“La cabellera de Berenice” de García Viñó en la exposición de Pepi Sánchez

Arturo Seeber Bonorino. LQSomos. Abril 2014

Presentación de “La cabellera de Berenice” de Manuel García Viñó, ediciones de la Isla de Sintolá, al cierre de la exposición de Pepi Sánchez.

El pasado mes de marzo, fue presentado en la Casa de la Provincia (Sevilla) el libro de poemas de Manuel García Viñó, “La cabellera de Berenice”, Ediciones de la Isla de Siltolá“. Coincidía con la clausura, al día siguiente, de la exposición antológica de Pepi Sánchez, su mujer.

Fui invitado por la familia para hablar sobre Manolo con quién, además de unirme una profunda amistad, colaboré en su “libelo” de crítica La Fiera Literaria. Tras disertar Javier Almodóvar sobre el libro que se presentaba y sobre la obra poética del autor, se me cedió la palabra. Pude recordar lo que más nos unió, la heroica tarea de denunciar, a través de La Fiera, lo que los grandes grupos editoriales estaban haciendo en contra de la cultura: inventar y endiosar escritores de una mediocridad a toda prueba, los más de los cuales que ni siquiera conocen las mínimas reglas de la redacción.

Sin embargo, a un tiempo sentí una cierta vergüenza por mi “traición a la causa”. Si bien siempre tuve un gran aprecio por Pepi, no conocía casi su obra y, lo peor, nunca me preocupé en conocerla. Y de repente me hallo ante una obra monumental, una pintora de un oficio y una calidad extraordinarias.

¿Qué prejuicio me movía a ello? ¿Acaso me envenené con mi propio veneno, al despreciar algo que no conozco? ¿Me dejé engañar por su extrema humildad, ese afán suyo de querer estar sin que se notase? Pepi, que debería estar en las primeras filas de la pintura española, me demostró lo que tantas veces hablamos con Manolo: la fama no se hace con talento, sino en los saraos.