La altísima delincuencia según la sabiduría popular

Por Nònimo Lustre
“Perro no come perro… y si come, lo vomita”. El elemento paremiológico del lenguaje (vulgo, los refranes) es todo lo que necesitamos para comentar el divorcio de los mafiosos Trump y Musk. Podríamos añadir un montón de otros aforismos pero nos basta con seleccionar uno entre la música de la salsa popular: “No hay cama / pa’ tanta gente” puesto que, como es archisabido, en las turbas nazis, sólo cabe un Caudillo-Führer-Duce-Conducator. Por ello, todo este bululú sobre el divorcio entre dos nazis de nacimiento -Trump, heredero de un abuelo inmigrante militante del Ku Klux Kan y Musk, nieto criminal del apartheid-, se puede resumir en que Es más la bulla que la cabuya (cuerda), en roman paladino “mucho ruido y pocas nueces”
Hace unos días, ambos escenificaron su discordia cuando se devolvieron los regalos de boda: Trump le entregó a Musk la llave dorada del Gobierno USA y Musk le devolvió simbólicamente un cobete gordo al POTUS de turno. ¿Cabe más desprecio a la antes sacrosanta amistad o incluso a la moderna institución del matrimonio? Hoy, aquellos amores que comenzaron en 2016 (reinando Trump 1.0), se manifiestan en la Dark MAGA de la gorra negra (no roja) exhibida por el sudafricano quien no rompe del todo con su Padrino administrativo sino que busca aliarse con los más extremistas entre los fanáticos del Make America Great Again. Extraoficialmente, la culpa del divorcio la tiene Peter Navarro, el nacionalista/proteccionista que ha suplantado en Palacio al Hombre-Más-Rico-del-Mundo (HMRM), un economista ayudado mediáticamente por el ideólogo Steve Bannon, fabuloso especimen de quienes sólo saben insultar al enemigo, por muy lejos que éste se encuentre -dicho en euskera, alferra beti lantsu (= el vago siempre ocupado)
Si recordamos que las enormes fortunas capitalistas (ejemplo, la del HMRM, título autoadjudicado) nunca son fruto de unas fantasmagóricas habilidades mercantiles sino de unos rupestres contratos pagaderos en dinero público, entonces habrá quien piense que Musk es un claro ejemplo de etxeko sua etxeko hautsez estali behar da (en euskera, pájaro mal nacido porque ensucia su nido) lo cual sería aproximadamente cierto… pero no del todo puesto que nos olvidaríamos de que el dinero en metálico sólo existe cuando es enterrado en los Bancos nacionales. Mientras se celebren los funerales, lo que existe es la credibilidad de los individuos capitalistas -el dinero es puro crédito- y en eso está el nazi inmigrante: en ganarse el crédito ajeno. ¿Cuánto tiempo necesitará para volver a la cumbre?: mucho. Por ejemplo, en esta semana, los herederos de Rumasa (1961-1983) y Nueva Rumasa (1996-2011) han sido juzgados en vista oral y condenados por infinidad de delitos económicos. Si ya han pasado 14 años desde que fueron ‘expropiados’, así que, tras el aluvión de recursos que se avecinan, ¿cuántos más años pasarán hasta que alguno dellos pise una cárcel? En heleno, se dice pospuesto ad calendas graecas; en castellano, irán al talego cuando las ranas críen pelo.
Ahora bien, como suele suceder en tantos esponsales seguidos de inmediatos divorcios, las relaciones conyugales de este par de nazis ¿han sido simétricas? O, por el contrario, ¿ha habido un cónyuge que ha explotado al otro? Espinosa cuestión en la que no abundaremos porque no nos gusta entrar en ninguna alcoba. Pero algo podemos aproximarnos gracias a una cima de la paremiología criolla: Cachicamo trabajando pa’ lapa; armadillo cavando una cueva que le robará la lapa (Cuniculus paca, paca, tepezcuintle, boruga; un roedor semi-anfibio de carne exquisita) Este maravilloso refrán ubica los desastres nupciales en un excelente marco filosófico (gracias) pero ahora nos compete decidir quién es el armadillo y quién la lapa. Tras sesudas investigaciones resueltas a cara o cruz, concluimos que Trump es el armadillo, sobre todo por ser descendiente de los prehistóricos Gliptodontes (la veteranía es un grado) actualizado en nuestros siglos en un Cingulato acorazado, bicho nada perigoso de carne despreciable. Detalle gracias al cual sobrevive fácilmente en el ecosistema caníbal de los grandes patrimonios. Por exclusión, la lapa ha de ser Musk, pulcro bicho que prospera nadando entre las aguas.
Sin embargo, no olvidemos que estamos presenciando la escasamente épica batalla entre dinosaurios diminutos donde un roedor anfibio ha atacado a un poderoso acorazado. ¿Por qué tanto atrevimiento cuando las garras son de Trump? Musk la Lapa tiene todas las papeletas para Quedarse sin el chivo y sin el mecate (= cuerda) ¿La Lapa corre el riego de acabar como el asno de Buridán, muriéndose de hambre sin ninguno de los dos pesebres? Pudiera ser, en parte porque la contraofensiva de Musk ha comenzado siendo prepotente (“yo te hice POTUS”) pero yéndose a la oposición interna y eso es grave porque chivo que se vuelve, se desnuca. Cierto que se mantiene dentro de la ortodoxia trumpiana porque ambos son nazis de nacimiento y El que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito. Y, peor todavía, su hada madrina le ha empeorado su situación siguiendo a pies juntillas el dictum criollo: El muchacho que es llorón y la mamá que lo pellizca.
Ante los crueles pellizcos de la Madre Superiora, Musk ha adoptado una posición que nos parece suicida: recurrir a sus propios medios de desinformación. ¿Cómo?: aireando unos trapos sucios que ha extraído de una rancia excavación, unos harapos paleontológicos, algo arqueológicos e incluso históricos pero de escasa entidad. Lo veremos en la Segunda Parte de esta nota previa la reglamentaria admonición criolla: A ponerse las alpargatas que lo que viene es joropo -el joropo es el baile zapateado de los llanos venezolanos.
Kalean uso, etxean otso
En castellano, candil de la calle, oscuridad de su casa. Elon la Lapa ha tendido el santo guáramo de sacar a la palestra nada menos que a Jeffrey E. Epstein (1953-2019; 12.000 palabras en wikipedia) y a su novia Ghislaine Maxwell (n. 1961; sólo mil palabras en wikipedia) Epstein fue un millonetis judío a cuyo lado el histórico mafioso Lansky, no menos hebraico, fue un menesteroso robaperas. Y, tachán tachán, Musk ha pregonado las estrechísimas relaciones que el gliptodonte Trump mantuvo con tan pútrido casal.
Los entonces jóvenes pero ya viciosillos matrimonios Trump-Melania / Epstein-Maxwell
La peripecia de Epstein es sobradamente conocida: millones y hasta billones de dinero gringo robado entre sospechosos suicidios -incluido el del propio sr. Jeffrey-, violaciones de menores, chanchullos en la Casa Blanca y hasta en Buckingham -el príncipe Andrew-, orgías pederastas en jets privados -trillizas francesas de 12 años en el Boeing 727 Lolita Express -, sionistas hartos de asesinar niños especializados ahora en matar virgos, y, de propina ibérica, la familia de Ana García Obregón, etcétera. Lo mejor de las Altas Cunas rebozado en los más bajos delitos. Y, siempre, protegidos no ya por Washington sino también por Harvard -i.e., Dershowitz- y hasta por lingüistas como Pinker.
La nómina de los asesinos adictos a la pederastia incluye desde Clinton -ya lo suponíamos, dirán- hasta prebostes universales tan inmaculados como secretarios generales de la ONU y presidentes colombianos fuera de toda sospecha sexual como Pastrana. En cuanto a Trump, esto decía en 2002: Conozco a Jeff [Epstein] desde hace quince años. Es un tipo fantástico. Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres hermosas tanto como a mí, y muchas de ellas están en el lado más joven. No hay duda al respecto: Jeffrey disfruta de su vida social«. Palabra de Satán, te alabamos y te bendecimos.
Sinopsis: Todos los nombres propios citados en esta nota, los más brillantes en la cúspide del capitalismo, comparten un mismo lema euskaldún: Auzoko behiak, errape luze (lo que es de todos, no es de nadie) pero con una pequeña variante: todo lo común es mío.
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