La República como alternativa; dejar de cavar nuestra propia tumba

La República como alternativa; dejar de cavar nuestra propia tumba

Por Enriqueta de la Cruz*. LQSomos.

Para conocer cómo nos la lían no necesitamos periodistas a millón en la tele pública que nos expliquen el nuevo orden pretendido, que se tiren un programa prime time contándonos bobadas y cómo vamos a pasarlo canuta..

En este mes de abril que empieza lluvioso de orín y desolado, embarrado del lodo de la guerra, la corrupción generalizada de la política, la traición al pueblo saharaui, la crisis económica rotunda, la pasividad de los sonámbulos que tragan la papilla pútrida de la tele, de las redes, como si fuera un manjar…

En este mes de abril de mentiras y manadas, de ausencia de izquierda organizada, los hombres y mujeres honorables debemos detenemos que recordar alternativas, aprender lo que supimos, como dijera Max Aub y transmitírselo a nuestros jóvenes: preñarlos de esperanza, decirles la verdad: que sí existen; que hay que fortalecerse, reaccionar, despertar, pensar, actuar, defender la vida. Que va a ser duro, que necesitamos sus cuerpos fuertes y sus cabezas ya liberadas de engaños y trampantojos, de adicciones, de trampas.

Les debemos apoyo en este fortalecimiento. Porque les hemos dejado pasar al enemigo muerte hasta su mente y más allá, hasta destruirlos con tontadas, concesiones, sobreprotección hollywoodiense, silencios, oropeles. Les hemos dejado entrar hasta nuestras alcobas, hasta nuestras cocinas, hasta nuestro propio perecer por el desprecio de los mal educados, de los trepas, de los fantoches a los que hemos encumbrado cuan Papá Goriot (Balzac)…. Nos hemos traicionado, les hemos traicionado sin contradecir la voluntad del poder más sucio. Y hay que cambiar el rumbo: Olvidar a esos. Y crear.

Resulta que tenemos un modelo, tenemos unos valores, tenemos un referente, tenemos una alternativa: El proyecto inconcluso: La II República española. Hoy ya no es cualquier república la que reclamamos. No la de los hijos de Soros que están saliendo poco a poco de su disfraz para quedar con el culo al aire como fantoches incitadores del odio. No la de los cobardes que describiera Miguel Hernández en su magnífico poema así titulado. Esos de “corazón de liebre” y entraña de gallinas que se esconden en su hábil juego de oportunistas detrás de nombres ilustres, héroes del pueblo, enterezas y vitalidades generosas con el género humano.

Tenemos La Enciclopedia, la Ilustración, La Comuna, el pensamiento, los valores de la Vida de pensadores como Marx, sí, Marx, como Rousseau; a literatos de enseñanza como Thomas Mann. Tenemos “La Montaña Mágica” y dioses que nos mostraron ya muertos porque somos nosotros ¡oh, hombres!, los que tenemos que ayudarnos a nosotros mismos (ya habló Beethoven). Tenemos el ejercicio de la libertad de expresión al que no podemos renunciar, tenemos la Memoria y la Historia, la civilización europea, aquello que Manoel de Oliveira nos muestra en “Un film falado”, esa posibilidad que aún puede ser para no sucumbir en la orgía terrorista. El Himno de la Alegría, los Derechos Humanos, el recuerdo sangriento de La Guillotina tras el aplastamiento por hambre del pueblo; el recuerdo de la Liberación de Europa del nazismo por parte de nuestros abuelos; tenemos el camino que nos hace, el de Machado, a Lorca con su premonitorio “Poeta en Nueva York” donde nos describe la ruina que es ya Wall Street, el cieno pantanoso, “La ciénaga definitiva” que describiera también Giorgio Manganelli, la “Operación Masacre” de Rodolfo Walsh… para aprender…

No tenemos por qué inmiscuirnos en esos nuevos telones de acero que nos imponen, somos internacionalistas, el mundo es de todos y lo queremos compartir con otros, enriquecernos con la mezcla (estrella de cinco puntas, Primera Internacional, sin fóbicos separadores de pueblos, generadores de odio que deberían viajar más, y estudiar algo, salir de su rancho y de su aldea y entender que hay vida más allá de ellos; grandes posibilidades). No tenemos que inmiscuirnos en la oscuridad que representan los matones avarientos, el Tío Gilito que nació con el genocidio de indios y va a morir en un baño de sangre en el que nos prepara como víctimas propiciatorias, como tributo a su dios verde y piramidal (arriba los elegidos, los que se salvan, los que tienen derecho a comer, a los avances próximos, a dictar; los que lanzan el corazón europeo, mundial a las bestias).

Está preparada la mesa de sacrificios en el Parco dei Mostri para que las grandes familias puedan comernos. Les gusta su Apocalipsis. A nosotros, no. Y debemos conocerles de raíz, cortar sus pútridas raíces. Optar por nuestra juventud, explicarles, formarles, y que tomen las riendas de su futuro. Desengancharles, apoyarles, sí. Y confesarles nuestros espejismos rotos, romperlos más, ser consecuentes. Hay que optar y estar al lado de los que van a fortalecerse a base de golpes. No tengamos cuidado de quedarnos en minoría (es otro espejismo que nos quieren imponer). A ser señalados como el maestro de “La lengua de las mariposas” por los zombis paralizados por el miedo, por esos que mueren arrodillados, con los que ni el poder cuenta. Al propio Sánchez le apartan luego de poner el culo y la cama. Dicen los ridículos periodistas de tres al cuarto que le habrán dado concesiones a España. A quien hacen puta los puteros, y a estos, lo que le dan es la patada, la muerte, no concesiones.

Saber y frenar lo que pretenden

El nazismo avanza sin freno y no augura nada bueno la operación bajada de pantalones del Gobierno ante el imperio anglo-norteamericano, amo y señor nuestro (de ellos, más). Ni es presentable, confiable, aceptable la pasividad de facto de los miembros del Ejecutivo que dicen “enterarse por la prensa” de la traición del equipo Sánchez, es decir, como los cornudos, pero que no toman cartas en el asunto, es decir, como los cornudos consentidores.

El Gobierno, junto con la operación de remodelación del PP bien orquestada por quienes manejan ya los preparativos electorales, están sirviendo de alfombra roja al ascenso y entronización de la extrema derecha que más temprano que tarde se aplicará en una vuelta al pasado y en la radicalización, en la represión brutal ante las justas protestas que se acelerarán a consecuencia del disparate de sumirnos en un empobrecimiento en escalada exponencial sobre el que ya padecíamos. Un empobrecimiento no sobrevenido, sino provocado absolutamente, cerrando las vías de suministros (como la de Argelia en el gas con la maniobra de sometimiento al rey de Marruecos: aquí nos gusta coleccionar reyes y lo que conllevan).

Estados Unidos y sus socios angloparlantes, protestantes, puritanos, esos chicos Skull and Bones (calavera y huesos) han ganado la primera partida: Europa raptada por sus ansias de poder y dinero (la de los que nos pretenden dar la puntilla), pagadora de sus crisis, ahora comandada para que se rearme con su presupuesto raquítico que ya no podrá destinar a salud, educación, desarrollo, investigación, trabajo productivo, cultura y, por supuesto, a un modelo con las señas de identidad de sus pueblos más cultos y a la parte civilizatoria que históricamente tuvo en etapas precisas.

Los anglo- norteamericanos nos abocan a pagar la factura de la carnicería que han provocado, de la crisis humanitaria, de la enemistad con los pueblos hermanos, de la irresponsabilidad que hemos tenido al seguirles ciegamente como esclavos de su colonización manipuladora y mentirosa, aniquiladora de vidas y cerebros, sin jamás darles el stop. Hemos contribuido a fortalecer su músculo contra nuestros propios intereses y los intereses incluso de la libre competencia.

Estamos ayudando a vencer a nuestros amigos para que ellos puedan después hundirnos más fácilmente (lo que quede de nosotros). Como recientemente rezara una famosa periodista de la tv china refiriéndose a lo que EE.UU. les había propuesto y que es justamente lo que ellos rechazaron pero nosotros estamos aceptando. Estamos ayudándoles a cavar nuestra propia tumba sin que vayan a parar de exigirnos más y más.

La perspectiva inmediata ahora para Europa, en una pinza terrible de destrucción es: crisis-revueltas-fascismo represor. Luego ya se verá. Son los planes. España puede ser troceada en esta carnicería, repartida y desaparecer de hecho. Si no se reacciona. Es el ascenso financiado de los nazis, la vuelta a una sociedad del silencio, el trágala, la censura, el señalamiento al pensamiento crítico, la exterminación selectiva biológica; es pobreza y exclusión, crisis de todo tipo, la eugenesia, el conservadurismo más rancio por acción y reacción (vuelta a las religiones, prevalencia de falsos “valores” ya superados, anti libertad, misoginia, patriarcado, orden medieval, nacionalismos, cruzadas, fronteras, alienación y totalitarismo explotador desde el hogar hasta la cúspide y viceversa, etc.). Si no reaccionamos.

Los imperios, los capitalismos, tienen su plan A y su plan B, compran las voluntades y rinden las mentes por miedo, conductismo social, lavados de cerebro, mensajes sentimentales frente a la racionalidad… Tienen la marca registrada suprema, fetén, y la marca blanca; tienen de su mano la socialdemocracia aquella nacida precisamente para aplastar el avance socialista y al falso comunismo domesticado tras las dos Grandes Guerras junto a los populismos de los chicos de las revoluciones de colores perfectamente entrenados para la posverdad y la postmodernidad, esos inventos para tontos. Provocación y la reacción comprada: los próximos movimientos populistas, fascistas, supuestamente izquierdismo… Lo han preparado bien.

Para conocer cómo nos la lían no necesitamos periodistas a millón en la tele pública que nos expliquen el nuevo orden pretendido, que se tiren un programa prime time contándonos bobadas y cómo vamos a pasarlo canuta; no necesitamos a una ministra verborreica decirnos que habrá más paro para que ella ande calentita. Necesitamos alternativas y gestores que las promuevan. Y despedir a los ineptos, desnudar quiénes pagan realmente su nómina gruesa.

No podemos seguir soportando tanto memo, gente sin altura ni preparación mínima, la voz de su amo, o escuchando a algunos aquello de que la derechona, el jesuitismo de Feijóo es la solución. ¿Han olvidado la Inquisición, las Coronas y la ruina que han traído, el Bienio Negro, la Guerra genocida, la Dictadura, “La Araña Negra” (Blasco Ibañez), a la mujer en casa y con la pata quebrada, la España gris, cateta, salida, que arrastramos? Pues ni aunque se tapen con otra careta… Hay que espabilar a los imbéciles. Dejar de aceptar diagnósticos de las fugas de agua sin poner remedio, no avanzar ni acompañar en las gilipolleces. Y menos, soportar a quienes rompen más y más la tubería, provocando nuevas fugas en nombre de unos peliculeros que desde allende los mares nos acogotan sin fin, compran títeres y nos aplastan con descaro.

Botar a quienes nos venden

Ningún gobierno está votado, legitimado por el pueblo, para, incumpliendo las resoluciones de la ONU, del derecho internacional, amparar al sátrapa marroquí en lugar de cumplir nuestras obligaciones con las personas que llevan más de 40 años en el desierto chupando arena, como tampoco para amparar a reyes corruptos haciéndoles de escudo humano; para meternos en una guerra, para enviar armas contra seres humanos, para enemistarnos con quienes pudieran ser nuevos socios económicos abaratando costes; para cagarse en la memoria histórica invitando famosos a festines absurdos y sorteando a las víctimas, para dar carpetazo a crímenes lesa humanidad; para expandir el bulo, el odio, las fobias, para dar entrada a quienes quieren hacer de nosotros otra Ucrania empobrecida y alfa-macha-facha, con orfanatos por doquier, vientres pobres de alquiler, prostíbulos al sol, meaderos turísticos y corredores de droga y adicciones mil.

Resulta que están estableciendo una ley de tapadillo contra leyes más elementales del mercado (que dicen proteger) para comprar más caro lo podríamos tener más barato, para empobrecer al pueblo, para desabastecerlo y que sufra; resulta que nos están manipulando para que muramos sin un ay. Resulta que están estableciendo quiénes son las personas a las que dar trabajo y las que deben quedar fuera, unas son “crisis humanitarias” y otras son crisis que provocan y a esos humanos se les da de lado como si fueran polvo sahariano que sacudirse… Dictan lo que tenemos que pensar, financiar, sufrir, hablar, ayudar o matar.

Los medios de comunicación están imposibles. Hay que buscar alternativas formativas e informativas, constructoras del yo y del otro; dejar que paran sus mentiras y se las coman y les envenenen a ellos. Hay que pensar constantemente. Hoy, hasta el “OTAN, no” lo tienen descontado en Bolsa, les puede favorecer esta protesta incluso, pues buscan otra alianza militar europea que no tengan que pagar pero que nos cargue la mente y el bolsillo de economía de guerra. Y necesitan gente en la calle que lo pida para después concedérnoslo y que nos apañemos con una nueva fórmula igual de letal para la clase obrera e igual de teledirigida por ellos en la sombra. No nos podemos fiar de cualquier cosa…

Hay que abrir los ojos, las orejas, hay que hablar y confrontar antes de que nos metan en el tren para ese “largo viaje” que pretenden, ese que describiera Jorge Semprún hacia el horno crematorio avivado con dólares por una mano que mece la cuna a miles de kilómetros desde mandos centralizados. Antes de que la estatua de la libertad se la encuentren los monos supervivientes, antes de que nos inmolen porque ellos mismos se están ahogando.

Reaccionemos. Y no habrá búnkeres donde puedan esconderse los asesinos, ni esconder su vergüenza.

Salud, libertad.

– Fotomontaje de cabecera de Russeus
* Enriqueta de la Cruz, periodista, escritora
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