Los once deportados de Leciñena, vuelven a casa

Por Elsa Osaba Bailo
Regresan de Mauthausen 80 años después
Una gran parte del estado español anda atenta la primera semana de mayo. Se preparan macutos; trasportines; emblemas; banderas y la inquietud de esa experiencia dura, que es: el homenaje a nuestros deportados. Muchos apuntan hacia el «Campo de los españoles» así llaman al de Mauthausen, por la dignidad y solidaridad que mostraron ellos y a su subcampo Gusen, llamado el «Matadero», donde tantos españoles murieron, así como el siniestro Castillo de Haltheim. Fueron, en estos campos, por donde pasaron estos vecinos.
Pero, este 3 de mayo fue el gran día para Leciñena. Un poco tarde: ¡¡¡80 años!!! Pero, fue un día radiante. Llegaron familiares desde Nueva York; Frankfurt; Colonia; de distintos puntos de Francia; y los que viven en Madrid, Zaragoza y Leciñena. No pudieron venir los de Canadá. Pero, ahí estaban: once columnas. Once deportados, de los nuestros, que son de todos. Ahí se alzaban con fuerza ante nuestros ojos incrédulos al verlos, los veíamos: ¡¡magníficos!! Once columnas. Once de los nuestros, que son de todos. Y simbólicamente, Mauthausen nos los devolvió. Once con sus «liberados» o «asesinados» escritos en sus anillos dorados. No fallecidos, como dicen algunos o escritos en placas, que insultan la «Verdad» de su Memoria. Esos a los que el Dictador les negó incluso la nacionalidad y les señaló como apátridas con su triángulo azul y la S de Spanier. También constan en sus anillos el número que sustituyeron a su nombre, un bien al que todo individuo tiene derecho. A partir de hoy relucen sus identidades en cada una de las columnas.
Para todo visitante a este pueblo, acertadamente, dos paneles encastrados en el muro, explican qué fue Mauthausen. Y a continuación el tótem erguido recuerda honrosamente el «Juramento de Mauthausen», escrito pocos días después de su liberación, recalcando, sin rencor, sin ánimo de venganza, la Solidaridad como enseña de superación humana y la Esperanza para las generaciones futuras con su ¡¡¡NUNCA MÁS!!! El texto plantea una pregunta: ¿Quiénes fueron esos hombres, que sufrieron tanto, qué vieron como ejecutaban a hermanos, hijos o padres, amigos, de un modo inhumano? ¿Cómo pudieron escribir eso tan hermoso? Y el todo, adornado con flores en la base de las columnas.
¡Cómo obviar el apoyo y colaboración de nuestro alcalde y Ayuntamiento de Leciñena ¡ Desde aquí nuestro agradecimiento. Sin ellos, no se podría haber construido el Memorial. Lo decimos y repetiremos…
La plaza estaba a rebosar. Cerca de tres centenares de personas, pero lo importante fue el interés por estar, por conmemorar, la ilusión, emociones mil, lágrimas contenidas o a borbotones… Fue una fiesta.
Todos ahí. Agradecimos a los políticos que llegaron por compromiso solidario; con su rol de apoyo a un acto tan importante; a estos que sacrificaron día festivo con sus familiares para cumplir con su deber y estar con nosotros. A esos alcaldes (el de San Mateo del Gallego se contagió y promete que el próximo homenaje será en su pueblo). Y también, esos alumnos atentos, respetuosos, del Instituto Itaca.
Agradecidos por todos esos historiadores presentes, que estas últimas décadas investigan, reestructuran la Historia, tanto tiempo silenciada o tergiversada según los intereses de los que fueron vencedores. Ellos, que prestan sus oídos al estallido de «nuestras» microhistorias con nuestras emociones tanto tiempo ocultadas, esas historias personales, vecinales, locales que se ensanchan, crecen y se desbordan. Estas últimas décadas, las estanterías de las librerías, se llenan de publicaciones de investigaciones; historiadores que publican lo que pasó en nuestro país, en Europa, en la Historia reciente y nos hacen comprender lo que ocurrió. Multitud de tesis sobre la Verdad de nuestra historia del siglo pasado, sean sobre los fusilados, los desaparecidos, exiliados, encarcelados, torturados, ejecutados, deportados, bebés robados, etc., y todavía falta saber tanto. A ellos con todas sus conferencias preparadas, no remuneradas. A ellos, los historiadores, nuestra gratitud.
Curiosamente no asistieron los embajadores de Alemania y Austria, a pesar de que educadamente se le concedía protagonismo y palabra al de Austria. Tampoco hubo respuesta a la petición de once piedras de la cantera de Gusen -todo un símbolo- donde murieron tantos de nuestros familiares, españoles sin patria. Seguiremos tozudamente insistiendo, porque Austria ni pidió perdón, ni reparó. Hice hincapié que estos crímenes no sólo fueron responsabilidad de Alemania y Austria, sino que tras ellos estaba la figura del Dictador Franco.

Dos días después la Fiscal General de Memoria Democrática reconocía los crímenes de la muerte de españoles en campos de concentración nazis y la implicación franquista. Esto será importante para las incógnitas de los cinco de Leciñena que murieron en Mauthausen.
Los familiares, esas que, últimamente somos invisibilizados en los actos oficiales, nos miramos, nos sonreímos, nos emocionamos ahí, vestidos de fiesta. Es el día de nuestros familiares queridos. Hemos esperado 80 años y estamos aquí. Ellos nuestros deportados están ahí, surgidos de la tierra y les «vemos» de vuelta a su pueblo de donde no debieron de salir, salvo por su propia voluntad. Tocar sus columnas es: acariciarlos.
Dos días después en un acto oficial en Madrid en el Ministerio de Trabajo, seguimos sin ser invitados. Sólo dos familiares indignados nos «colamos» y fuimos testigos de un acto frío, sin alma, sin contenidos. Organizado por personas que no tuvieron familiares en esos campos. A buen entendedor…
En Leciñena el acto empezó con la presentación del Alcalde, gran protagonista de este acto/homenaje. Confesó las dificultades que le han deparado todo este proceso. Le aplaudimos por valiente y eficaz.
José Luis Ledesma, historiador por la Universidad de Zaragoza y profesor de la Complutense en su turno de palabra expuso que un acto de esta envergadura tiene mucho de recuerdo, de reparación y de Justicia. Señaló que, si no se reparan y honran a todos y cada uno de los deportados de España, seguirán siendo un espectro en la Memoria colectiva. Le llamaba la atención que este Memorial se hacía desde arriba desde el poder del Ayuntamiento al permitirlo y desde abajo, como lo deseaban los familiares.
Una joven futura mamá leyó el Juramento de Mauthausen, que llama la atención y conmueve. Se lee a viva voz, en el mismo campo de Mauthausen y en todos los pueblos o ciudades de España que tengan un Memorial dedicado a sus deportados. Hubo un apartado de poesías de Antonio Machado recitadas por D. Etéreo, que se da la circunstancia, que en las tres «Marchas de la Retirada»; algunos de nosotros, le hemos homenajeamos en Colliure.
En mi turno, como voz y sentir de las familias de los deportados de Mauthausen, recordé que tengo una causa abierta en la Querella Argentina, que declaré por esos crímenes de Exilio y Deportación, calificados como crímenes de lesa humanidad. Señalé los sufrimientos inhumanos padecidos por los que sobrevivieron a estos crímenes con sus traumas y secuelas. Recalqué que, aunque ya se sabe mucho sobre la deportación, queda mucho por investigar. Una familiar intenta reunir los archivos de los once a través del famosísimo Archivo de Arolsen, cerca de Hamburgo (Alemania). Esperamos informaciones… extrañas.
Frente a esos jóvenes presentes, les indiqué que a nosotros nos toca el deber de contar y a ellos, a todos, el Derecho a saber. Debemos desterrar la frase amarga de un familiar: «Con la Dictadura no podíamos hablar, con la Democracia no se quiere saber».
Lanzamos un ruego a esa juventud incipiente: » No os dejéis arrastrar por el odio. Lanzaros en brazos de los derechos humanos y construiréis un mundo mejor.» Esas fueron enseñanzas transmitidas por esos deportados sobrevivientes… transmitirlas es satisfactorio y era nuestro deber».
Cómo últimos recordatorios con una mirada hacia las columnas. Se recuerda que fueron anarquistas, socialistas, republicanos, comunistas, que lucharon por la Constitución de 1931 y fueron fieles a los valores republicanos, y todos ellos, los once, convertidos en columnas de Memoria, desprendían: DIGNIDAD.
Y la voz emocionada, límpida de Viki Lafuente envolvió toda la plaza con «Libertad». Nada mejor, que el sueño de Labordeta, como la de cualquier aragonés.
La presencia y palabra de Carmina Gustrán, Comisionada por el gobierno central para los «50 años por la Libertad y la Democracia» fue un firme y necesario apoyo a nuestro acto de Memoria.
Y llegaron los ramos de flores, que les pudimos regalar a cada familiar. Un lugar donde depositar una flor, con el grito y deseo de «Nunca más».
En el Ayuntamiento hubo la ceremonia de la donación del cuadro por la autora: «La familia Gracia pasando los Pirineos» interpretación de la famosa fotografía y símbolo del dramático Exilio español de 1939. Se leyó el hermoso párrafo de Max Aub, extraído del «Campo de los Almendros»: » No lo olvides nunca, hijo,…fueron lo mejor de España.»

A continuación, fue la distensión en el restaurante de Nuestra Señora de Magallón que contempla desde las alturas monegrinas a todo el pueblo. El ágape -otra generosidad del Ayuntamiento- sirvió para las risas, la comunicación, los abrazos, ya muchos se despidieron, pero queda mucho por hacer. Ese día fue realmente fue reparador. Lo necesitábamos.
En el Ayuntamiento nos reunimos de nuevo, un grupo de familiares en torno a un psicólogo social, especializado en impactos de guerra y violencia organizada, Rubén Benedicto, que se sumó generosamente a disertar con nosotros, con José Luis Ledesma historiador, testigo/observador de esa jornada intensa, que tomaba apuntes, pues como yo indicaba: el dolor, los traumas heredados a través de esa generación tan dañada, no aparecen en los libros como sujeto de la Historia. Rubén hizo posible que las familias se sintieran más «ligeras» porque bajo nuestra piel se guarece el dolor innombrable de mucho sufrimiento callado, contenido durante toda nuestra vida.
Son 80 años de impunidad, por esos crímenes, que soportaron nuestros once deportados y a los de toda España, que nos trasladaron a los demás familiares. Decía Rubén, que esos daños se produjeron no solamente a nivel individual, sino también socialmente, por el proceder de otros «seres humanos» en unos contextos históricos que les posibilitaron el ejercicio de un poder dominante y violencia organizada. Señaló los daños agravados por los victimarios impunes y beneficiados.
Este psicólogo habló de esas acciones horrorosas, que dejaron impunes a las personas que fueron dañadas de heridas horribles en su psique, de ese daño inconmensurable se extendió en las generaciones siguientes, a la sociedad superando las fronteras del tiempo y espacio. Ese daño se encapsuló en las víctimas tras décadas de silencio, que ni olvidan, ni perdonan.
Tras la inauguración de esas once columnas, con sus nombres, el panel del Juramento y las dos placas explicitas de lo que fue Mauthausen para las familias fue un arranque de alegría, con emociones mil y aunque sabemos que no tendremos Justicia, al menos la siguiente generación empezamos a notar un cierto bálsamo. Notamos en los vecinos de Leciñena un alivio también en restituir la Memoria de su pueblo en su justo lugar.
En ese día 3 de mayo 2025, volvió la Memoria de nuestros once deportados olvidados a Leciñena. ¡¡¡Honor y gloria a todos ellos!!!
De todos los familiares y del mío propio: gracias a quienes lo hicisteis posible.
* Elsa Osaba forma parte de la Querella Argentina por el Exilio y la Deportación.
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