La Huelga General del País Valenciano: un éxito rotundo

La Huelga General del País Valenciano: un éxito rotundo
Fotografía de Acord Social Valencià

Por Vicent Maurí Genovés*

Esta huelga marca un antes y un después. No sólo en la respuesta a la gota fría, sino en la lucha social y sindical del País Valencià. Ahora se abre un tiempo de valoración y reflexión colectiva para seguir avanzando juntas. Un camino que nos lleva a una fecha clave: el primer aniversario de la DANA, el 29 de octubre de 2025…

«La solidaridad es la ternura de los pueblos»

Esta frase de la poeta nicaragüense Gioconda Belli resume con precisión el sentido profundo de la Huelga General del País Valenciano del pasado 29 de mayo, convocada por Intersindical Valenciana, CGT, CNT y COS. Una huelga que nació de la voluntad de numerosas personas y colectivos afectados por la DANA, pero también de otros muchos sectores de la sociedad valenciana que reclamaban una respuesta colectiva ante la pasividad institucional del Consejo de la Generalitat, el desmantelamiento de los servicios públicos, la precariedad laboral y unos presupuestos para 2025 claramente antisociales.

Fotografía de Acord Social Valencià

Los sindicatos de clase, con el apoyo de Acord Social Valencià y de un amplio abanico de entidades sociales, dieron un paso valiente y necesario: convocar la primera Huelga General de obediencia valenciana de nuestra historia reciente. No fue una decisión sencilla, pero sí imprescindible. Y ahora, con la perspectiva del tiempo, podemos afirmar que fue un acierto rotundo.

Es de justicia reconocer la determinación, el coraje y el enorme esfuerzo de las direcciones sindicales, de la militancia y de la afiliación de Intersindical Valenciana, la Confederación General del Trabajo, la Confederación Nacional del Trabajo y la Coordinadora Obrera Sindical. «¡Qué grandes son los sindicatos minoritarios!», se ha escuchado en todas partes. Y es cierto. Han hecho lo que otros, que se presentan como «agentes sociales», no han querido o no han sabido hacer en más de cuarenta años de autogobierno.

Fotografía de Acord Social Valencià

Han roto el falso mito de que no se puede convocar una huelga general sin el concurso de todos los sindicatos. El 29 de mayo no fue sólo una huelga laboral: fue una huelga social y ciudadana, construida desde abajo, de forma participativa, asamblearia y autogestionada. Sin tutelas, con plena autonomía y al servicio del clamor popular.

Esta convocatoria ha tejido complicidades y fortalecido los lazos entre los colectivos más dinámicos, combativos y comprometidos de nuestro país. Ha demostrado que cuando la gente se organiza es capaz de marcar rumbo y abrir camino.

Fotografía de Acord Social Valencià

Un camino que lleva décadas recorriendo nuestro pueblo y que tuvo un punto de inflexión con la DANA (depresión aislada en niveles altos) del 29 de octubre de 2024 y con la nefasta y negligente gestión del Consell. La ciudadanía se movilizó masivamente para socorrer a las poblaciones afectadas, recibiendo también la solidaridad de pueblos de todo el Estado, de Europa y de otros continentes. Una demostración inmensa de ternura y de indignación, como se evidenció en la gran manifestación del pasado 9 de noviembre.

Desde entonces, se ha producido un trabajo incansable en las zonas afectadas: movilizaciones, exigencia de reparación y justicia, constitución de un Acuerdo Social Valenciano y de los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y un llamamiento persistente a la dimisión del máximo responsable político de la mala gestión: Carlos Mazón. No puede liderar la reconstrucción quien ha sido incapaz de cumplir con su deber.

Fotografía de Acord Social Valencià

La Huelga General se inscribe en este proceso de movilización social y laboral. Una convocatoria necesaria y oportuna para reclamar inversiones reales para la reconstrucción poniendo a las personas y colectivos afectados en primera línea; por exigir medidas efectivas contra la pobreza y la precariedad; por defender los derechos laborales, sociales y económicos; para garantizar el acceso a los bienes comunes ya los servicios públicos; por rechazar la mercantilización de la sanidad, la educación y la protección social; para reclamar una ocupación y una vivienda digna; y para mejorar la vida de las trabajadoras y trabajadores y del conjunto del pueblo valenciano. También por exigir, con toda la fuerza, la dimisión de Mazón y la asunción de responsabilidades.

La huelga ha sido un éxito en múltiples dimensiones: por la convocatoria y organización, por el arraigo territorial, por la participación -especialmente en las manifestaciones-, por poner en la agenda sus reivindicaciones, por su proyección mediática, por la repercusión estatal e internacional, y por haber avanzado en la construcción de un espacio de unidad sindical, social y popular. Un éxito además a pesar de los intentos de desmovilización y la represión injustificada sufrida durante la jornada de huelga.

Fotografía de Acord Social Valencià

La repercusión estatal fue notable, con concentraciones de apoyo en ciudades como Madrid, Valladolid, Mérida, Murcia, Lleida, Zaragoza o Barcelona. La convocatoria también ha contado con la adhesión y apoyo explícito de la práctica totalidad del sindicalismo de clase alternativo del Estado español, así como de numerosos movimientos sociales y políticos comprometidos con la justicia social, la defensa de los servicios públicos y la solidaridad entre pueblos. Además, ha trascendido internacionalmente: se han recibido muestras de apoyo de sindicatos y organizaciones de América Latina -como de Argentina, Brasil, Uruguay, México, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú, Chile o Cuba- y también de Europa -Francia, Portugal, Italia, Suiza, Alemania…-, así como de redes. Sólo los de siempre han preferido callar o, lo que es peor, distorsionar la realidad e intentar boicotear el proceso de movilización.

Esta huelga marca un antes y un después. No sólo en la respuesta a la gota fría, sino en la lucha social y sindical del País Valencià. Ahora se abre un tiempo de valoración y reflexión colectiva para seguir avanzando juntas. Un camino que nos lleva a una fecha clave: el primer aniversario de la DANA, el 29 de octubre de 2025. Una jornada que debe ser de memoria, de movilización y de lucha, para recordar a las víctimas y las personas afectadas, pero también para hacer de la solidaridad un grito organizado. Porque, como nos enseñó Gioconda Belli, la solidaridad es, efectivamente, la ternura de los pueblos.

* Activista social, pensionista, sindicalista, País Valenciá.
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