

Engels anuncia que Marx aborda y resuelve el problema en este volumen (en la sección segunda). Pero al mismo tiempo, Engels polemiza con distintas interpretaciones que proliferaban sobre el asunto y que él considera, en algún u otro aspecto, desacertadas.

Para ubicar los economistas a los que Engels hace mención, haré unas distinción entre a)los que decían aceptar la teoría del valor y ser seguidores de Marx, b)los que se sumaban a las campañas burguesas para despreciar el marxismo anunciando que Marx era incapaz de resolver un problema que la economía vulgar ya había superado y 3)los de dificultosa ubicación y que muestran mucho despiste.

 

Marxistas

 

Vulgares

 

 Despistados

 Conrad Shmidt

 Lexis

 Julius Wolf

3

P. Fireman 

5

 Loria

 Stiebeling

Antes de entrar en las polémicas, veamos la índole del problema:

La teoría del valor afirma que el tiempo socialmente necesario es la única fuente de valor de las mercancías. Ahora bien, lo que realmente añade valor durante el proceso de producción es el trabajo vivo. El capital constante (edificio, máquinas, materiales,…) puede contener mucho valor -en la medida que es fruto de un trabajo pretérito- pero este valor únicamente se transmite conforme los portadores del mismo se utilizan en el proceso de producción, sin adherir con ello ningún valor nuevo. 

Recordemos que a la relación entre capital constante(c) y capital variable(v), Marx la denomina composición orgánica del capital(c /v) y que la diferencia entre tasa de plusvalía (p/v) y tasa de ganancia (p/c+v) está en el denominador: ambas son el resultado de una división de la plusvalía, pero la primera sólo incorpora el capital variable mientras que la  segunda incorpora la totalidad del capital.

El problema está en que bajo el capitalismo los beneficios tienden a una media, más allá de las composiciones orgánicas. Esto, a primea vista, contradice la teoría del valor ¿Si sólo el trabajo agrega valor, las empresas más intensivas en trabajo no debería obtener un porcentaje más alto que aquellas que cuentan con pocos trabajadores y abundante maquinaria?

Pasamos ahora, a los aspectos más importantes de la controversia que se ventilan en el prólogo. En todo caso,  ya advierto  que algunos de los posicionamientos criticados y algunas de las observaciones de Engels, no me acaban de quedar  claros y por lo tanto, mi explicación puede ser  deficiente. Entiendo que no seré capaz de superar este lapso hasta que lea una buena parte del libro y descubra lo que en realidad Marx sugiere.

1.- Lexis sustenta que los precios se ajustan provocando que la totalidad de la plusvalía se distribuya entre los capitalistas, en proporción a sus capitales, sin tener en cuenta el número de trabajadores que emplean. Engels comenta que así se “formula” el problema correctamente, aunque no se resuelve ya que Lexis no alcanza a explicar cómo y por qué se ajustan los precios. Es curiosa, sea dicho de paso, la benevolencia con que Engels trata a Lexis. Supongo que por dos razones: por una parte, Lexis, a diferencia de otros economistas vulgares, muestra un cierto respeto hacia Marx, mientras que por la otra, intenta construir su razonamiento, aceptando que el trabajo crea valor y reconociendo la desventaja que bajo el capitalismo soporta  la negociación salarial. Engels, incluso hace broma diciendo que Lexis quizás sea un "marxista disfrazado de economista vulgar".

2.- Conrad Schmidt, es el segundo en discordia. En un primer artículo, intenta partir de un punto de vista marxista y recuerda que el trabajo es necesario para la generación del beneficio, pero añade que los excedentes acumulados se intercambian en proporción a las sumas de capital requeridas para su producción, y no en proporción al trabajo realmente incorporado por cada uno de los capitalistas. Para dar consistencia a su planteo, coloca a un mismo nivel trabajo muerto y trabajo vivo. Engels advierte que  el hecho de que los capitalistas pueden ver el trabajo acumulado como fuente de valor nuevo no significa que lo sea. El matiz es importante: el capital constate está compuesto por una serie de mercancías que los capitalistas han conseguido a través de la compra;  estas mercancías, por si solas,  no son capaces de transmitir valor. Para hacerlo necesitan un determinado tipo de  relaciones sociales. Schmidt realizó, al parecer, un segundo esfuerzo, centrándose en los efectos de la competencia: "intenta demostrar que [la] nivelación de los beneficios coincide con la reducción del precio de venta de los productos debido a un exceso de oferta…", lo cual es arbitrario.

3.- En tercer lugar, Engels analiza el planteo de P. Fireman. Le echa en cara su  equívoco de “buscar en Marx definiciones acabadas, válidas de una vez y para siempre”. P. Fireman, recurre a la no correspondencia entre valor y precios. A partir de esta observación, señala que   las empresas con alta composición orgánica logran vender sus mercancías por encima de su valor; por contra, donde la composición orgánica es baja, ocurre el efecto inverso. Engels, comenta que P. Fireman  "ha puesto el dedo en la llaga", lo que incita a prestar una cierta  atención a su argumentación. Pero después añade que su reflexión queda inconclusa.

4.- Julius Wolf es la cuarta víctima. Engels afirma que "cada vez que hay una oportunidad de hacer el ridículo… aparece el profesor Wolf". Viendo esta amable descripción, mejor prestar poca atención al personaje. Digamos sólo, que Wolf sugiere que a mayor composición orgánica del capital, mayor productividad, con lo que una hora de trabajo aporta más que la media social y así se  incrementa la plusvalía. Wolf pretende vincular su interpretación con  la exposición  de Marx sobre la plusvalía relativa. Aquí  cabe recordar que Marx no dice por ninguna parte que a más  capital constante más tasa de plusvalía. Lo que alega, es que el crecimiento de la plusvalía relativa se obtiene con la disminución del tiempo necesario para la recomposición del valor de la fuerza de trabajo.

5.- Loria adopta, sin tapujos, el punto de vista de la economía vulgar y se esfuerza por desacreditar a Marx, lo que lo convierte -con razón- en el principal blanco de los ataques de Engels. Loria, en un primer momento, había considerado que Marx, al pretender compaginar la teoría laboral del valor con la Tasa Media de ganancia, se había metido en problema sin solución. De ahi que Marx remitiera  eternamente a un nuevo volumen. Milagrosamente, al leer el escrito  de  Conrad Schmidt, Loria cambia de parecer y se considera capacitado para resolver  un problema, que antes decía irresoluble. El misterio provendría de la capacidad del capital comercial para absorber plusvalía generada por el capital industrial, gracia a lo cual progresaría la dichosa nivelación.

6.- Stiebeling "aporta" una solución cómica a través de un sistema de ecuación que no tienen que ver con la realidad ya que parte de la premisa que todas las empresas obtienen la misma suma de plusvalía.

Después de esta parte del prólogo, ya conocemos una serie de planteos desiguales que NO dan salida al problema. Nos quedamos con las ganas de conocer los argumentos que, según Engels, permiten resolverlo. Parece que no tendremos más remedio que seguir leyendo el libro y todo anuncia que no será fácil.

Antes de concluir no quiero perder la ocasión de tratar una controversia de cierta envergadura que ha prosperado últimamente y que tiene precisamente su origen en unas palabras que Engels deja caer en este prólogo. Veámoslas:

"(…)Marx, al comienzo del libro I – arranca de la producción simple de mercancías como premisa histórica, para luego, llegar al capital, (,,,)".

Pienso que aquí, Engels no acierta en su argumentación. Marx, inicia el volumen 1 de El Capital, partiendo de una sociedad universalmente mercantilizada (la riqueza se presenta en forma de mercaderías, nos dice) y donde el trabajo abstracto se ha convertido en una realidad social.

En la sección primera, Marx utiliza la palabra simple en referencia a un tipo de intercambio donde se respeta estrictamente el valor de la mercancía; así prepara el terreno para demostrar que el origen de la ganancia no está la circulación sino en otra parte. Como que el intercambio, sea o no simple, tiene lugar en la esfera de la circulación, es incorrecto asimilarlo a otro fenómeno que transcurre en la esfera de la producción, y esto  es lo que está haciendo Engels.

Este desliz  dio lugar  a que en muchos manuales marxistas se reemplazara la explicación que Marx ofrece en la sección primera del volumen 1 sobre el intercambio mercantil simple por otra explicación en la que todo gira alrededor de un llamado "modo de producción mercantil simpe".

La argumentación peculiar de Engels sobre la "producción mercantil simple" y la "mercancía capitalista", se repite extensamente en  la ampliación del prólogo  que redactó un año después. De momento dejamos de lado la controversia para un comentario posterior sobre esta ampliación, la cual, paradójicamente, no figura en la mayoría de traducción de El Capital al español. Sólo la encontramos en la de Wenceslao Roces.

* apuigsole.blogspot.com

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