Los despechados

La Prensa carca nacionalsindicalista o falangistopus está que trina. A raíz del rechazo soberano de la candidatura de Madrid 2020, andan sembrando tempestades y menosprecios. Las portadas ilustran ese “no saber perder” tan racial, tan español.

Es este un ser que no soporta que las cosas no siempre son como uno las desea; y, como niño mal criado, cuando la realidad no se comporta conforme a sus planes, monta la pataleta. A ello hay que añadir un histórico histerismo víctimario. ¿Llegaremos a madurar como ciudadanos algún día? Con dirigentes como los actuales es seguro que imposible. El dictador nos trató como a niños y niños nos hemos quedado. Este es un rasgo que viene del españolismo exacerbado. Fue un lenguaje utilizado hasta la saciedad por el régimen franquista. Tanto hemos repetido que somos los mejores y que los demás nos tienen envidia que al final lo hemos creído.

Hay que decir que, la aspiración de este mesmerismo existencial, es ser funcionario de alguna cosa y no dar un palo al agua. Ni tener que inventar la vida cada día.

Las portadas oficialistas siguen con el grito en el cielo. Que Madrid vencería por goleada a Estambul y Tokio no tenía ni un asomo de duda. Para eso somos “la Roja”, la mejor selección del mundo. Y como mejor manera de remachar el clavo triunfal, una delegación se personó en Argentina. Una vez allí, la alcaldesa Botella se puso a naufragar en un inglés que no era inglés sino macarrón de patéticas agresiones al diccionario. Se atreven con todo, porque la ignorancia es la madre del atrevimiento. Pero si la candidatura era Madrid y el país donde estaban era la Argentina ¿para quién hablaba la alcaldesa del PP? Hablaba para el turismo; ese fenómeno que es como el maná e iba a desbordar la capital del reino tirando de cartera y sacándonos del Pozo del Tío Gerundio en el que estamos metidos hasta el cuello. Así pues, dada la penosa situación económica del país, Botella y sus mariachis no acudían a optar. Iban desesperadamente mendigando.

El despropósito mayestático es proponerse organizar unos Juegos Olímpicos con un país exhausto por los recortes de Alí Barbá y los 40 fácticos más Angela Merkel. Pero la vida es la Esperanza, la Botella, la Mato, la Santamaría, la Cifuentes, la Pastor, la Bañez y todas las damas postulantes del Popular. Madrid 2020 era y es una gran idea, dixit. Fenomenal. Total era como organizar una kermesse; hay mucha veteranía en eso de clavar la banderita en la solapa del viandante.

Así que todas las facundias y los tópicos de la cutredad iban pasando por entre los dientes marujiles de Ana Botella, esposa del ingenioso hidalgo Don Aznarín de Castilla-León. En inglés de reciclaje: Espain es una fiesta, gente simpática en las calles y muchas cosas que ver: el museo del Prado, las basuras por lo suelos, los baches, el qué más da como actitud consolidada, por la explotación y el libre despido empresarial, la mentira como norma gubernamental, la desconfianza abrasiva, una cultura de rebajas de grandes almacenes…en fin todo un almanaque del paraíso.

Y rezar, mucho rezar. Tal vez han faltado unas procesiones rogativas bajo paliopus.

Pero la esencia del COI y su razón de ser es la competición, la lucha por ser los primeros eliminando toda competencia. Es como en el parchís o en el fondo del mar; o comes o eres comido. Los acólitos de los despachos donde se rumia el desppecho, sin embargo, han entrado en considerandos “morales”. Según estos cantamañanas de la desilusión los representantes burocráticos del olimpismo son unos corruptos. ¿Acaso no se habían desayunado antes de ahora? Esto también es muy del país de Rinconete y Cortadillo. Si la corruptela de turno navega a nuestro favor, son avatares normales de la cosa. Pero si, como ahora, el mismo proceder fraudulento, nos quita la miel de la boca, rayos y truenos.

El grito en el cielo también persigue justificarlas facturas. La promoción del M-2020 la pagaremos los de siempre.

Lo que sucede es que el líquido raquídeo empresarial nos ha endiosado y nos creímos importantes; ¿Turquía?¿Japón?¿quienes son esos al lado de Madrid, Madrid, Madrid? Como se sabe. mucha cantidad de alcohol envasado en Botella puede producir delirium chotis.

Era aquel histórico Festival de Eurovisión donde España estuvo en el top, con la Massiel encendida. Eso sí que fue mundial. Los que mandan en este esdrújulo país se quedaron colgados del “La, la, lá”. Y no hay quien les mueva.

* Director del desaparecido semanario "La Realidad"

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