Entre dos aguas. Reflexiones de una española en Argentina
María Teresa Ferrer. LQSomos. Mayo 2016
Tengo un pie en el Paraná y otro en el Mediterráneo. Soy medio hibrida, medio exótica, medio apátrida, a veces multipatria, medio desterrada, un poco exiliada. Y es que siempre me dicen que no opine de España porque no vivo allá; que no opine de Argentina porque no nací acá. Para ser más clara, nací allá y vivo acá. Y opino, a veces.
Tal vez sea precisamente esa extraña y doble lejanía (o cercanía) la que me permita hacer algunas interpretaciones de lo que acontece en los dos países, alejadas de los nacionalismos de quienes viven con los dos pies juntos, enterraditos en una misma agua.
Primero, hay que tener claro que en las dos orillas proliferan más o menos las mismas ideas. Las de gobierno, quiero decir.
A mi me tientan las comparaciones. Por aquello de poder elegir en que acera nos paramos. O de que lado de la grieta estamos.
Las realidades paralelas y la narrativa neoliberal igualan a los dos mandatarios, léase Rajoy y Macri. Palabras más, palabras menos, ambos coinciden al punto de hacer irreconocible el autor. Hagan la prueba, adivinen quién dijo qué:
“Quien me ha impedido cumplir mi programa es la realidad”.
“Sé que las medidas que les he anunciado no son agradables (…), pero son imprescindibles”.
“Nunca es bueno gastar más de lo que se tiene. Porque ese dinero que se quiere gastar y no se ingresa hay que pedirlo prestado. Si no nos lo prestan no podrá gastarse”. “Vivimos un periodo transitorio difícil pero si hacemos bien los deberes pronto lo superaremos y empezaremos a crecer y crear empleo”.
“El Gobierno ha tenido que hacer cosas que no le gusta hacer para salir de la grave situación en la que se encuentra”.
“Creo en ustedes, por eso estoy acá”.
“Los resultados se van a dar en el segundo semestre”.
“Que nadie dude ni por un instante de que yo estoy acá para ayudarte a salir adelante”.
“Me duele tener que tomar estas decisiones, pero lo hago porque esta convencido de que no hay otro camino hacia el progreso”.
Les dejo con la intriga. Solo diré que hay frases de los dos jefes de gobierno. Hasta aquí, nada que haga diferencia.
Relatos neoliberales convertidos en frases vacías, palabras repetidas una y otra vez, slogans publicitarios a la manera de espejitos de colores, se han convertido en la justificación de ajustes más o menos similares: el sinceramiento, la pesada herencia, instalar optimismo, despertar confianza, creer en nosotros mismos, responsabilidad, correcciones, momentos de transición, medidas valerosas y audaces, integración al mundo, devolución del papel protagónico, etc. Hasta aquí, tampoco hay diferencias. Hermanados en las aguas.
Pero de este lado argentino se está haciendo notar un aspecto que, creo, se diferencia un tanto de las transparentes aguas españolas. Y es que aquí se nos están colando las terapias alternativas, el coaching, y la pseudo psicología optimista en la política. Sí, sí. A las pruebas me remito:
Dice Macri “El ser humano utiliza una pequeña parte de su inteligencia, y esta meditación, esta reflexión, te ayuda a conectarte con más áreas que te amplían tu capacidad de dar y recibir y ser feliz”, a propósito de la armonizadora budista que consultó. El no cree en brujas, pero sí en armonizaciones y cuencos tibetanos, chakras, y energías universales. ¡Ahora sí, me quedo más tranquila!
Algunas reuniones de Gabinete se hacen para explicar a sus integrantes en qué consiste la pobreza, y para ello cuentan con el profesional adecuado, el psicólogo social y ex gerente de Cultura y Felicidad de la empresa de alpargatas Páez, Daniel Cerezo, quien dijo que “todos somos pobres por lo que nos falta y ricos por lo que podemos dar”. Ahora que ya sabemos qué es la pobreza, podemos pasar a Pobreza “cero”.
Alejandro Rozitchner es asesor del Pro y del Presidente, cultor de una filosofía positivista, autor de frases como “la positividad es la ideología del desarrollo” y “Por más enamorados que hayamos estado, como sociedad, del pensamiento crítico, evaluativo, severo, los mejores resultados se obtienen por la vía del querer, la confianza, el disfrute compartido y la aceptación de las dificultades”. No extraña entonces, encontrar en los discursos oficiales más de la perorata positivista que de planes de gobierno.
Como todo argentino preocupado por la superación personal, Macri se psicoanaliza dos veces por semana, porque “El autoconocimiento que provee el psicoanálisis es un factor clave para las personas que tienen poder, porque cometen errores que perjudican a las personas”… Por favor, que alguien le avise al analista de Macri que algo está haciendo mal…
Se da una mezcolanza de publicidades neoliberales con narrativas new age, de palabras y discursos sin sustancia, en donde todo es responsabilidad individual y el estado solo acompaña, cree en nosotros y confía en que “juntos” todo es posible. Se vende como humo el relato de una pesada herencia, que al igual que una terapia de vidas pasadas, ha transformado recuerdos falsos en vivencias reales.
Puntos para Macri en esta suerte de comparaciones jocosas.
Datos para la gilada (de la cual todos, en algún momento, formamos parte), para esta nueva clase cultural surgida de un pensamiento bobo, de una pseudo psicología sectaria new age; nos quieren convencer de que están trabajando, ocupados, ayudando a todos, mientras escuchamos hablar del amor como energía universal que todo lo mueve, pero con los bolsillos de los gurúes en cuevas y guaridas fiscales, que ya no alcanza con las multimillonarias ganancias nacionales, que la elusión es el nuevo orden mundial de los todopoderosos. Y este último retazo de realidad vuelve a unir las dos orillas.
Hoy me siento más extraña que nunca, en un país que no reconozco, hundiéndome en aguas turbias… y pidiendo a las energías universales un salvavidas…
* María Teresa Ferrer nació en Ibiza y a los 16 años fue llevada a Argentina, a la ciudad de Santa Fe. Recuerda con nostalgia el calor del destape cultural y político que vivía entonces España tras la muerte de Franco, que apenas llegó a conocer, al que le hicieron cambiar por el sofocante calor húmedo y los mosquitos de la Mesopotamia argentina (zona compuesta por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, encerradas entre los ríos Paraná y Uruguay). En esta lúcida reflexión que presentamos nos expresa claramente cómo la Patria Argentina y su Madre Patria no dudan en aunarse para lo peor.
Si después de vetar la ley antidespidos no se levanta todo el pueblo argentino y lo echa, como se levantaron contra los milicos tucumán y córdoba, me voy a sentir avergonzado de ser argentino.
y la revolución de la alegría!! otra “venta de humo”.
Por lo que implica, etimológicamente pero más históricamente una revolución, se trata de un cambio profundo, de raíz. Y aquí el cambio radical y violento fue volver a las recetas y a la aplicación de un profundo neoliberalismo.
Lo que macri jamás dijo es para quién sería la alegría. Y a poco andar del gobierno, que comenzó con la devolución de favores recibidos con medidas que favorecieron a los sectores concentrados de la economía, la mentira de la alegría se puso en movimiento y al caminar, se le fueron cayendo las vestiduras y quedó, como aquél rey del cuento, bien expuesta… con el culo al aire