La Iglesia seguirá sin pagar el IBI
Por Cristina Ridruejo*. LQSomos.
Leo atónita el titular de hoy (las cursivas son mías): el gobierno “acuerda con la Conferencia Episcopal que la Iglesia pague dos impuestos de los que estaba exenta”. Mi estupor aumenta con el subtítulo: “La Iglesia renuncia a las exenciones fiscales sobre el impuesto de Contribuciones y sobre el de Construcciones, Instalaciones y Obras pero no a la del IBI”.
La Iglesia “renuncia”. ¡Qué buena es Iglesia Católica SA!
De nuevo nos están intentando vender como positivos, incluso como conquistas que rebajan los privilegios de la multinacional católica, noticias que son exactamente lo contrario. Iglesia Católica SA seguirá exenta de pagar el impuesto más cuantioso, que es el IBI.
Basta con leer atentamente la noticia para darse cuenta de por dónde cojea. Dice que el Ministerio y la Conferencia Episcopal “han alcanzado un acuerdo“. Un acuerdo que se alcanza tras negociaciones, como cualquiera puede imaginar, consiste en que cada parte cede algo a cambio de otra cosa. Aquí nos están contando que Iglesia Católica SA cede… ¿pero a cambio de qué? Hay una omisión palmaria. ¿O es que los obispos se levantaron un buen día pensando: “voy a pedir que me cobren, que ya está bien de robar”?
La multinacional católica renuncia a la exención de ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras) y Contribuciones Especiales a cambio de mantener la exención del IBI, que es precisamente la cuenta grande y lo que la sociedad civil reclama que pague.
Pero además está claro que el gobierno le ha pedido un gesto a cambio del grandísimo favor que le hizo hace unos meses, cuando ratificó 34.000 de los 35.000 bienes inmatriculados ilícitamente por Iglesia Católica SA, mientras nos vendía como un triunfo haber cuestionado un ínfimo millar de bienes. Ocurrió en 2022 lo mismo que ahora: los titulares repetían que Iglesia Católica SA devolvería unos 1000 bienes, pero la auténtica noticia era que el gobierno legalizaría su apropiación ilícita de 34.000 bienes, incluyendo viviendas, cementerios, solares, instalaciones deportivas, parques, plazas de garaje y por supuesto templos.
Lo de hoy son migajas en comparación con aquel regalo y con la exención del IBI. Ya lo dije respecto a las inmatriculaciones y no puedo hacer otra cosa que repetirlo: nos toma el pelo la multinacional católica y nos toma el pelo el gobierno.
– Ilustración de Eneko
– Inmatriculaciones: comulgar con ruedas de molino
– El Gobierno acuerda con la Conferencia Episcopal que la Iglesia pague dos impuestos de los que estaba exenta
* Miembro del colectivo editorial LoQueSomos
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