La violencia y el acoso en el trabajo afectan a más de una persona de cada cinco

La violencia y el acoso en el trabajo afectan a más de una persona de cada cinco

Por Eduardo Camín*. LQSomos.

La primera encuesta mundial sobre experiencias de violencia y acoso en el trabajo tiene por objetivo brindar una mejor comprension y conocimiento de un problema que tiene origen en factores económicos, sociales y culturales complejos

Más de una de cada cinco personas empleadas (casi 23 por ciento) ha experimentado violencia y acoso en el trabajo, ya sea en forma física, psicológica o sexual, según un nuevo análisis conjunto, el primero de este tipo, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Lloyd’s Register Foundation (LRF) y Gallup.

Experiencias de violencia y el acoso en el trabajo: Primera encuesta mundial proporciona una visión sobre la magnitud del problema y sus diferentes formas. Además, analiza los factores que pueden impedir a las personas hablar sobre sus experiencias, como la vergüenza, la culpa, la falta de confianza en las instituciones, o porqué este tipo conductas inaceptables son consideradas “normales”.

El informe constató que la violencia y el acoso en el trabajo son difíciles de medir, ya que sólo la mitad de las víctimas a nivel mundial ha revelado sus experiencias a otras personas y, con frecuencia, sólo cuando han sufrido más de una forma de violencia y acoso. Las razones más comunes de reticencia son “pérdida de tiempo” y “temor por su reputación”. Las mujeres eran más propensas a compartir sus experiencias que los hombres (60,7 frente a 50,1 por ciento).

A nivel mundial, 17,9 por ciento de las mujeres y hombres asalariados respondieron que habían sido víctimas de violencia y acoso psicológico durante su vida laboral, y 8,5 por ciento que habían enfrentado violencia y acoso físicos, los hombres en mayor número. De los encuestados, 6,3 por ciento informó que había enfrentado violencia y acoso sexuales, siendo las mujeres las más expuestas.

Los grupos con mayores probabilidades de verse afectados por diferentes tipos de violencia incluyen a los jóvenes, trabajadores migrantes y mujeres y hombres que ocupan un empleo remunerado y asalariado. Las mujeres jóvenes tenían el doble de probabilidades que los hombres jóvenes de haber enfrentado violencia y acoso sexuales, y las mujeres migrantes casi el doble de probabilidades que las no migrantes de declarar que habían sido víctimas de violencia y acoso sexuales.

Más de tres de cada cinco víctimas informaron que habían experimentado violencia y acoso en el trabajo múltiples veces y, para la mayoría, el más reciente episodio había tenido lugar durante los últimos cinco años. “Es doloroso saber que las personas enfrentan violencia y acoso no sólo una vez sino muchas veces durante su vida laboral”, declaró Manuela Tomei, Subdirectora General del Nodo de Gobernanza, Derechos y Diálogo de la OIT.

“La violencia y el acoso psicológicos son los más predominantes en todos los países, y las mujeres están particularmente expuestas a la violencia y el acoso sexuales. El informe nos habla sobre la magnitud de la tarea que tenemos por delante para poner fin a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Espero que este estudio acelere las acciones sobre el terreno y hacia la ratificación e implementación del Convenio núm. 190 de la OIT”, añadió.

El Convenio sobre la violencia y el acoso, de 2019, y la Recomendación sobre la violencia y el acoso de la OIT, son las primeras normas internacionales que proporcionan un marco común para prevenir, reparar y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, incluida la violencia y el acoso basados en el género. Contiene el reconocimiento específico, por primera vez en la legislación internacional, del derecho de todos a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, y establece la obligación de respetar, promover y asegurar el disfrute del mismo.

Andrew Rzepa, de Gallup señaló que “durante demasiado tiempo, las empresas y organizaciones han ignorado la violencia y el acoso en el trabajo o no han querido combatirlos. Este conjunto de datos proporciona una base de referencia que todos podemos utilizar para hacer un seguimiento de los tan necesarios progresos en esta cuestión de seguridad vital”.

“Para hacer frente a desafíos de seguridad mundiales tan difíciles y enraizados, como la violencia y el acoso en el trabajo, es fundamental disponer de datos fiables a fin de comprender la dimensión del problema e identificar a las personas que están expuestas a mayores riesgos, sobre todo en los lugares donde existían pocos datos confiables”, afirmó por su parte Sara Cumbers, Directora de Evidence and Insight de la Lloyd’s Register Foundation.

El informe formula una serie de recomendaciones, entre ellas:

Recopilación regular de datos sólidos sobre la violencia y el acoso en el trabajo a nivel nacional, regional y mundial, a fin de informar las leyes y los mecanismos, las políticas y los programas de prevención y reparación, así como la investigación y la promoción.

Ampliación y actualización de los mecanismos dirigidos a prevenir y gestionar la violencia y el acoso en el lugar de trabajo de manera eficaz, incluyendo a través de los sistemas de inspección laboral y de las políticas y los programas sobre seguridad y salud en el trabajo.

Sensibilización sobre la violencia y el acoso en el trabajo, incluidas sus diferentes manifestaciones, con miras a modificar las percepciones, los estigmas, las actitudes y conductas que pueden perpetuar la violencia y el acoso, sobre todo aquellos basados en la discriminación.

Mejora de la capacidad de las instituciones en todos los niveles a fin de ofrecer prevención, reparación y apoyo eficaces, para fortalecer la confianza de las personas en la justicia y garantizar que las víctimas reciban apoyo.

El estudio de la OIT-LRF-Gallup se basó en entrevistas realizadas en 2021 a cerca de 75.000 personas empleadas mayores de 15 años en 121 países y territorios, como parte de la Encuesta Mundial de Riesgo de la Lloyd’s Register Foundation.

Claroscuros del sistema capitalista

Nos despertamos y el mundo nos sorprende enredado en la posibilidad de algo peor. Cada informe internacional de los organismos de la ONU, en líneas generales actúa como un mecanismo de denuncia. Nos advierte de una realidad y genera un mecanismo jurídico en forma de Recomendación hacia la adopcion de un Convenio, posteriormente ratificado o no por los Estados miembros.

Es obvio que desde hace mucho tiempo estos temas, acuden frecuentemente al debate en la OIT, no obstante el abordaje para su resolución se vuelca más hacia la transformación de los principios morales y de la conductas éticas.

Pero este diálogo de alto nivel se transforma hacia una dicotomía entre los hechos y las palabras. A pesar de que somos concientes que el arte de narrar es tan antiguo como la humanidad, pasando de las leyendas populares a las normas de buena educación de los relatos históricos y las leyes.

Adquieren un valor especial los informes sobre diferentes temas que implican un conjunto de teorías intuitivas relacionadas con el funcionamiento de la humanidad. La perpectiva o el enfoque de la violencia es una categoría de análisis de los hechos e instituciones sociales que inciden en el examen de las relaciones entre poder, sexo y género, sus distintas manifectaciones y los procesos a través de los cuales se originan, reproducen y se transforman.

La violencia y el acoso en el trabajo adoptan diversas formas y causan un perjuicio físico, psicológico, sexual o económico. Es claro que el Convenio numero 190 – de eso se trata- exhorta a todos los Estados Miembros de la OIT a erradicar del mundo del trabajo la violencia y el acoso en todas sus formas. Pero visto lo visto, no habría que conformarse solo con eso.

No se debe olvidar que la relación entre el Estado capitalista y sus instituciones benefician la legitimación de la violencias machistas, ya sea a través de las reformas laborales y los recortes de sanidad, educación y leyes de dependencia, que se suman a las ofensivas que defienden el papel de la mujer como ama de casa y cuidadora dentro del hogar.

Y todo esto -recortes y roles de género- también beneficia al sistema con el ahorro de las tareas domésticas y de cuidados, es decir el trabajo de reproduccion del trabajo, que llevan esencialmente las mujeres dentro de los hogares y que es indispensable para el mantenimiento de la fuerza de trabajo de la que se nutre el capitalismo.

Por eso es necesario mostrarse cautos frente a la parafernalia de Convenios. En este sentido creemos que los convenios vinculantes avalados por los Estados pueden servir …. siempre que se apliquen.

La crisis provocada por la Covid-19 puso en evidencia la vulnerabilidad en la que viven más de 800 pueblos indígenas en América Latina, y replanteó el desafío de lograr una mejor cobertura de los sistemas de protección social en toda la región, destacó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“La crisis ha afectado desproporcionadamente a los pueblos indígenas, poniendo de relieve las barreras preexistentes a que dichos pueblos se enfrentan en el acceso a la atención de salud y a la seguridad social”, dice un nuevo informe elaborado por la Oficina Regional de OIT, al señalar que ésto ha sido “consecuencia de la discriminación y marginación histórica”.América Latina: Baja protección social e invisibilidad estadística aumenta vulnerabilidad de 55 millones de personas indígenas

“Las brechas preexistentes en el acceso a la protección social han colocado a estos pueblos en una situación de mayor vulnerabilidad enmarcada en el contexto pandémico”, añade.

El documento titulado “Panorama laboral de los pueblos indígenas en América Latina: La protección social como ruta hacia una recuperación inclusiva frente a la pandemia de Covid-19 ” presenta un panorama sobre las características socioeconómicas de los pueblos indígenas en América Latina y el estado de su acceso a la protección social.

El documento resalta que en la región hay casi 55 millones de mujeres y hombres indígenas, representando el 8,5 por ciento del total de la población latinoamericana y advierte que “hay tendencias globales que se reproducen en la región, como la sobrerrepresentación de los pueblos indígenas en la economía informal y entre los más pobres, el bajo acceso al trabajo decente, así como los obstáculos a su acceso a la educación y a la participación política”.

á í é – Agenda MineraDestaca que entre los pueblos indígenas se está produciendo una tendencia importante, como es el crecimiento de la población que vive en centros urbanos. Aproximadamente el 52 por ciento de la población indígena vive en zonas urbanas y el 48 por ciento vive en zonas rurales.

La migración hacia zonas urbanas está impulsada por la búsqueda de mejores oportunidades de generación de ingresos y también por factores impulsores como el despojo de tierras, el cambio climático, el deterioro ecológico, los desplazamientos debido a conflictos y violencia, entre otros.

Con respecto a la situación en el empleo, datos de la OIT demuestran que un 85 por ciento de las mujeres y hombres indígenas en América Latina y el Caribe están ocupados en la economía informal, muy por encima de la tasa de alrededor de 50 por ciento para la población ocupada en general.

Los trabajadores indígenas tienden a ser más autoempleados y trabajadores familiares no remunerados que el resto de la población. El 16 por ciento de los indígenas en edad de trabajar están en el trabajo familiar no remunerado, el porcentaje para sus contrapartes no indígenas es del cuatro por ciento. Además, América Latina es la región con la mayor brecha de ingresos laborales. Los salarios indígenas equivalen a un 33 ciento de los que perciben los no indígenas.

Los datos recopilados por la OIT provienen de las encuestas de hogares de los países. Aún así, de los 18 países de América Latina y el Caribe que disponen de información de encuestas de hogares y empleo, solo ocho cuentan con información étnica de las personas, indagando sobre su pertenencia a pueblos indígenas, a saber, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Panamá y Perú.

La OIT considera que esto genera una situación de “invisibilidad estadística”, que constituye “el primer peldaño dentro de una secuencia de tratos no igualitarios que pueda recibir este segmento de la población”. Al no estar representados en las estadísticas oficiales es más difícil incluirlos dentro de los indicadores de metas de desarrollo de los países, y su condición de bienestar tiene menos probabilidades de ser materia de políticas públicas.
Invisibilidad estadística
Garantizar el acceso a oportunidades de trabajo decente para los indígenas, así como su acceso a la protección social, son pasos decisivos para corregir la situación de postergación, dice el informe. En cuanto a la protección social, los pueblos indígenas de la región son en menor proporción aportantes y pensionistas que los no indígenas, y tienen menor acceso a los sistemas de salud, dice el informe.

Al mismo tiempo señala que en los países analizados, las mujeres y hombres indígenas dependen más de los sistemas de ayuda social que sus homólogos no indígenas. Frente a este escenario socioeconómico, la OIT considera que el establecimiento de sistemas de protección social, incluidos los pisos de protección social, que consideren las particularidades de los pueblos indígenas es fundamental para acortar la brecha de las desigualdades y vulnerabilidades que los afectan.

Pueblos indígenas y tribales: OIT: 55 millones de indígenas enfrentan “potentes barreras” para acceder al trabajo decente en América Latina y el CaribeEl documento recuerda que  la Recomendación número 202 de la OIT, indica que los pisos de protección social deberían comprender por lo menos cuatro garantías básicas:

La protección social de la infancia: beneficios familiares y por niño
La protección social de las mujeres y de los hombres en edad de trabajar: prestaciones de maternidad y discapacidad, protección en caso de accidentes laborales, enfermedad profesional y desempleo, pensiones de invalidez, prestaciones de enfermedad
La protección social de las mujeres y de los hombres mayores: las pensiones de vejez y sobrevivientes
La protección de la salud

La necesidad de garantizar una mayor protección en materia de seguridad social y en salud a los pueblos indígenas también está claramente establecida en el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 (núm. 169) de la OIT . América Latina y el Caribe es la región que más ha ratificado esta norma internacional, con 14 de las 24 ratificaciones.

De discursos y buenas intenciones a la aniquilación indigena

La larga lucha de los pueblos indígenas de América en defensa de sus derechos por mantener una existencia digna en medio de numerosas formas de injusticia sistémica continua inexorablemente camino a su desaparición. La escala de las dificultades que millones de indigenas enfrentan alrededor del mundo es indecente, un calvario permanente derumba sus vidas, siendo desalojados, desplazados y a veces asesinados mientras intentaban proteger sus derechos y su culturas.Experiencias de los pueblos indígenas de África con las políticas de salvaguardia – Ejemplos de Camerún y la cuenca del Congo | FPP

El documento de la OIT centra su estudio sobre la situación de los pueblos indígenas en América Latina, no obstante en nuestra cultura globalizada, algunos estudios destacan que existen alrededor de 370 millones de indigenas de 15.000 grupos distintos viviendo en mas de 70 paises alrededor del planeta. Y la escala de desigualdad es enorme entre las poblaciones indigenas y no indigenas de cada pais.

Se destaca la marginalidad, la falta de acceso a la vivienda, educación, servicios de salud y otros servicios básicos, como claras manifestaciones de la pobreza y la exclusión de las personas y comunidades indígenas.

Estas personas continuan enfrentando amenazas de desalojo y desplazamiento de sus tierras ancentrales en nombre de la modernidad y el progreso, en una total falta de reconocimiento legal de sus derechos y recursos. La jurisprudencia reinante los despojan de sus habitat porque no tienen los titulos formales de la tierra o son simplemente invisibles para los registros de tierras oficiales de los gobiernos, lo cual los hace susceptibles a violaciones de sus derecho a la tierra.

En los últimos años asistimos impunemente a la pobreza y el despojo de la tierra que llevan a los indigenas a mudarse a zonas urbanas donde sufren de condiciones de vida aún peores, marcado por diferentes estereotipos que abundan ahondando en las dificultades para mantener su cultura y valores indígenas. Hace mucho tiempo que lCon siembras de minas, las Farc agudizan éxodo indígena en Urrao, Antioquia | Regional | Caracol Radioos informes nos dejan un sabor amargo entre las intenciones y la realidad como el síndrome una dicotomía eterna.

Si las autoridades están realmente preocupados por la aplicacion de las recomendaciones de la OIT, si van encaminados para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, si llenan el planeta de todo tipo de cumbres para proteger los preciados ecosistemas del mundo, deberian trabajar sinceramente con las personas y comunidades indigenas para resolver estos desafíos.

Eso comienza con proteger y reconocer sus derechos a su tierra, su cultura y recursos, con lo que sin dudas protegeremos nuestro planeta. En realidad deberiamos entender de una buena vez que la lucha de los pueblos indígenas por la tierra es una lucha de todos. Pero entre la retórica de los organismos internacionales, se establece una concepción pragmática de la orgía neoliberal.

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