Ferran Fullá

Ferran Fullá

Por Antoni Puig Solé*. LQSomos.

Como podréis ver a continuación, he sido un privilegiado: cuando de muy joven conocí a Ferran, encontré a un maestro que después acabó siendo mi mejor amigo. Un amigo especial, un amigo de militancia. Veinte años en Bandera Roja, después en Iniciativa y en el PSUC. Con el añadido de haber compartido con él trabajo en la escuela sindical de CCOO y también algunos artículos y comunicaciones. Toda una suerte.

Brecht decía que quienes luchan toda la vida son imprescindibles. Pero no todos lo hacen de la misma manera. Y él, lo sabéis bien, hizo de la lucha su vida. Ferran fue un ejemplo de constancia, de valentía y sobre todo de solidaridad. Sin claudicaciones.

Ahora que estamos en la sede de CCOO es obligado recordar sus últimos años antes de jubilarse, haciendo tareas en Salut Laboral, asesorando a los trabajadores autónomos , o en la federación del metal… Una faceta minúscula de su vida, incluso, uno de sus puntos débiles, me atrevería a decir. Centrémonos en los fuertes.

Uno de los puntos fuertes de Ferran era su gran dominio del marxismo y su capacidad para relacionar la teoría con la práctica. Cuando la práctica se alejaba de la teoría, Ferran señalaba el peligro que comportaba. Cuando la práctica demostraba ser correcta y ponía de manifiesto que había aspectos de la teoría que no acababan de cuadrar, era capaz de descubrir qué parte de la teoría había que perfeccionar, o qué era lo que no habíamos acabado de entender.

Un segundo punto fuerte de Ferran era su conocimiento de la realidad social y política catalana. Explicarlo sería largo y lo dejo para otra ocasión.

Y un tercer punto fuerte era la política internacional. Sabía un montón del tema, era capaz de interpretarla con rapidez. Pero, con frecuencia, eso lo abocaba a la incomprensión general. Iba tan por delante que los demás no le entendían (o no le querían entender). Y él no desfallecía: defendía su punto de vista sin preocuparse si iba contra la hegemonía general.

En sus últimos días, según me han dicho, Ferran estaba contento porque decía que, a pesar de la complejidad, se había abierto una luz de esperanza. Para él era muy importante la lucha por la paz. Conocía todas las guerras que se están librando y sabía que no todo queda reducido a los conflictos que salen en televisión. El proceso de paz que parace que prosperará en Yemen le había emocionado y más cuando prospera gracias a la mediación de China.

Ferran, ciertamente, era uno de los imprescindibles. ¿Era?. No, es y seguirá siendo uno de los imprescindibles. Nos ha dejado su ejemplo, un montón de escritos de una riqueza incalculable y unas reflexiones sobre política internacional, de última hora, que haremos lo imposible para que se puedan conocer y publicar.

Camarada, aunque ya no podamos mirarnos cara a cara para reconocernos como comunistas, tu legado siempre me guiará.

Traducido para LoQueSomos por Leticia Palacios

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