Julio Pacheco Yepes: contra las torturas ¡Yo acuso!

Julio Pacheco Yepes: contra las torturas ¡Yo acuso!

Por Rosa María García Alcón & Iñaki Alrui. LQSomos.

Diálogos con…

Julio Pacheco Yepes era militante del Partido Comunista de España (marxista-leninista) y de la Federación Universitaria Democrática de España (FUDE) en 1975 cuando fue detenido por la policía política franquista y llevado a la Dirección General de Seguridad donde estuvo siete días sufriendo malos tratos y torturas.

Hace dos semanas ha presentado querella criminal por torturas contra varios de esos policías, entre ellos el conocido comisario Villarejo.

Las querellas han sido impulsadas por la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CeAQUA) y se han presentado tres más: en Ferrol, por el asesinato policial de Moncho Reboiras, en 1975; en Pamplona, por torturas contra María Concepción Edo, detenida en 1973 y en Valencia por torturas contra Vicent Aminyana, detenido en 1972.

LoQueSomos: El pasado 17 de febrero presentaste, junto a otras tres personas, una querella por torturas contra agentes policiales de la dictadura ¿Por qué ahora?

Julio Pacheco Yepes: Cualquier momento es bueno. Hay que seguir haciendo presión para que los represaliados del franquismo obtengamos justicia en España. Ahora, con la nueva Ley de Memoria Democrática puede abrirse una puerta al obligar a interpretar la Ley de Amnistía según la legislación internacional que ha sido el muro donde las anteriores querellas se han estrellado, ese y el de la prescripción de los delitos. Vamos a ver qué da de sí esta ley.

LQS: ¿Cuándo, cómo y donde fue tu detención?

JPY: Me detuvieron el 24 de agosto de 1975, en la calle San Cosme y San Damián, en el barrio de Lavapiés. Serían sobre las once de la noche cuando llamaron a la puerta y al abrir me encañonaron con una pistola, me esposaron y me metieron en un coche que estaba esperando en la calle, frente al portal. Me llevaron a la Dirección General de Seguridad (DGS).

LQS: ¿Qué recuerdos tienes de aquella semana en la DGS, en manos de la Brigada Político Social?

JPY: Recuerdos malos, como es de suponer. Cuando decidías militar bajo el franquismo asumías el riesgo de que te detuvieran. En el Partido donde yo militaba, trataban de prepararte explicándote pautas de comportamiento; pero cuando llega el momento se te cae el mundo encima.
La Brigada Político Social no hacía una verdadera investigación, lo único que hacía era torturar y torturar y de la información que sacaba iban deteniendo a más gente.
El primer objetivo como detenido era no delatar a nadie, que la cadena de detención se parara en ti. También, esa era una forma de ser superiores a ellos; de ganarles, aunque fuera moralmente.

LQS: Murió Franco, vino la Transición, España 1978, España 2023… buscar aquí la justicia parece una larga travesía del desierto. ¿Qué pretendes con tu querella?

JPY: Ya lo he dicho anteriormente. Lo que se pretende con las querellas es obtener justicia en España. Los represaliados por el franquismo queremos que se conozca el nombre de los torturadores, que se les juzgue y condene. También a sus jefes y sus inductores.
Es necesario que las generaciones jóvenes conozcan lo que significó la dictadura, lo que era vivir sin libertades, con la represión continua y continuada encima. Conocer la verdad de lo que pasó y obtener justicia son una garantía de no repetición.

LQS: Volvamos a aquellos años de juventud y lucha contra la dictadura, ¿cómo era la vida de un militante antifascista en aquellos días?

JPY: Nuestra actividad en la Universidad era fundamentalmente de propaganda. Repartíamos octavillas, pegábamos carteles en las paredes que, en realidad, eran murales hechos a mano en los que se analizaban cuestiones políticas, se daban consignas o se hacían llamamientos a la movilización.
En cuanto a la vida en la clandestinidad te acostumbrabas a seguir una serie de normas tendentes a mantener la seguridad y evitar las detenciones. Te habituabas a mirar continuamente para atrás para averiguar si alguien te seguía. En las citas era obligatorio ser muy puntuales, no se debía esperar más de cinco minutos. Si por lo que fuera, a quien esperabas no llegaba, se tenía otra cita en diferente sitio al cabo de unas horas. También había unas citas que llamábamos “de paso” que servían para comprobar si la persona que había fallado estaba bien o, por el contrario, había sido detenida. El riesgo de detención era una espada de Damocles que tenías siempre encima.
En las reuniones se tenía un orden del día donde se discutían los sucesos de actualidad dándoles una perspectiva política, los problemas de la organización y las actividades pendientes.
En el FRAP éramos muy activistas y eso hacía que nuestra organización fuera muy atractiva para la gente joven.

LQS: Uno de los policías que te torturaron fue José Manuel Villarejo, un policía que hoy pasa por estar en la crónica rosa, olor a cloaca. Nadie sabe de su pasado torturador ¿Mucho blanqueamiento? ¿Cómo lo identificas después de tantos años?

JPY: Cuando comentamos con otros compañeros y compañeras sobre los policías que nos habían torturado, salía el caso de uno al que apodamos “el alemán” porque era rubio y con la cara muy roja.
Cuando se publicaron en prensa fotos de Villarejo le identificamos.
Además, él mismo hizo unas declaraciones (no recuerdo dónde) admitiendo haber sido miembro de la BPS en 1975 y en el libro de Pablo Alcántara “La Secreta de Franco” también se le menciona.

LQS: Después de la DGS vino la cárcel de Carabanchel, ¿cómo era la vida en prisión? ¿Qué recuerdas más de esa época?

JPY: Cuando llegas a la cárcel ya es un alivio, porque dejas atrás el infierno. Por supuesto que el régimen carcelario no es ningún paraíso, pero ya estás rodeado de tus camaradas.
Estuve en la sexta galería donde nos metían a los acusados de terrorismo. Eran celdas individuales y pasábamos mucho tiempo encerrados, pero las horas de patio eran muy gratificantes. En esas horas hacíamos deporte y hablábamos entre nosotros.

LQS: ¿Qué acontecimientos fueron los que más te marcaron estando en Carabanchel? ¿Qué es lo mejor que sacó de aquella experiencia? ¿Y lo peor?

JPY: Lo peor, estando en Carabanchel, fue cuando anunciaron en la televisión la confirmación de las penas de muerte para nuestros camaradas. Conocía a Sánchez Bravo por haber militado con él.
Lo mejor sin duda era la convivencia con los demás detenidos, la “comuna” que compartíamos y las horas de patio; además de la visita de los familiares.

LQS: ¿Cuándo sales en libertad?

JPY: Salí en libertad condicional el día 3 de diciembre de 1975, previo pago de una fianza de 30.000 pts.
En noviembre, la jurisdicción militar que llevaba mi causa, se inhibió y me pasaron al Tribunal de Orden Público (TOP).
Tras la muerte de Franco, recibieron la orden de vaciar de presos políticos las abarrotadas cárceles. Primero se aprobó un indulto real y después varias amnistías, hasta llegar a la de 1977 por la que salieron los últimos presos políticos que quedaban.

LQS: De la Transición “modélica” arrastramos muchos lodos. ¿Ves posibilidades de dejar sin efecto la Ley de Amnistía de 1977?

JPY: Las condiciones están dadas. Si se interpretan las leyes según la legislación internacional la Ley de Amnistía podría dejarse sin efecto, pero depende de los jueces y hasta el momento esto no ha pasado.

LQS: ¿Te convence la ley de memoria democrática que se acaba de aprobar?

JPY: Representa un avance respecto a la anterior de 2007, pero se queda corta en muchos aspectos. Sobre todo, en el tema de justicia porque derivan hacia la jurisdicción voluntaria, lo cual es una barbaridad cuando se trata de crímenes de lesa humanidad como son todos los cometidos durante la guerra, la dictadura y la transición.
Hay una gran cantidad de artículos que precisan de un desarrollo posterior para que no se queden en declaración de intenciones. Vamos a ver qué da de sí. Estas querellas son, precisamente, una prueba de hasta dónde puede llegar la justicia en nuestro país a partir de esta ley. Ya sabemos hasta dónde no ha llegado anteriormente.

¡Muchas gracias Julio por tus opiniones y mucha fuerza con la querella!

Diálogos con…

* Rosa María García Alcón. Activista de La Comuna, Presxs del Franquismo. Integrante del Colectivo LoQueSomos.
Más artículos de la autora

* Iñaki Alrui. Miembro del Colectivo LoQueSomos. Otras notas del autor. En Twitter:@IkaiAlo

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