Europa: crisis, guerra, temor a la recesión, hambre ¿un modelo que se cae?

Europa: crisis, guerra, temor a la recesión, hambre ¿un modelo que se cae?

Por Maxime Doucrot*. LQSomos.

Los precios de las acciones bursátiles, las monedas y materias primas cayeron en todo el mundo capitalista ante señales de debilitamiento de la economía global, en momentos en que los países europeos son arrastrados a la guerra en Ucrania y los bancos centrales meten freno a la actividad productiva con nuevos aumentos de las tasas de interés que encarecen el costo del financiamiento para empresas y restringen el consumo de las familias, en un intento por contener la inflación

La crisis se siente en todo el mundo y amenaza con quedarse por bastante tiempo. Las colas del hambre forman parte del paisaje de algunos barrios de ciudades europeas: muchas personas no pueden permitirse el “lujo” de comprar alimentos. Pero los estados no tienen programas para garantizar la seguridad alimentaria de los ciudadanos: sería el reconocimiento del fracaso de su modelo económico.

Los temores más claros de una recesión a nivel mundial se dejaron ver la última semana, cuando media docena de bancos centrales, entre ellos los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Suiza y Noruega, anunciaron incrementos de tasas de interés para luchar contra la inflación, que en algunos países se encuentra en el nivel más elevado en 40 años.

La guerra en Ucrania vino precedida de una frenética movilización diplomática que decepcionó las expectativas de paz hace justo seis meses. Desde antes de que las tropas rusas cruzaran la frontera estaba lanzado un encarnizado debate entre los defensores de que la inflación era transitoria, y los que alertaban de un fenómeno más profundo y duradero con resultados conocidos. Ahora, una nueva discusión recorre Europa: ¿es inevitable una recesión?, señala Álvaro Sánchez en el diario español El País.

Las perspectivas económicas de Europa, Estados Unidos y el resto del mundo capitalista están pagando un alto precio ante la crisis del gas, la alta inflación y una fuerte aceleración en el ritmo de endurecimiento de la política monetaria global. Según la consulora Fitch Ratings, la eurozona y Reino Unido entrarán en recesión a finales de este año, mientras que Estados Unidos sufrirá una recesión leve a mediados de 2023.

Pocas veces una recesión en Europa fue tan anunciada y los datos preliminares anticipan una caída del PIB, en el tercer trimestre, del 0,1%., en el mayor frenazo de la actividad económica desde 2013. La peor parte se la lleva Alemania, la gran economía de Europa más expuesta al gas ruso. «El deterioro de su economía lleva un ritmo no visto fuera de la pandemia desde la crisis financiera mundial», señala en el informe de S&P Global.

Se vislumbra una recesión en la eurozona, ya que las empresas informan de un empeoramiento de las condiciones empresariales y de la intensificación de las presiones sobre los precios debido al aumento de los costos energéticos. El banco alemán Deutsche Bank, modificó a la baja su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania para el 2023 a -4%, desde una estimación previa de -1% realizada apenas hace mes y medio, debido a la crisis energética.

Deutsche Bank también ajustó sus previsiones del PIB de la zona euro de -0.3 a -2.2%, por lo que el bloque de la moneda única estaría sumido en una recesión con altas tasas de inflación. Añadió que los incrementos salariales, junto con una debilidad del euro, aumentan los riesgos. Un entorno de estanflación amenaza a la eurozona.

Muchos economistas hablan de una «recesión técnica» cuando se contrae el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos. Otros utilizan una mirada más flexible, definiéndola como «una disminución significativa de la actividad económica que se extiende por toda la economía y que dura más de unos pocos meses».

La recesión representa el declive que se produce, por ejemplo, cuando las capacidades productivas ya no se emplean plenamente, porque disminuyen los pedidos del exterior y en el mercado interno baja la demanda de bienes y servicios. Esto está ocurriendo en Europa, porque los altos precios de la energía absorben gran parte de la capacidad adquisitiva de la gente. A los ciudadanos les falta dinero para otros fines, como comer..

Organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideran una recesión global como un año en el que un ciudadano global promedio experimenta una caída en el ingreso real. El tema de la recesión en el mundo capitalista no es novedoso: entre las profundas contracciones económicas globales de las últimas décadas destacan las de 1975, 1982, 1991, 2009 y la provocada por la pandemia del coronavirus en 2020.

Los factores negativos que se vienen arrastrando desde entonces no sólo persisten, sino que se han agravado. Al encarecimiento de mercancías por los problemas de suministro en las cadenas de producción, se le agregó el aumento de precios de alimentos y energéticos –estos últimos de manera más profunda en Europa– como consecuencia de la guerra en Ucrania.

Ambos países son los mayores productores de trigo y fertilizantes en el mundo y Rusia el principal abastecedor de gas a Europa.

Los precios del petróleo cayeron cerca de cinco por ciento, a un mínimo de ocho meses, los del cobre a su nivel más bajo en casi dos meses y los del oro al menor nivel desde abril. Los precios de granos no se libraron: los futuros de trigo de EEUU retrocedieron alrededor de tres por ciento, uniéndose a una liquidación masiva en los mercados de materias primas por el temor a una recesión que afecte la demanda, dijeron analistas.

Los últimos datos mostraron que la desaceleración de la actividad empresarial en la zona euro y Reino Unido se profundizó, al registrar la mayor contracción mensual desde el comienzo de 2021, porque el gasto de los consumidores se ha frenado, una señal que esas economías entrarán en recesión.

El euro y la libra esterlina –monedas cuyo valor solían ser más altos que el dólar– cayeron a mínimos de 20 y 37 años, respectivamente. Sobre la libra pesó el hecho de que el nuevo ministro de Finanzas del Reino Unido, Kwasi Kwarteng, anunció una histórica reducción de impuestos y alza de la deuda en 72 mil 400 millones de libras (81 mil millones de dólares), programa que golpeó a ciudadanos y mercados financieros.

* Analista económica francesa de la Agencia Latinoamericana de Información y Análisis-2 (Alia2), asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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