La soberanía alimentaria llegará del mar

La soberanía alimentaria llegará del mar
Algunas teorías sobre el poblamiento de las Islas Canarias hablan del establecimiento de factorías para el procesado de productos marinos desde los siglos IX y VIII AC, primero vinieron los fenicios, y con posterioridad los cartagineses y los romanos.
 
Todos vinieron por lo mismo; aprovechar los ingentes recursos marinos que nuestras aguas ofrecían, los tintes obtenidos de gasterópodos marinos para hacer el color púrpura (de ahí el nombre de Islas Purpurarias con el que Plinio el Viejo las denominó), y los túnidos, abundantes todo el año y del que aprovechaban su carne salada y seca para el consumo y su cabeza y vísceras para fabricar “garum” un condimento culinario enormemente apreciado y, por lo tanto demandado, en todo el Imperio Romano.
 
Es más, hasta el nombre de las Islas Canarias, que deriva de los perros que supuestamente describió Plinio cuando dijo..…..“Que la más cercana a esta (Fuerteventura) se llama Canaria por la cantidad de canes de enorme tamaño, de los cuales le trajeron dos a Juba”… Se refiere a un recurso marino, ya que en realidad los canes a los que se refería era un recurso pesquero muy apreciado en la antigüedad por su piel, su grasa y su carne; La foca moje, o como se le conocía en esa época lobos “o perros” marinos.
 
Las cosas han cambiado mucho desde entonces, hoy en día, la importancia que se le da a los recursos pesqueros en Canarias es baja. Esto puede ser debido a que la contribución de la pesca al PIB de las Islas es menor del 0,2% no llegando, si incluimos la agricultura y la ganadería, ni al 1%, pero también puede estar debido a la falta de arraigo de esta actividad en la sociedad canaria de “nuevos ricos” donde menos de 500 personas en Tenerife se dedican profesionalmente a trabajar en el mar tanto en la pesca como en la acuicultura pero hay más de 40.000 pescadores recreativos que pescan desde tierra o desde embarcaciones y esto es, desde mi punto de vista, un grave error que debemos comenzar a corregir.
 
A pesar de todos los estragos que el ser humano le ha ocasionado, el medio marino sigue siendo tremendamente generoso, apuntarse un dato, en el año 2012 en Canarias se capturaron y se comercializaron casi 8.500.000 kilos de pelágicos costeros, de los que más de 6.300.000 kilos fueron de diferentes especies de túnidos. De todos estos atunes la mayoría fueron enviados a las fábricas conserveras del norte de España y Portugal. Esto está bien, la contradicción se genera al comprobar que el primer producto pesquero consumido en Canarias es… El atún de lata.
 
Algo parecido ocurre con otros recursos pesqueros mal aprovechados y gestionados, como puede ser el caso de las caballas, la melva, las sardinas y de forma más estacional, las potas y calamares del alto por cuya explotación ya se han interesado flotas de otros países.
 
Además una intensificación controlada de la explotación de recursos pesqueros pelágicos como los que he descrito permitiría una reducción del esfuerzo pesquero sobre los recursos bentónicos litorales (los más cercanos a tierra y ligados al fondo) lo que unido a una política de creación de grandes Áreas Marinas Protegidas garantizaría el suministro de pescado y marisco de calidad en nuestras costas.
 
Otra cuestión, para mi, de vital importancia, es la apuesta por los cultivos marinos de calidad en nuestras aguas, priorizando la producción ecológica de peces en el mar, los ciclos combinados con cultivos hidropónicos en tierra y los cultivos de macroalgas y microalgas para derivados cosméticos, para alimentación animal y humana y para la producción de biodiesel lo que también contribuiría a aproximarnos a la soberanía energética.
 
Creo que apostar por una acuicultura ecológica, moderna y responsable es apostar por la Revolución Azul, hay que despojarse de los perjuicios, muchas veces injustificados, que tenemos sobre esta actividad, que es mucho más que la cría de doradas y lubinas en jaulas flotantes, y aprovechar las ingentes oportunidades laborales, de investigación y desarrollo, tecnológicas y alimentarias que nos puede ofrecer la acuicultura en aguas Canarias.
 
En definitiva, los recursos pesqueros de Canarias están mal gestionados, mal explotados, mal valorados y tremendamente mal comercializados, es hora de cambiar. El mar nos ofrece la oportunidad de crear miles de puestos de trabajo, generará riqueza si lo aprovechamos de forma responsable y puede contribuir, de una forma decisiva, a aproximarnos a la necesaria soberanía alimentaria para nuestras Islas.
 
* Publicado en “Sí se puede”

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